Los ganadores y perdedores del nuevo sistema de ayudas agrícolas
La nueva PAC perjudica más a Andalucía, Aragón y Extremadura que a otras autonomías
La propuesta comunitaria para la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) va a suponer un recorte de las ayudas directas que llegan actualmente al sector agrario en un 20% en un periodo de siete años desde 2004 para destinar esos fondos al desarrollo rural. Los ministros de Agricultura de la UE se reúnen hoy en Bruselas para debatir la polémica propuesta del comisario Franz Fischler.
El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, se ha apresurado a señalar que el balance global será positivo para España en cuanto que recibirá más recursos en función de las condiciones del sector. Sin embargo, el impacto de estas medidas será muy diferente en cada una de las comunidades autónomas en función de su producciones. Hay regiones claramente perjudicadas y otras que pueden mejorar globalmente sus ayudas para el medio rural, aunque no se asegura tampoco que esas mejoras vayan a los agricultores o ganaderos.
A este recorte de las ayudas se suma la rebaja de precios institucionales
La situación será más grave en España que en otros países competidores
De acuerdo con las propuestas iniciales de la Comisión Europea, los principales recortes en las ayudas directas se van a producir en el conjunto de los cereales, el vacuno y, a medio plazo, en otras producciones como el tabaco o el olivar. Los pagos realizados por el Feoga garantía (ayudas de la UE) en 1999 ascendieron a 5.850 millones de euros de los que 1.650 millones de euros correspondieron a los cereales, 1.000 millones de euros al aceite de oliva, 510 millones de euros al ovino y caprino y 450 millones de euros al vacuno.Los efectos negativos de la reforma, según la propuesta de la Comisión, se van a producir en el sector agrario de las comunidades autónomas de ambas mesetas, Aragón, Andalucía y Extremadura como las zonas más importantes productoras de cereales de invierno (cebada y trigo) o de verano (maíz).
Este recorte en las ayudas supondrá bajar de unas subvenciones medias por hectárea de unos 180 euros, a 156 euros por hectárea en el año 2010. En opinión del presidente de Asaja, Pedro Barato, esto supone un grave deterioro de sus rentas que puede acabar con el abandono de la explotación por parte de los profesionales del campo.
La situación será más grave en España que en otros países comunitarios competidores en el mismo mercado. Mientras en España los rendimientos medios de cereales por hectárea por lo que se pagan las ayudas son de unos 3.000 kilos, en Francia los rendimientos se triplican, lo que supone la posibilidad de mantener ayudas elevadas a pesar de la reforma. A este recorte en las ayudas se suma la bajada de precios institucionales y la posibilidad de precios bajos en el futuro en los mercados exteriores ante la política de ayudas directas de Estados Unidos.
Los efectos serán igualmente negativos en el vacuno ante la posible fijación de una prima única por explotación en función de unos pagos históricos cargados de penalizaciones. España tiene en su contra que las ayudas actuales se hallan marcadas por la falta de primas, lo que supone anualmente fuertes rebajas.
A los agricultores andaluces y castellano-manchegos en especial, la reforma les afectará igualmente en el futuro cuando se pague la ayuda por hectárea de forma negativa en el olivar. Habrá recortes en las ayudas al tabaco, mientras se libran otras producciones como algodón donde la ayuda va por vía de la industria para compensar precios.
Finalmente, entre otras producciones, destaca la prima al ovino que afecta especialmente a ambas mesetas, Andalucía, Aragón, Extremadura o Murcia.
Frente a este impacto negativo de la propuesta de reforma en ambas mesetas, Andalucía, Extremadura o Aragón, el incremento de primas para desarrollo rural beneficiará fundamentalmente a otras comunidades autónomas con problemas de cohesión o desertización.
En esta línea, podrían beneficiarse globalmente las comunidades autónomas de Galicia, Asturias, Cantabria o País Vasco y en menor medida la franja mediterránea. El problema que plantean medios agrarios es si esas ayudas irán simplemente para desarrollo de medio rural, a cualquier persona, o para apoyar la renta directa del agricultor o ganadero por otra vía.
El secretario general de la organización agraria UPA, Fernando Moraleda apoya que con los fondos de desarrollo rural se establezca también una prima especial para los agricultores y ganaderos profesionales que vivan en el medio rural como medida para compensar sus rentas, especialmente en las zonas y explotaciones de donde se han detraído los recursos.
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