Últimas palabras sobre el Parpalló

El Grupo Parpalló forma parte de la educación sentimental de Pablo Ramírez. Esta expresión, que podría parecer manida, se ajusta perfectamente a la definición del proceso común mediante el cual un objeto de estudio se convierte en elemento que condiciona una vida. Éste fue el caso del crítico de arte y profesor de la Facultad de Bellas Artes de Valencia, y así lo comentó ayer en la presentación de su libro El Grupo Parpalló. La construcción de una vanguardia, celebrada en la FNAC de Valencia en presencia de un numeroso público que no olvida el importante papel que jugaron los componentes de esta formación artística nacida en 1956 y disuelta en 1961. Cinco años durante los cuales hasta una treintena de artistas, críticos, arquitectos y estudiosos unieron sus esfuerzos con el fin de que Valencia escapara del páramo ominoso franquista y encontrara un camino para normalizar su vida cultural y su relación con las vanguardias artísticas.

'Siempre viviré con el Grupo Parpalló', comentó Ramírez, en alusión a los muchos años que ha dedicado a estudiar a este grupo que fue la materia de su tesis doctoral iniciada en 1981. A su lado, el principal ideólogo del grupo, Vicente Aguilera Cerni, escuchaba con atención sin intervenir en ningún momento. Entre el público, Andreu Alfaro, José Benedito, Víctor Manuel Gimeno y Vicente Castellano. Todos ellos componentes del grupo que surgió en un tiempo en que también despuntaban El Paso y Grupo 57. Había también entre los asistentes 'compañeros de viaje', como calificó el crítico y profesor de Estética Román de la Calle al tercero de los estadios que conformaron el Grupo Parpalló. El primero y el segundo corresponden a los ideólogos y a los propios artistas, repectivamente, según el director de la tesis de Ramírez y de la colección Formas Plásticas. Gente de la cultura, incluyendo estudiantes, completaban la composición del público en un acto que inició Ricardo Bellveser en su condicicón de presidente de la Institució Alfons el Magnànim, editora del libro.

Ya en 1991, Ramírez fue el comisario de la gran exposicición sobre el Grupo Parpalló, que adoptó el nombre de las cuevas donde se descubrieron las primeras pinturas del País Valenciano, celebrada en el Palau dels Scala y en la sala Parpalló, de la Diputación de Valencia. Ramírez no ha dejado nunca de estar relacionado con el Grupo Parpalló, con el primero y con el definitivo, y con algunos de sus miembros, particularmente. Fue el comisario de las exposiciones en el IVAM de Manolo Gil, al que destacó como uno de los más interesantes a pesar de su pronta muerte, y de Eusebio Sempere.

La tesis, como dijo el propio autor, ha marcado su vida. Fue el germen del libro que De la Calle definió como 'la aportación clave, la última palabra', sobre el grupo Parpalló. El libro es la plasmación de una investigación de casi veinte años. Además del análisis y contextualización del grupo, incluye una sucinta biografía de todos sus componentes, así como jugosos episodios anecdóticos, como las vicisitudes de la obra gráfica que el Grupo Parpalló logró introducir ilegalmente en Polonia y que terminaron en un museo polaco gracias a una crítica.