El Ejército español calcula que los soldados estarán en Irak al menos dos o tres años
EE UU traspasa a Polonia el mando de la región centro-sur, a excepción de Nayaf
Polonia asumió ayer el mando de la zona centro-sur de Irak, una de las cuatro en que las fuerzas ocupantes han dividido el país. El jefe militar estadounidense, general Ricardo Sánchez, subrayó que "la coalición pasa así de 9 a 30 miembros". Militares de otros 20 países, entre ellos España, forman parte de la división multinacional a las órdenes del general polaco Andrzej Tyszkiewicz. El jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra español, general Luis Alejandre Sintes, que asistió a la ceremonia, estimó que sus soldados estarán en Irak "al menos dos o tres años".
El traspaso de autoridad tuvo lugar en un teatro griego restaurado, justo al lado de las ruinas de la antigua Babilonia y de uno de los palacios de Sadam Husein, donde se han instalado las tropas extranjeras. Sánchez no pudo evitar una referencia histórica a Hammurabi y Nabucodonosor, los dos reyes con los que la ciudad acadia alcanzó su máximo esplendor. El dictador depuesto solía compararse con este último y su nombre figura en todos los ladrillos utilizados en la restauración del recinto, que ahora los iraquíes sólo pueden visitar los domingos en grupos organizados.
Presentes en la ceremonia estuvieron los ministros de Defensa de Polonia y Ucrania. Por parte española, acudieron el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante general Antonio Moreno Barberá; el ya citado general Alejandre Sintes, y el secretario general de Política de Defensa, Javier Jiménez Ugarte. Moreno no negó su preocupación por la tensión que se vive, sobre todo en la zona de Nayaf, después del atentado contra el ayatolá Mohamed Báquer al Hakim el viernes pasado. "Hay que anticiparse a las dificultades con más información de inteligencia", confió.
Alejandre, por su parte, aseguró que las preocupaciones "no son superiores a las previstas" y comparó la misión con la llevada a cabo en Bosnia, donde los soldados españoles también se encontraron con problemas de agua y electricidad. El general estimó en "al menos dos o tres años" la presencia de los soldados españoles en Irak. "Eso es lo que dice el sentido común y las experiencias que hemos tenido previamente en Bosnia o en El Salvador", aclaró.
"Aunque llevamos distinto uniforme y portamos distintas banderas, estamos unidos por un propósito: ayudar a los iraquíes a borrar las huellas de la monstruosa dictadura de Sadam y a construir las bases de una existencia pacífica", declaró el general Tyszkiewicz antes de recibir la carpeta roja que simbolizaba el traspaso de autoridad. La división multinacional bajo su mando está compuesta por tres brigadas -encabezadas por Polonia, España y Ucrania- y se hace cargo de las provincias de Kerbala, Babilonia, Nayaf, Al Qadisiya y Wasit.
Parte de la Brigada Plus Ultra (1.300 soldados españoles, 302 dominicanos y 116 nicaragüenses) ya relevó a los marines estadounidenses en Al Qadisiya el jueves pasado. Sin embargo, su sustitución en Nayaf se ha retrasado al menos dos semanas. El general Alfredo Cardona, responsable de esa brigada, y otros altos mandos españoles, atribuyeron la demora a que Estados Unidos no ha terminado de facilitar el material necesario al contingente centroamericano desplegado en esa provincia (370 soldados hondureños y 350 salvadoreños).
Sin embargo, el general Sánchez minimizó ese motivo y atribuyó la permanencia de sus tropas, un total de 800 marines, al atentado contra Al Hakim. "Todo jefe militar sabe que el momento más vulnerable es el de la transición, y tras el brutal ataque ha aumentado el riesgo", declaró Sánchez. "Como además aún falta material por llegar, hemos decidido suavizar la transición retrasando el traspaso de autoridad y manteniendo a los marines otras dos semanas", explicó antes de añadir que entonces "revisaremos la situación y procederemos a dar el relevo a la brigada española".
Tanto Sánchez como el general español Ricardo Martínez Isidoro, número dos de la división multinacional, coincidieron en que se mantendrá el acuerdo de no entrar en los lugares sagrados de Nayaf. "Es lógico que se mantenga una presencia discreta para no ofender a sus creencias y que se dejen distancias para que se manifiesten", señaló Martínez Isidoro, "pero la división estará atenta para que las circunstancias no sean aprovechadas por manipuladores".
La tarea que la división multinacional tiene por delante no es fácil. Tal como advirtió el jefe militar saliente, teniente general James Conway, al entregar el mando, "el mayor reto será restablecer la electricidad, el abastecimiento de carburante y la producción industrial para acabar con el desempleo de los jóvenes en estas provincias".
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