'Tendré que abandonar el cortijo'
La Comisión Europea hizo suya la reforma de la política agraria común (PAC) que plantea su comisario de Agricultura, Franz Fischler, el pasado miércoles. Francisco Luque, 68 años, no dudó en coger el avión que le brindaba la organización Asaja, de la que es socio, para mostrar ese mismo día junto a otros mil agricultores en Bruselas, su rechazo a la propuesta comunitaria que recorta un 20% las ayudas directas a la producción para reorientarlas a desarrollo rural.
Luque no pertenece al selectivo club (230 en España, según el Ministerio de Agricultura) de perceptores que cobran más de 300.000 euros en subvenciones -el tope máximo según la nueva propuesta de Fischler-, pero él y su hijo, grandes propietarios de la campiña sevillana, están en el escalón inmediatamente inferior: gestionan más de 500 hectáreas de secano por las que reciben, en números redondos, 150.000 euros de fondos europeos al año.
La posición del Ministerio de Agricultura ha sido 'demasiado tibia'
Los Luque -'mi abuelo era agricultor y me gustaría que mi nieto lo fuera, soy un entusiasta de esta profesión'-, se dedican al cultivo de trigo duro y girasol. 'Es lo único que puede darse en el 90% de las tierras de Écija, aquí hay poca agua y mucho sol', explica el patriarca de la familia. El trigo duro y el girasol son también dos cultivos muy asociados a la figura del cazaprimas, terratenientes que plantan sólo para aparentar y recibir las ayudas. 'Eso es mentira, no existe, nunca he visto en Sevilla algo así, plantar para no producir no tiene sentido, menos con los inspectores que hay en el campo desde hace años', zanja Luque. Esgrime que las ayudas europeas le permiten superar el umbral de rentabilidad, pero que no llegan a la mitad de su facturación.
Eso sí, tiene muy claro que pasará si de esos 150.000 euros, le recortan 30.000 (el 20%). 'Entraré en pérdidas, si se aprueba la reforma, como decían los antiguos, tendré que tirar la llave por debajo de la puerta y abandonar el cortijo'.
Luque se revuelve cuando se le recuerda que Fischler dice que la reforma busca afianzar valores medioambientales y de seguridad alimentaria y que muchos ciudadanos consideran muy exagerado que el 45% del presupuesto europeo se destine a la PAC. 'Con la reforma entrarán productos de terceros países en los que se pagan peonadas de miseria, sin ningún tipo de seguridad laboral, y sin garantía alguna de calidad en los alimentos', mantiene el empresario de Écija, quien subraya que la política agraria es 'la única política común de verdad, por eso se lleva los recursos'.
Sobre la posición del ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, Luque no tiene reparos en calificarla de 'demasiado tibia'. 'Es urgente que manifieste su rechazo, se juega el porvenir de las explotaciones tradicionales', advierte el empresario, quien no confía en que el dinero retenido se devuelva en forma de políticas de desarrollo rural, ni en que estas medidas tengan la misma eficacia que las ayudas directas. 'El desarrollo rural está bien, pero es una preocupación de toda la sociedad y debe pagarlo toda la sociedad, que no me lo quiten todo a mí de mi bolsillo'.
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