Deferr, un campeón con problemas

Gervasio Deferr tocó el cielo, el suyo y el de la gimnasia española, con su primer oro olímpico en Sydney 2000. Pero hasta esa gloria fue inesperada. Había fallado en suelo, su mejor especialidad, y su gran clase le permitió tomarse la gran revancha en salto. La palabra problema puede tener diversos matices, pero Gervi, como le gusta que le llamen, ha parecido siempre abonado a ellos. El último, la decisión de la Federación Internacional de Gimnasia (FIG) de quitarle la medalla de plata ganada en suelo en los Mundiales de Debrecen (Hungría), el 23 de noviembre de 2002. Era la segunda -tras la de 1999, tres años antes, que le convirtió ya en aspirante al podio olímpico-. Pero la ha perdido.

La FIG ha sancionado a Deferr con tres meses por el positivo con hachís que dio en los Campeonatos de España el 19 de octubre, apenas un mes antes. La sanción, a efectos federativos, empieza en esa fecha, por lo que anula su éxito en los Mundiales, así como su triunfo en la prueba previa de la Copa del Mundo de París.

Gervi entrará así también en la historia triste de su deporte por ser el primer gimnasta desposeído de su medalla en unos Mundiales. La rumana Andrea Raducan fue la primera olímpica castigada, al perder su oro en el concurso general de Sydney.

La noticia, que cabía esperarpor la burocracia federativa habitual, tampoco llega en buen momento físico para Deferr. A causa de una contractura en la espalda, que le impide saltar y botar con normalidad, se va a perder los próximos Mundiales de Anaheim (EE UU), del 17 al 24, donde podría enderezar al fin su rumbo de gran campeón con problemas. De hecho, su buena temporada de 2002 fue tras pasar su calvario en 2001, con operación de hombro incluída. Su enorme y explosiva musculatura, la misma que le ha llevado a la cumbre, también le pasa factura. Su carácter, no menos explosivo y a veces pasota, también. A sus casi 23 años, su futuro depende de una reconversión. Atenas 2004 también está ahí mismo. A 377 días.