La plaza de los horrores
Josep Maria Montaner publicó ayer en EL PAÍS un artículo bien argumentado titulado La plaza de los errores. Más bien podría haberse llamado La plaza de los horrores. El Ayuntamiento podría hacer un acto de valentía política y escuchar a las asociaciones de vecinos que expresan el sentir de toda la ciudad y derrumbar el mamotreto central.
Los problemas de tráfico pueden solucionarse, la estética del lugar no, sin ese derribo. Muchas veces se ha hecho caso a ciertos arquitectos y se han destruido lugares destinados a ser pantalla de Barcelona, como ocurrió con el Moll de la Fusta, por ejemplo. El muro de Glòries caerá tarde o temprano; entonces, ¿por qué construir edificios que le dan carta de naturaleza? Escuche a la ciudad señor Acebillo, no se arrepentirá.
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