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Fischler sacude al campo

Dos olivareros analizan las consecuencias de la OCM

Ginés Donaire

La propuesta del eurocomisario Franz Fischler para reformar la Organización Común de Mercados (OCM) del aceite de oliva confirma que las ayudas quedan desvinculadas en su mayor parte de la producción, como sucedía hasta ahora. La nueva OCM prevé que el 60% del presupuesto (unos 1.000 millones de euros para España) se distribuya con una ayuda directa por explotación, según la producción de los últimos cinco años. El 40% restante será redistribuido por los Estados miembros con una prima ligada a la producción, aunque calculada por hectárea o por árbol. El objetivo es asegurar la permanencia del olivar en áreas marginales o de baja producción (para olivares de menos de 1.500 kilos de aceituna por hectárea).

Los representantes de los oleicultores andaluces rechazan la reforma del mercado

Antonio Cano Mesa (Villargordo), agricultor jiennense, casado y con dos hijos de 19 y 17 años, tiene una finca de ocho hectáreas y unos 600 olivos en una fértil zona de Villargordo. Su producción media ha sido de unos 5.000 kilos de aceituna por hectárea y unos 6.000 kilos de aceite, por los que recibía una subvención global de unos 5.500 euros. Con la propuesta de reforma de Fischler, pasará a cobrar el 60% de esas ayudas, y no podrá beneficiarse del cupo del 40% que repartirán los países productores al no ser un olivar marginal. "No podremos vivir solamente del olivar, no será rentable", indica.

Según la Junta, 182.000 hectáreas de olivar en Andalucía (más del 30% de toda la superficie de olivar) quedarían en esta situación, una "barbaridad", a juicio del consejero Paulino Plata, que ha censurado que se prime a las comunidades con olivar de baja producción. Plata cree que ese olivar marginal va a concentrar ahora el 50% de las ayudas. La solución que plantean todas las organizaciones agrarias es el aumento de la cuota asignada a España, actualmente situada en 760.027 toneladas, aunque la media de producción del último quinquenio ha sido de 1.100.000 toneladas. Eso motiva que España sea el país con mayores penalizaciones, con un 30,5%, frente al 13,5% de Grecia o el 10% de Italia.

Leonardo Ávila López (Torrequebradilla), de 60 años y con tres hijos, todos ellos agricultores, es propietario de 15 de las más de 111.402 hectáreas de nueva plantación que hay en Andalucía, denominación que agrupa a los olivos plantados después de 1989 y antes de mayo de 1998, que fue el primer año del denominado periodo transitorio establecido en la anterior OCM con el fin de conocer la realidad productiva de cada país.

Sin embargo, el nuevo escenario tendrá en cuenta la producción del último quinquenio para el reparto del 60% de las ayudas. En ese periodo, Leonardo, que plantó sus olivos a partir de 1995, ha producido una media de 1.240 kilos de aceituna por hectárea, muy por debajo de los 4.500 kilos por hectárea que va a tener en esta campaña y en las próximas al tratarse de una explotación de regadío de tres pies por árbol. Así las cosas, aplicando la subvención media del último año, de 0,21 euros por kilo de aceituna, obtendría 260 euros por hectárea, que se quedarían en 156,5 (el 60%) con el nuevo régimen de ayudas. Una cifra muy por debajo de los 943,5 euros por hectárea que habría cobrado de tenerse en cuenta la producción de esta campaña. Paradójicamente, este olivarero tampoco se beneficiará del 40% del cupo que tendrán que repartir los países productores, por cuanto su explotación tampoco se considera olivar de bajo rendimiento. "Será una ruina total", advierte Leonardo, que recuerda los 6.000 euros por hectárea invertidos en la modernización del regadío.

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