"Tengo fama de duro, pero es que Álvarez del Manzano y su equipo me dan mucho trabajo"
El concejal del Ayuntamiento de Madrid, Rafael Simancas, de 34 años, se perfila como el candidato con más apoyos para dirigir la Federación Socialista Madrileña (FSM). Un congreso en noviembre decidirá quién sustituye a su actual secretario general, Jaime Lissavetzky. Simancas cuenta, entre otros, con el apoyo de los barones de la renovación, que ven en él una cara nueva con una amplia experiencia en la gestión municipal.Pregunta. ¿Con qué apoyos cuenta su candidatura?
Respuesta. Es verdad que mi nombre se está barajando. También hay otros. Pero antes de hablar de personas concretas, debemos ponernos de acuerdo sobre qué modelo de congreso queremos. Si un congreso de punto y aparte, o un congreso de punto y seguido. El PSOE de Madrid debe aprovechar la estela la estela del 35º Congreso federal. Y la debe aprovechar para abrir una etapa de profundos cambios. Cambios para desbloquear la vida política de la FSM, que está bloqueada por el conflicto interno cuasi permanente. Cambios para hacer bien nuestro trabajo de oposición. Y cambios para constituirnos en una alternativa real y creíble de gobierno en la Comunidad de Madrid. Y una mayoría en la FSM quiere esto.
P. Su nombre se destaca en estas negociaciones.
R. Pero lo más importante no son los nombres, sino los cambios. Y la gente quiere participación, sin bloqueos ni exclusiones. Que todo el mundo pueda participar, venga de donde venga.
P. ¿Ya no existe ni el guerrismo ni la renovación?
R. En el 35º Congreso se acabó una etapa marcada por la dialéctica entre renovación y guerrismo. En la FSM debemos también superar viejas etiquetas, y viejas dialécticas y hablar de lo que necesita esta sociedad. El debate seguirá existiendo, pero sobre cuestiones ideológicas, no sobre lealtades personales. Porque cuando yo defiendo a Fulanito y él defiende a Menganito es imposible llegar a un acuerdo. Ese debate se ha superado y puede resolver el futuro de la FSM.
P. ¿Los barones permitirán nuevas caras?
R. Siento respeto personal y político por quienes han estado dirigiendo la FSM hasta este momento. Ellos son conscientes de que esta federación tiene que iniciar una nueva etapa de cambios para desbloquear ese conflicto interno en la FSM y ese debate excesivamente complejo y esterilizante que absorbe demasiadas energías.
P. ¿Puede concretar los cambios que precisa ahora la FSM?
R. Cambios en el proyecto político. Parece que el PP ocupa todo el espectro: desde el carca del alcalde al progre de Ruiz-Gallardón. Creo que hay una alternativa de modelo de región y de modelo de ciudad de Madrid. Y la FSM tiene que dar respuesta a esa exigencia. Esa es nuestra primera tarea. Segunda tarea, hay que cambiar el funcionamiento interno de la FSM. La FSM no puede estar bloqueada constantemente por el debate interno. La dirección de la FSM no puede ser la suma de los criterios de las distintas sensibilidades. Eso genera siempre un equilibrio inestable. ¿Qué opina la dirección de la FSM sobre la cuestión X? Vamos a ver qué opinan los renovadores, a ver qué opinan los otros, y los otros, y al final no opinamos nada para no molestar a nadie. La FSM tiene que convertirse en un instrumento útil de hacer política. La tercera transformación es que la FSM tiene que relacionarse con la sociedad madrileña. Tiene que dar a conocer sus criterios constantemente a la sociedad al margen de las campañas electorales. Hay que estar siempre en la calle. Ahora dedicamos el 80% de nuestro tiempo a las cuestiones internas; el 15%, a las relaciones institucionales, y el 5%, a las relaciones con la sociedad. Hay que hacerlo al revés. Y la última tarea es la transformación de los equipos. Porque para que todas estas transformaciones sean creíbles y tengan el suficiente vigor y estímulo, tiene que ponerse gente nueva al frente de la FSM. Es inevitable.
P. ¿Qué tipo de gente?
R. Gente que se crea esto de iniciar una nueva etapa. Gente nueva, gente con solvencia y que venga de todos los sitios. Por eso no hablaría tanto de nombres como de lo que queremos. Pienso que hay una inmensa mayoría de gente que quiere hacer esto.
P. Si triunfa su modelo de candidatura, ¿qué oposición hará el PSOE?
R. Tengo fama de duro, pero es que Álvarez del Manzano y su equipo me dan mucho trabajo. Creo que la labor de oposición tiene dos grandes tareas en un partido como el nuestro. Una es constituir una alternativa de Gobierno: decirle a los ciudadanos que frente a todas estas políticas y medidas que lleva a cabo el Gobierno, tenemos un modelo alternativo más interesante y con otra óptica ideológica. Pero hay otra labor fundamental de la oposición: el control del Gobierno para que gobierne de manera limpia y eficaz.
P. ¿Por qué arrastra esa fama de duro?
R. Porque he intentado cumplir esa segunda tarea de controlar al Gobierno municipal. Como presidente que soy de la Comisión de Vigilancia de la Contratación, donde velo por el cumplimiento de la legalidad y el ajuste de la tarea de gobierno a los principios éticos y legales, he tenido mucho que hacer. Y es que el PP ha hecho de todo. Aquí hay varios miembros del equipo de gobierno que tienen intereses privados. Alguno ha tenido que dimitir por su colisión con los intereses generales. Álvarez del Manzano parece que tiene una cuenta de libre disposición que utilizaba para financiar viajes a su señora, comprar televisores a sus convecinos de veraneo, etcétera. Ese contexto exigía contundencia en mis análisis.
P. Si fuera alcalde, ¿distinguiría en una boda privada si acude como cargo o particular?
R. Las bodas privadas son bodas privadas y yo he acudido a muchas bodas privadas siendo cargo público, y siempre he acudido con mi coche y con mi dinero. Mi señora no tiene nada que ver con mi cargo público. Esta distinción es tan elemental que la comprende el 99% de lo ciudadanos de Madrid. Con alguna excepción: Álvarez del Manzano; el concejal de Hacienda, Pedro Bujidos, y el ex primer teniente de alcalde, Juan Antonio Gómez-Angulo, que inmortalizó la frase de que el alcalde lo es las 24 horas del día. Responden a un concepto caduco, pero muy propio de Álvarez del Manzano, que tiene todo lo peor de la derecha: falta de imaginación, integrismo religioso, atonía cultural, y, sin embargo, no tiene nada de aquello de lo que intenta presumir la derecha: rigor en las cuentas públicas, y eficacia en el manejo de los dineros de los ciudadanos, austeridad. Nada de esto tiene Álvarez del Manzano. Es un caos.
P. ¿Cómo se recupera la ilusión de la izquierda?
R. Con el trabajo bien hecho. Con cambios. Con una labor de oposición constante. Ya no basta con agitar las banderas rojas dos semanas antes de las elecciones y gritar eso de que viene la derecha. Esta sociedad ya se ha normalizado y esos discursos ya no sirven. Tenemos que demostrar a los ciudadanos que la derecha lo ha hecho mal y plantearles alternativas creíbles.
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