La campaña del referéndum sobre la destitución de Chávez inunda las calles de Venezuela
Gobierno y oposición piden el voto a favor y en contra del presidente Chávez
A falta de poco más de una semana para el referéndum presidencial, la campaña electoral en Venezuela alcanza su máxima intensidad y prácticamente no queda un hueco en el país donde no haya sido colocado un sí o un no. Las dos opciones del domingo 15 de agosto aparecen a cada paso en forma de carteles, pendones, banderas, pegatinas, prendas de vestir, pintadas, temas musicales, piezas publicitarias de radio y televisión y, desde luego, en casi todas las conversaciones de los venezolanos.
El día de la consulta, 14 millones de electores tendrán la oportunidad de decir si quieren o no que sea revocado el mandato de seis años del presidente Hugo Chávez, que finaliza en enero de 2007. Para lograr su objetivo, la oposición deberá obtener algo más de 3.700.000 papeletas a favor del sí, para superar en al menos un voto los apoyos del presidente en su elección, en 2000.
Para ello, la coalición opositora Coordinadora Democrática ha desplegado una clásica campaña electoral de corte estadounidense, con todo un despliegue de recursos técnicos y modelos atractivos como reclamo. Se basa en la imagen de un sí con los tres colores de la bandera nacional (amarillo, azul y rojo) y una estrategia destinada a convencer a los electores pobres de que la salida de Chávez es requisito indispensable para que los empresarios puedan crear puestos de trabajo y frenar el galopante desempleo. La propaganda opositora ha hecho énfasis también en lo mucho que se ha agravado durante el Gobierno de Chávez el problema crónico de la delincuencia. Mientras tanto, la imagen del no elegida por el Gobierno y los partidos que lo respaldan es bastante sencilla pero recurre a un impactante rojo. Mediante este color, la publicidad directa evoca la promoción de la mayoría de los organismos oficiales y los participantes de los programas sociales de las áreas educativa, sanitaria y laboral.
La campaña chavista se ha centrado en la advertencia de que un triunfo opositor significaría la interrupción inmediata de esos programas, conocidos como las "misiones", mediante los cuales millones de venezolanos han sido alfabetizados, han retornado a las aulas de educación básica, media y universitaria y han comenzado a recibir atención sanitaria a cargo de médicos y odontólogos cubanos.
El mensaje de Chávez ha insistido además en identificar a sus adversarios con la política del presidente estadounidense George W. Bush con lemas como "Dile no al imperalismo". Sus simpatizantes han colocado puntos de contacto en casi todas las plazas y espacios públicos de las principales ciudades, incluyendo las urbanizaciones de clase media donde la oposición tiene sus mayores bastiones y que hasta hace poco eran zonas vedadas para los chavistas. Carlos Valero, de la Coordinadora Democrática, denunció que el gasto publicitario del no ha sido excesivo y se ha nutrido de fondos públicos.
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