La globalización menoscaba los derechos sindicales, según CIOSL
En 2003 fueron asesinados 129 sindicalistas, 90 de ellos en Colombia
Globalización de la economía y derechos sindicales van en sentido contrario, según un informe presentado en Bruselas por la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), el primer grupo sindical del mundo. El año pasado fueron asesinados 129 sindicalistas en el mundo, 90 de ellos en Colombia, el país más peligroso para la defensa de los derechos laborales.
Aunque la cifra rebaja los 213 asesinados del año precedente, la CIOSL considera que la represión se ha vuelto más sutil con la globalización, con los representantes sindicales atenazados entre las presiones de los Gobiernos y de las empresas. En la UE, 9 de los diez países de la ampliación presentan deficiencias.
El estudio analiza la situación en 134 países de todas las latitudes y constata que "el crecimiento de la competencia global ha venido acompañado por un deterioro en los derechos de los trabajadores", porque "los Gobiernos, ansiosos por garantizar los beneficios a corto plazo que puede ofrecer el mercado global, ven a los sindicatos como un obstáculo a su desarrollo económico".
La situación más dramática se da en Colombia, donde en 2003 fueron asesinados 90 sindicalistas. La CIOSL discute las alegaciones del Gobierno de Álvaro Uribe, que atribuye estas muertes a la guerrilla, y las relaciona con el proceso de privatizaciones. En China, en pleno boom desarrollista, las autoridades reprimen duramente toda forma de sindicalismo independiente.
El desprecio a los derechos sindicales cubre todo el orbe, si bien con grandes diferencias. En la Europa de inclinaciones sociales y democráticas se produjeron 48 despidos de sindicalistas, según la CIOSL. Nueve de los diez países de la ampliación (Eslovenia es la excepción) reciben menciones críticas, que también afectan a países no sospechosos como Bélgica, Reino Unido y Suiza. En España, la CIOSL percibe cierta resistencia de algunas empresas a emprender negociaciones colectivas y teme que el elevado número de trabajadores temporales (uno de cada tres) sea utilizado contra los que intentan realizar tareas sindicales.
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