Hugo Chávez intentó que Francia liberase al terrorista Carlos
'Ahora estoy en el Gobierno', aseguró El Chacal tras el triunfo del hoy presidente venezolano
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y varios de los hombres fuertes de su Gobierno han multiplicado las tentativas para lograr la excarcelación de Ilich Ramírez Sánchez, mucho más conocido como Carlos o El Chacal. Documentos y testimonios en poder de este periódico prueban el activismo de altos funcionarios venezolanos a favor de quien fue considerado el 'enemigo público número uno', el terrorista más buscado del planeta antes de Osama Bin Laden. Carlos cumple actualmente una condena de cadena perpetua en la cárcel parisiense de La Santé.
Las relaciones de Chávez con terroristas y los gobernantes que les protegen -según la definición de EE UU tras los atentados del 11-S- ponen en entredicho a un Gobierno que considera como sus principales amigos al iraquí Sadam Husein, al libio Muammar Gaddafi o al cubano Fidel Castro, y que extiende su amistad a la guerrilla colombiana que dirige Manuel Marulanda, Tirofijo.
Los abogados de Carlos alegan que su detención en Sudán en 1994 fue ilegal
El terrorista pidió 500.000 dólares de los fondos reservados para pagar su defensa
Todo empezó en 1999 con una carta personal de Chávez, fechada el 3 de marzo, en la que el ya presidente de Venezuela (que había tomado posesión de su cargo un mes antes) trataba a El Chacal de 'distinguido compatriota'. Después vinieron las instrucciones del ministro de Exteriores, José Vicente Rangel, para que la Embajada en París presionara pa-ra poner fin al aislamiento del terrorista. Pero la iniciativa más importante fue una exigencia de explicaciones 'urgentes' a Francia sobre el apresamiento de Carlos y su 'estado físico', por medio de una carta de Rangel a su colega francés, Hubert Védrine. Tales iniciativas coincidían con la estrategia de los abogados de Carlos, persistentes en que todo lo actuado en Francia debía anularse porque la detención de Ilich Ramírez, llevada a cabo en Sudán, en 1994, se habría producido en condiciones ilegales. (La carta del ministro venezolano se reproduce en estas páginas).
A esa interpelación de Rangel respondió Hubert Védrine con otra misiva, en la que reafirmaba 'la regularidad de los procedimientos' relacionados con Ilich Ramírez Sánchez. El ministro francés sostuvo que Carlos había sido entregado por el Gobierno sudanés, en lo que constituía 'un acto de soberanía de este Estado'. Y puntualizó que, además de una condena en firme por triple asesinato, Ilich Ramírez tenía otras cuentas pendientes con la justicia por una serie de atentados cometidos en Francia, en los que murieron 15 personas y resultaron heridas otras 209. Védrine certificaba, en fin, el buen estado de salud del preso y ponía por testigos a los funcionarios de la embajada que le habían visitado.
EL PAÍS dispone de una copia de la respuesta del ministro francés de Exteriores, de fecha 26 de junio de 1999. Para Bernard Valéro, portavoz del Quai d'Orsay, el texto forma parte, efectivamente, de la correspondencia oficial de su ministro con el Gobierno venezolano.
La petición de explicaciones se produjo después de la espectacular iniciativa del propio Chávez, que inició su mandato presidencial enviando una misiva personal a Illich Ramírez. El texto del mensaje de Chávez, tan retórico como ampuloso, llamaba a Carlos 'distinguido compatriota'. ¿Y qué quería decir aquel final: 'Con profunda fe en la causa y en la misión, ¡por ahora y para siempre!'?
'Gesto humanitario'
Al descubrirse la existencia de esta carta, Chávez le restó importancia política y la redujo a la categoría de gesto humanitario. Pero no todos los presos venezolanos cuentan con la protección del presidente de su país. En esa época, el jefe del servicio consular de Venezuela en Francia era Nelson Castellanos, un funcionario que llevaba 16 años de servicios prestados y que niega cualquier parecido entre la atención dispensada a Carlos y la dedicada a otros compatriotas presos: 'Yo pregunto qué otro detenido recibió una palabra de apoyo del presidente', dice Castellanos, que fue cónsul de Venezuela en París desde 1995 a 1999.
Nelson Castellanos e Ilich Ramírez se habían conocido en 1991, en Líbano, a donde el primero llegó como encargado de negocios de la embajada venezolana y se vio 'secuestrado por Carlos y ocho hombres armados', que le dejaron en libertad al cabo de unos días tras plantearle exigencias que Castellanos se niega a detallar. El reencuentro en París se produjo en otras condiciones: Castellanos era el cónsul y por tanto estaba encargado de ver a los presos; Ramírez Sánchez ya estaba recluido y buscaba salir de La Santé por el medio que fuera.
'Antes de que Chávez llegara al poder yo visité varias veces a Carlos en la cárcel; era la atención normal que el consulado presta a los presos', cuenta Castellanos. 'Pero todo cambió en cuanto Chávez ganó las elecciones. En la siguiente visita que le hice, las primeras palabras de El Chacal fueron: 'Ahora yo estoy en el Gobierno'. Él contaba con que la Embajada en París tenía que ponerse a su servicio'.
Dos semanas después de la carta de Chávez, el terrorista recibió en La Santé la visita del diputado Pedro Mosquera, quien 'manifestó su deseo de ponerse a la orden para prestarle su apoyo' y 'reiteró al ciudadano Ramírez Sánchez su intención de realizar acciones destinadas a obtener su liberación', según consta en una nota de 9 de abril de 1999, enviada por el entonces embajador de Venezuela en París, Francisco Kerdel, a su Gobierno.
La abogada del terrorista, Isabelle Coutant-Peyre -con quien ahora va a casarse- acusó a la representación diplomática de no haberse ocupado de su cliente en cuatro años. El embajador fue relevado y Carlos se quedó muy sorprendido de que el sustituto, Hiram Gaviria, no acudiera a verle nada más pisar la capital francesa.
'La entrega de cartas credenciales del nuevo embajador se demoró más tiempo del normal', explica Castellanos. 'El embajador consultó con políticos franceses si podía ver al Chacal antes que al presidente de la República, pero le aconsejaron que no lo hiciera. Carlos me echó la culpa, porque dije al embajador que me parecía más conveniente ver a El Chacal después que a Chirac'.
La presión para que la embajada fuera mucho más agresiva aumentó. 'Con ocasión de una audiencia judicial que el tribunal había declarado secreta', relata Castellanos, 'su abogada intentó que yo violentara las puertas, con las cámaras de televisión detrás, y entrara en la sala a la fuerza, gritando que se estaba atropellando el derecho del cónsul de Venezuela a estar presente en el juicio de un compatriota'.
A través de la embajada, el preso de La Santé pidió la suma de 500.000 dólares (más de 90 millones de pesetas) para pagar a sus abogados. Y precisó el método a seguir: había que extraer ese dinero de 'las partidas secretas del Palacio de Miraflores (la residencia del presidente Chávez), Ministerio de Defensa, Ministerio de Relaciones Interiores o Ministerio de Relaciones Exteriores', según informó la embajada venezolana en París a su Gobierno, en una nota fechada el 12 de agosto de 1999.
Presionar a Francia
El ex cónsul, Nelson Castellanos, desconoce si alguna parte de los fondos secretos llegó a los letrados de Carlos: 'De eso no hay pruebas. Lo cierto es que Carlos estuvo reclamando insistentemente el dinero y que, de repente, dejó de hacerlo. Supongo que debió de recibir satisfacción'. El Gobierno de Caracas ha negado el empleo de fondos secretos en la defensa jurídica de El Chacal.
A mediados de agosto de 1999, Carlos reveló a otro funcionario venezolano sus planes para presionar a Francia. Temía que le trasladaran a una prisión a mil kilómetros de París, pero dijo a su interlocutor que 'él ya había girado instrucciones para que, en caso de que esto sucediera, todos los presos franceses en Venezuela fueran aislados y enviados a El Dorado (la más temida prisión venezolana), a lo que el Gobierno francés seguramente no respondería inicialmente, pero él movilizaría a las organizaciones no gubernamentales para que manifestaran su rechazo a esta medida del Gobierno venezolano, obligando al Gobierno francés, amante de la libertad y de los derechos humanos, a reclamar a Venezuela; momento este que Caracas aprovecharía para pedir reciprocidad en el caso Carlos'. Así consta en el documento enviado por la embajada en París a Caracas.
El mismo funcionario informaba de que 'el ciudadano Ramírez Sánchez quiso saber a qué se debía tanto retraso para la visita del embajador, a quien se refirió de manera insultante, y que seguramente ese retraso se debía a Nelson Castellanos (el cónsul). También se refirió a él de una manera irrespetuosa, así como de otros sapos (delatores) en el Ministerio de Exteriores, pero 'como este mundo es tan pequeño y todo se sabe', él ya había dado las órdenes para que los sacaran', informó a Caracas la embajada en París. El embajador así aludido continúa en su puesto; no así el cónsul, Nelson Castellanos, quien fue destituido el 10 de septiembre de 1999 y sigue en París, pero en su casa. Castellanos no regresó a Venezuela, siguiendo consejos de sus amigos en Exteriores.
Nunca había contado esta historia hasta que el clima creado tras el 11 de septiembre le pareció favorable para que resultase verosímil, y sobre todo al enterarse de que Carlos se había solidarizado con Bin Laden. 'Me negué a aceptar las órdenes de los abogados de Carlos y solicité instrucciones de mis superiores. No es normal que Carlos tenga el privilegio de enviar su correo en valija diplomática. Carlos se indignó tanto que solicitó mi destitución del servicio exterior. Su hermano Vladimir me atacó en la prensa de Venezuela y 11 días después el entonces canciller y hoy ministro de Defensa, José Vicente Rangel, les dio satisfacción'.
El padre de Carlos, José Altagracia Ramírez, es fundador del Partido Comunista junto con el ministro del Interior, Luis Miquelena. Al margen de esa relación, todo son hipótesis sobre el motivo de las vinculaciones de Chávez con el famoso terrorista. Antes de la última gira de Chávez por 14 países, que incluyó a Francia, se intentó negociar un convenio para la entrega de presos, pero no se materializó. Durante su visita a París, en octubre pasado, el presidente de Venezuela aludió a El Chacal como 'un caballero' e insistió en que debían respetarse sus derechos humanos.
El ex cónsul en París descarta que Chávez esté pagando un compromiso derivado de la financiación de su campaña electoral por la familia de Carlos: 'Tienen dinero, pero no la capacidad de financiar una campaña de elecciones presidenciales', opina Castellanos, quien aventura otra hipótesis: Chávez o Rangel 'intentan coordinar una operación con Cuba, la guerrilla colombiana, el movimiento de los Sin Tierra en Brasil y otros movimientos ecuatorianos y bolivianos, con el fin de crear la plataforma antiimperialista a la que se ha referido el presidente Chávez tantas veces. La prensa venezolana especula con que Montesinos, el asesor del ex presidente peruano Alberto Fujimori, que fue descubierto por la CIA en Venezuela, era parte de los asesores del plan. Y cuando El Chacal ha dicho que quiere volver a Venezuela para participar de nuevo en política, algunos piensan que es para dirigir las operaciones, una vez logrado su traslado a Venezuela'.
'Distinguido compatriota'
Presidente de Venezuela. Miraflores, 3 de marzo de 1999. Ciudadano Ilich Ramírez Sánchez. Presente. Distinguido compatriota: Nadando en las profundidades de su carta solidaria, pude auscultar un poco los pensamientos y los sentimientos. Y es que todo tiene su tiempo: de amontonar las piedras, o de lanzarlas... de dar calor a la revolución o de ignorarla; de avanzar dialécticamente uniendo lo que deba unirse entre las clases en pugna o propiciando el enfrentamiento entre las mismas, según la tesis de Iván Ilich Ulianov. Tiempo de poder luchar por ideales y tiempo de no poder sino valorar la propia lucha... Tiempo de la oportunidad, del fino olfato y del instinto al acecho para alcanzar el momento psicológico propicio en el que Ariadna, investida de leyes, teja el hilo que permita salir del laberinto. El Libertador Simón Bolívar, cuyas teoría y praxis informan la doctrina que fundamenta nuestra revolución, en esfíngica invocación a Dios dejó caer esta frase preludial de su desaparición física: '¡Cómo podré salir yo de este laberinto...!'. La frase, de contenido tácito y recogida por su médico de cabecera, el francés Alejandro Próspero Reverend en sus Memorias, es llama profunda de iluminación del camino que seguimos. Otro francés, Alejandro Dumas, finaliza su obra El conde de Montecristo con esta frase de Jesús: 'La vida de los hombres está cifrada en dos palabras: confiar y esperar', induciendo a pensar que al final de la batalla aparecerá algún Supremo Alguien que, investido de sabiduría como el Abate Faría inspirará el camino de salida, envuelto en nuevas síntesis revolucionarias en aproximación al Dios que cada uno lleva en su corazón. Digamos con Bolívar que el tiempo hará prodigios sólo en cuanto mantengamos rectitud de espíritu y en cuanto observemos esas relaciones necesarias que se derivan de la naturaleza de las cosas. La humanidad es una sola y no hay magnitud espacio-tiempo que detenga el pensamiento del héroe caraqueño. Digamos con él: Yo siento que la energía de mi alma se eleva, se ensancha y se iguala siempre a la magnitud de los peligros. Mi médico me ha dicho que mi alma necesita alimentarse de peligros para conservar mi juicio, de manera que al crearme Dios permitió esta tempestuosa revolución, para que yo pudiera vivir ocupado en mi destino especial. Con profunda fe en la causa y en la misión, ¡por ahora y para siempre! Hugo Chávez Frías. El ministro de Relaciones Exteriores de la República de Venezuela. Excelencia: Me dirijo a Su Excelencia en la oportunidad de solicitar información oficial referente a la captura por las autoridades de su país del ciudadano de nacionalidad venezolana Ilich Ramírez Sánchez, portador del pasaporte venezolano número 3974255, nacido en la ciudad de Caracas el 12 de octubre de 1949. El prenombrado ciudadano se encuentra recluido por orden de las autoridades judiciales francesas desde el 15 de agosto de 1994, alternativamente entre las cárceles de Fresnes y La Santé, en París. En virtud de la existencia de tratados y normas internacionales vigentes que regulan la materia, me permito solicitar información, con carácter urgente, en cuanto al procedimiento utilizado para la detención del ciudadano Ilich Ramírez Sánchez y su traslado a Francia, el tratamiento que está recibiendo de las autoridades a cargo de su custodia, e igualmente el estado físico que presenta el citado ciudadano. Al agradecer la amable atención de Su Excelencia, hago propicia la oportunidad para reiterarle los sentimientos de mi alta consideración. José Vicente Rangel Vale. Excelentísimo señor Hubert Védrine, ministro de Asuntos Exteriores de la República.
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