"Si consigo engañar a un productor, volveré a hacer algo en blanco y negro"
El primer largometraje de ficción de Manuel Martín Cuenca (El Ejido, Almería, 1964) llega a la gran pantalla el próximo día 30 tras una trayectoria en el cortometraje con importantes premios, entre ellos el del IV festival de cortos Almería, tierra de cine. La flaqueza del bolchevique, basado en la novela de Lorenzo Silva, ha contado con el protagonismo del actor Luis Tosar y el descubrimiento de María Valverde.
Pregunta. Almería es tierra de cine, pero ¿hay que salir de Almería para hacer cine?
Respuesta. Hay que salir de Almería como de casi todas las provincias. Porque se hacen muy pocas películas y lo poco que hay se concentra en la capital, ni siquiera en ciudades como Barcelona o San Sebastián.
P. ¿Tiene sentido hacer cortometrajes aunque no puedan verse?
R. Si lo tiene porque ahora hay un circuito de festivales, que es donde realmente se ven. Además, se financian con los premios de esos festivales. Sirven también para experimentar uno mismo y presentarlo a los productores. Yo le debo muchísimo a los cortos y a los documentales.
P. ¿Qué ha mamado de los directores con los que ha trabajado?
R. Con cada uno de ellos cosas diferentes. Con Mariano Barroso el cuidado de los actores. Con Iciar Bollaín el coraje para contar lo que uno quiere. Con Felipe Vega la sensibilidad. Y con todos ellos la presión de ser capaz de hacer algo con 50 personas a tu alrededor.
P. En esta primera película ha dirigido a todo un actor, Luis Tosar, y también a una recién llegada, María Valverde.
R. Con Luis tienes técnica y ya sabes como trabajas, tienes parte del camino hecho. Con María el recorrido es muchísimo más largo. He tenido que trabajar con ella dos o tres meses antes de pedirle todo.
P. Usted la seleccionó en un cásting de entre 2.000 jóvenes ¿sirve para algo la guía de actores?
R. Revisamos todas las guías de actores, todas las escuelas de teatro, todas las series y todas las agencias. María no estaba en ninguna guía.
P. Sus cortometrajes y su cine se alejan de lo comercial...
R. Siempre digo que al primero que le gusta la película que dirijo es a mí. Y, dado que no soy un tipo raro, habrá gente a la que también le interese.
P. Su corto Nadie lo hizo en blanco y negro, ¿lo piensa usar otra vez?
R. Si consigo engañar a un productor volveré a hacer un largo en blanco y negro. Pero con sólo decirlo se echan las manos a la cabeza. Ni siquiera los hermanos Coen pudieron, tuvieron que hacer dos versiones de El hombre que nunca estuvo allí: en color para comercialización en vídeo, DVD y televisión; y en blanco y negro para salas comerciales.
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