Mas minimiza el pacto con el PP para tratar de reducir la ventaja de Maragall en los sondeos
El PSC considera que, a mitad de legislatura, el Gobierno de Pujol merece un suspenso
La legislatura ha llegado a la mitad y el balance que los socialistas hacen de ella es netamente positivo. El portavoz del PSC, Miquel Iceta, destacó ayer que, según los últimos sondeos, su partido ha duplicado la ventaja que le sacó a CiU en las elecciones de 1999. Ha pasado de ser de 1,5 puntos porcentuales a 3. 'Hemos duplicado la ventaja y esperamos volver a duplicarla en lo que queda de legislatura', afirmó.
También es positivo el balance realizado por los convergentes. Para ellos, la manera de presentarlo en positivo es relativizar su pacto con el PP. El portavoz de CiU en el Parlament, Ramon Camp, informó al comité ejecutivo convergente de que de las 1.600 iniciativas votadas en la Cámara en lo que va de legislatura, 1.300 han sido apoyadas por cuatro o cinco grupos de la Cámara. A esta capacidad de pacto en el Parlament agregó Mas que también en el último debate sobre el Estado de la Nación en el Congreso de los Diputados, el grupo de CiU obtuvo el apoyo del PP y el PSOE a alguna de sus propuestas. Y que, además, eso no le impidió apoyar también una resolución sobre el derecho de autodeterminación, que fue derrotada.
La actuación del Gobierno de CiU, sin embargo, fue calificada con un 'suspenso' por el PSC. Iceta destacó como hitos negativos de este curso la aprobación del trasvase del Ebro, el nuevo brote de peste porcina, el aumento de los accidentes laborales, el escándalo de las subvenciones a escuelas privadas de élite, la continua pérdida de peso de Fira de Barcelona, la dejación de funciones sobre seguridad ciudadana, entre otros.
El PSC subraya también, no sin preocupación, que el pacto entre CiU y el PP se ha convertido en una alianza contra Maragall. La batería de ataques y descalificaciones lanzadas durante el pasado fin de semana por los dirigentes del PP y de CiU contra el líder socialista permitieron a Iceta calificar a Javier Arenas, Alberto Fernández Díaz, Josep Antoni Duran Lleida, Jordi Pujol y Artur Mas como el 'quinteto del insulto'. Iceta mostró su preocupación por 'el deterioro del clima político' provocado por el reiterado empeño de conservadores y nacionalistas de socavar la imagen personal de Maragall.
Frente al 'suspenso' con que calificó al Gobierno de Pujol, Iceta dio 'un siete o un ocho' a la actuación de Maragall como líder de la oposición en el Parlament. Los socialistas consideran que uno de los éxitos de Maragall en esta primera mitad de la legislatura ha sido precisamente la revitalización de la Cámara, y consideran una 'anécdota' sus últimos tropiezos en los debates con Pujol. Maragall no ha conseguido utilizar a su favor los cinco minutos de que dispone en cada pleno para formular una pregunta a Pujol, y sus reiterados fracasos en este turno han sido tomados por los convergentes como la prueba de que, como proclamó ayer Artur Mas, 'el efecto Maragall es cosa del pasado'.
Los convergentes, que ven con preocupación la evolución de los sondeos electorales, han recibido como agua de mayo esta dificultad del líder socialista. Mas aprovechó ayer la ocasión para hablar de 'errores de bulto', 'debilidad del adversario', y para calificar al ex alcalde de Barcelona como 'una estrella que se apaga' desde los Juegos Olímpicos de 1992.
Iceta, en cambio, mostró su sorpresa por la capacidad de CiU y el PP para convertir 'anécdotas parlamentarias' en asuntos de debate 'cuando Cataluña arde de nuevo, se extiende la peste porcina y al consejero Grau no se le ocurre otra cosa que responsabilizar a los ganaderos'.
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