Los ancianos de Barcelona exigen una ley de derechos sociales universales
Una representación del millar de ancianos que durante esta semana han participado en Barcelona en las jornadas Las voces de las personas mayores de Barcelona, presentó ayer el manifiesto que recoge las conclusiones de dos días de debates. La principal exigencia de este Manifiesto de las personas mayores de Barcelona es "una ley que universalice los derechos sociales para todos los ciudadanos como garantía de bienestar económico y social".
El texto recoge también una encendida crítica a la "utilización partidista de las pensiones" en las últimas campañas publicitarias del Gobierno central y se suma al rechazo "enérgico" a la guerra contra Irak que ya han mostrado centenares de colectivos.
La concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Barcelona y presidenta del Consejo Asesor de las Personas Mayores, Núria Carrera, destacó ayer durante la presentación de las conclusiones que los participantes en las jornadas han "puesto el dedo en la llaga" con sus peticiones. Carrera se comprometió a asumir sus propuestas e incorporarlas a las políticas municipales -cuando sean cuestiones cuya competencia corresponda al Ayuntamiento-, o bien trasladarlas a la Generalitat y al Gobierno si sobrepasan el marco local.
Juan Manuel Velasco, integrante del Consejo Asesor de las Personas Mayores, explicó que la ley que exigen persigue "que cada individuo tenga un nivel de autonomía que le permita tener calidad de vida". En este sentido, apuntó que esta legislación debería tener en cuenta de forma especial los derechos y la atención a las "personas con dependencia".
Respecto a las pensiones, Dolors Solís, también miembro del consejo, criticó duramente que se acuse a los jubilados "de vaciar la caja de la Seguridad Social". "No vaciamos nada, sino que hemos aportado riqueza y participación a la sociedad durante muchos años", exclamó indignada Solís, y apuntó: "Hay recursos suficientes para atender nuestras peticiones y evitar que tengamos que sentirnos culpables por exigir derechos como ciudadanos".
Los participantes en la convención clamaron también contra la guerra. Por convicción y porque, como reza el manifiesto, "por generación, muchos de nosotros hemos sufrido guerras, terrorismo y dictaduras" y porque "quien peor parado sale de estas situaciones es la población civil".
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