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Reportaje:UNA NUEVA AMENAZA / y 2. | INVESTIGACIÓN Y ANÁLISIS

La explotación de la xenofobia

La renovación ideológica y generacional de la extrema derecha española busca una imagen de respetabilidad explotando el odio a los inmigrantes

En la línea Le Pen, cuyos favores se disputan casi todas las organizaciones del espectro -menudean los encuentros con el líder del FN-, se sitúa Democracia Nacional (DN) que organizó a los elementos renovadores procedentes del neonazi Círculo Español de Amigos de Europa (CEDADE) y de las Juntas Españolas, así como a independientes del disuelto partido Frente Nacional español, y a otras formaciones menores. Practica un nacional populismo homologable al de la extrema derecha europea, dice acatar la Constitución -no asiste a los homenajes del 20-N en recuerdo de Franco o de José Antonio Primo de Rivera, ni a las manifestaciones organizadas por los neofranquistas- y procura no ser asociado a los grupos neonazis o skinheads que pululan a veces por sus actos. Todos ellos esperan poder decir un día lo que Le Pen repite con mordacidad en sus mítines: "Yo soy la bestia inmunda que crece y crece".

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Aunque el magma de la extrema derecha española dista mucho de haberse ordenado y persisten no pocas diferencias, incluso personales, los actuales procesos de renovación ideológico y generacional pueden facilitar la convergencia entre sus dos grandes polos: el tradicional católico y el nacional populista o posindustrial "pagano".

"Si eso llegara a producirse, el mapa político de la extrema derecha española se modificaría sustancialmente", apunta el profesor José Luis Rodríguez Jiménez, otro de los grandes especialistas en la materia. A su juicio, lo característico del momento actual es, junto a la creación de una imagen de moderación y respetabilidad, la explotación sistemática de los sentimientos xenófobos.

Con todo, ni José Luis Rodríguez Jiménez, ni Xavier Casals esperan una irrupción de la extrema derecha en los parlamentos regionales o en las Cortes, aunque tampoco descarten la posibilidad de que un líder regional oportunista llegue a trazar su propia trayectoria con un discurso xenófobo que le convertiría en referente político más allá de su ámbito geográfico de actuación. Ambos coinciden en pensar que la afloración de estas corrientes puede darse más fácilmente en las esferas municipales.

El partido xenófobo español

Y es que, de hecho, en España ya existe un partido antiinmigra-ción con representación municipal. Es la Plataforma per Catalunya que en las pasadas elecciones municipales sacó un concejal en Vic (1.229 votos, 7,5%), otro en El Vendrell (774 votos, 6,2%), en Cervera (394, 9,2%) y en Manlleu (492, 5,6%). Poca cosa, podría decirse, si no fuera porque su aparición supone que se han dado las condiciones objetivas necesarias que la han hecho posible. El líder de Plataforma per Catalunya, Josep Anglada, antiguo seguidor de Blas Piñar, es un ejemplo exitoso de maquillaje y adaptación a la "nueva derecha" europea. Rechaza el título de ultraderechista o y se autodefine, otro tributo a Le Pen, como "el ciudadano que dice en voz alta lo que la mayoría pensamos". Se presenta como un catalán -el catalán es la lengua vehicular de su partido- preocupado por la defensa del Estado de bienestar, de la identidad nacional y de la cohesión social, supuestamente amenazados por la inmigración.

En apoyo de sus tesis, no duda en hacerse eco de pasadas declaraciones de Marta Ferrusola, esposa del ex presidente catalán Jordi Pujol: "Las ayudas son para estas gentes que no saben lo que es Cataluña. Solo saben decir: 'Dame de comer", ni de lo expuesto por el antiguo presidente de ERC Heribert Barrera: "Si continúan las corrientes migratorias actuales, Cataluña desaparecerá". Por supuesto, Plataforma per Catalunya desdeña por igual la etiqueta de derecha o de izquierda, lo suyo es defender desde el "sentido común" a los ciudadanos que no se sienten representados por los partidos tradicionales. Si atacan a la inmigración no es por xenofobia, naturalmente, sino por sus supuestos efectos negativos: paro, delincuencia, marginación... y si se oponen a la inmigración musulmana es sólo porque piensan que el islam es "una forma reaccionaria de religión". Allí donde hay un conflicto con inmigrantes, Plataforma per Catalunya aparece, decidida a encabezar la protesta y a pescar en río revuelto. En el caso de Premià de Mar fueron los propios vecinos opuestos a la construcción de una mezquita quienes reclamaron la colaboración de Anglada. La protesta cuajó en una candidatura municipal "Veïns Independents de Premià" que obtuvo un concejal (862 votos, 6,8%) en las pasadas elecciones municipales.

La fórmula ha funcionado tan bien que hace unos meses modificaron los estatutos con vistas a que este tipo de plataforma pueda extenderse a Madrid y al resto de España. Al igual que las demás formaciones europeas, buscan preferentemente el voto xenófobo del "obrero blanco" temeroso de su futuro laboral, de los jóvenes airados y frustrados que temen quedarse en "las cunetas del Estado de bien-estar", de las gentes irritadas por la presencia en su vecindario de inmigrantes que a menudo sobreviven en condiciones deplorables, inquietas ante el posible deterioro de unos barrios en los que el paisaje humano y los hábitos sociales se han modificado sustancialmente.

El estancamiento económico

Según los expertos, lo que podría hacer que la situación se hiciera inquietante, es el estancamiento económico. "España necesita creer fuertemente para enjugar el desempleo y si se produce una crisis vamos a encontrarnos", dicen, "con muchos inmigrantes en paro que sumar a los españoles. Eso sí sería una situación complicada porque la bolsa de las prestaciones sociales española es menor que la de los países de nuestro entorno europeo y porque ya hay áreas de competencia laboral", indican. El otro riesgo es el de la cohesión y la unidad básica de España.

Los representantes del PP entrevistados por este periódico transmiten una gran confianza en la sociedad española y en su propio partido, aunque tampoco niegan los peligros. "La sociedad española optó en su día por la moderación y no parece que la extrema derecha pueda cuajar aquí, pero, hombre", apunta el eurodiputado Alejo Vidal Cuadras, "si los conflictos con el plan Ibarretxe o con ERC se agudizan, si la inmigración irregular se desborda y si los grandes partidos no estamos a la altura de las circunstancias...". En la misma línea, Javier Zarzalejos advierte de que la positiva reacción de la sociedad española no debería llevar a los grandes partidos a bajar la guardia. "Soy partidario de un gran pacto sobre la inmigración", indica. Aunque reconoce que no disponen de muchos datos, el diputado Eugenio Nasarre cree que existe un caldo de cultivo y el peligro de que el fenómeno llegue a adquirir visos de realidad en caso de crisis económica. Dice que el asunto de la inmigración no está suficientemente ordenado -"la ley no se aplica y no hay suficientes controles"- y que la situación política se ha complicado últimamente por las tensiones territoriales. "El suelo se está moviendo", advierte.

La expansión de los grupos neonazis

Bajo la imagen de pretendida "honorabilidad" de las formaciones políticas de la extrema derecha hay una pléyade de grupos neonazis, neofranquistas o neofascistas activos y violentos surgidos en los últimos años y que tienen una abultada presencia en Internet. El informe Raxen, que edita el Movimiento contra la Intolerancia, les atribuye el asesinato en los últimos 10 años de más de 60 personas: inmigrantes, mendigos, homosexuales, prostitutas..., y no menos de 4.000 agresiones al año. "De momento, no buscan resultados electorales, están creando suelo, creciendo desde abajo que es lo que hicieron durante muchos años los neonazis alemanes antes de levantar cabeza", indica Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia. "Ahora están en todas las comunidades autónomas, tenemos denuncias de actuaciones violentas en unas 90 ciudades".

Un recorrido por las webs racistas, la mayoría de ascendencia germánica confirma que, en efecto, existen grupos de estas características en todas las comunidades autónomas. En la medida en que su objetivo es la construcción de una Europa racial, la idea de España aparece más difuminada y a cambio hay una reivindicación expresa del etnicismo de determinados nacionalismos. Por no faltar, no falta la galería vasca de banderas y dibujos, ilustrada en euskera por la organización Basque Brotherhood norteamericana, donde la ikurri-ña, el arrano beltza (águila negra, enseña de Batasuna) y los lauburus se mezclan con las esvásticas y donde la figura de Sabino Arana se funde con la de Adolf Hitler bajo la reivindicación de Euskal Herria Askatu (Euskal Herria libre). No es algo estrictamente novedoso puesto que la antiguo CEDADE ya reivindicó en su día a Sabino Arana y a sus tesis sobre la pureza racial.

Esteban Ibarra está convencido de que el fenómeno se encuentra en plena ebullición. "Están en fase de crecimiento. Nosotros damos charlas en unos mil centros escolares al año y vemos los emblemas, las consignas que pintan en las paredes, las insignias y pegatinas. Lo que pasa es que hay una ignorancia enorme entre el profesorado", comenta. "La mayoría ignora las claves básicas de los mensajes neonazis. No conocen el símbolo de la rata negra común a las organizaciones europeas, no saben que la expresión 14 palabras significa en el código nazi: 'Debemos asegurar la existencia de nuestra raza y un futuro para nuestros niños blancos', que el número 18 representa la primera y octava letra del alfabeto, la A y la H, de Adolf Hitler".

También el profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, Joan Anton Mellón, estudioso de la materia, detecta un aumento de la intolerancia y la xenofobia entre los jóvenes, caldo de cultivo del fascismo. "Hay mucho contacto, muchas reuniones entre los grupos españoles y extranjeros. Por España están pasando últimamente algunas de las mejores cabezas pensantes y estrategas de la ultraderecha europea. Más que una internacional fascista", subraya, "lo que hay es un gran movimiento que se ajusta muy bien al terreno y los problemas locales. Lo que buscan es algo parecido al modelo Andorra: los nacidos en el país tienen todos los derechos y los de procedencia inmigrante pasan a ser de segunda categoría, mano de obra subasalariada".

El especialista Carles Viñas que ha investigado a fondo a los skinheads (cabezas rapadas) de Cataluña duda, sin embargo, de que pueda hablarse de un momento de particular efervescencia de estos colectivos. "Se regeneran continuamente, pero cumplido el rito de paso juvenil abandonan al llegar a cierta edad. No militan, no son gente disciplinada, son jóvenes que ven que el sistema no les reserva una buena plaza en la escala social y que buscan hacerse con una identidad personal a través de los iconos, la estética, el grupo y la violencia. La extrema derecha política les instrumentaliza, les organiza conciertos de grupos de RAC (rock anticomunista), aunque tampoco tiene interés en que se les asocie públicamente". Carles Viñas duda igualmente de que las cifras de agresiones anuales que denuncia el Movimiento contra la Intolerancia sean seguras. "Nadie está trabajando con rigor en este terreno", apunta.

"Nuestras cifras, las únicas que existen", dice Esteban Ibarra, "son un cálculo hecho a partir de las denuncias que recibimos y de las agresiones de las que tenemos noticias, pero es cierto que en España no hay estadísticas oficiales a pesar de las recomendaciones que la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) le hizo en este sentido. La memoria de la fiscalía, por ejemplo, da cuenta de las ataques, pero sin catalogarlos como agresiones de signo racista". El Ministerio del Interior no ha facilitado dato o contacto alguno para la elaboración de este reportaje.

En lo que todos los especialistas coinciden, también los de la unidad antiultraderecha de los Mossos d'Esquadra, es que los grupos de neonazis reclutan a gente cada vez más joven. De hecho, dos de los siete detenidos en diciembre último en Girona, son adolescentes de 14 años. "En los registros de las casas, lo normal es que el cuarto del chaval está materialmente empapelado de emblemas nazis y repleto de publicaciones racistas muy violentas", indica uno de los agentes. "Creemos que estos últimos de Girona no habían cometido todavía ninguna agresión pero, claro, ves los bates de béisbol con la consigna de mata moros grabada y piensas que es sólo cuestión de tiempo". Según Carles Viñas, el número de skinheads que integran actualmente los grupos violentos se sitúa en torno a los 10.000, una quinta parte de los cuales operaría en Cataluña. La cifra es inferior a los 16.000 que proclaman los grupos neonazis en sus webs y a las que aportaron años atrás fuentes del Cuerpo Nacional de Policía. "El uso de la estética skin no está siempre acompañada de la ideología y mucho menos de la disposición a la violencia", matiza el profesor Viñas.

Eclosión en la 'web'

A falta de medios de comunicación propios, más allá de las revistas-fanzine que publican, Internet les ha brindado la coordinación, debate y difusión necesaria. Al abrigo del vacío legal existente, se ha producido en estos años una verdadera eclosión de páginas web racistas. Y no hace falta ser fiscal para descubrir en ellas los delitos del negativismo del Holocausto, del racismo extremo y la incitación al odio y la violencia racial. Las canciones de la treintena de grupos musicales que actúan en los actos de la ultraderecha ilustran el patetismo y la basura ideológica en la que se mueven. "Los inmigrantes van llegando, nuestro trabajo reivindicando, nuestros niños son asesinados antes de nacer, degenerados y drogados prestaciones van cobrando (...), cabezas rapadas en todas las peleas, combatiendo por sus ideas, expulsando invasores de estas tierras, invocando al Dios de las guerras, sangre y lealtad, al grito de nuestra raza, Europa resurgirá (...) España. Y es la tierra de mis padres por la que luchar (...). Espíritus de muertos SS nos poseen (...). Te recuerdo Rudolf Hess, en nuestras manos está la venganza, malditos judíos", cantan los valencianos de División 250.

Es sólo un ejemplo de lo que circula por la Red en esas páginas, casi todas de chats protegidos, que prestan audiencia a los cabecillas de la ultraderecha y a personajes como José Luis Roberto Navarro, dirigente del partido España 2.000 y propietario de Levantina de Seguridad, empresa que formó parte del servicio de orden en la gran manifestación "contra la intromisión de Cataluña" celebrada en Valencia el 27 de noviembre a iniciativa de Coalición Valenciana.

Abogado y empresario, Roberto Navarro fue investigado en 2000 por la compra de casas abandonadas en la aldea de Las Prediches (Alicante) que iban a ser utilizadas como campo de entrenamiento por una de las organizaciones ultraderechistas inglesas. Presidente de la asociación de clubes de alterne de la Comunidad Valenciana, no ve incompatible la llegada de prostitutas de países del Este, rusas preferentemente, con su denuncia de la inmigración.

Catalogados de "tribus urbanas"

"Somos fascistas, neonazis y racistas, hay que romper, apalear y matar", es la consigna, más o menos explícita, que late en muchas de esas webs. Escandalizado por la impunidad con que se difunden estos mensajes, el Movimiento contra la Intolerancia acusa de inacción de los poderes públicos y habla de una indolencia inexplicable. "Como en otras cosas, me temo que en España sólo reaccionaremos cuando lleguemos al punto crítico", se indigna Esteban Ibarra. Piensa que el hábito policial de catalogar a estos grupos dentro del apartado "tribus urbanas" es un error que desnaturaliza los objetivos políticos que les anima.

Descartadas la frivolidad y el sensacionalismo, es verdad que tampoco en Europa se conoce la receta para tratar de forma idónea el fenómeno porque tampoco los llamados "cordones sanitarios" (alianzas políticas para cerrar el paso a las formaciones de ultraderecha emergentes), el silencio y la ocultación han dado grandes resultados. Como no lo han dado aquellos que desde la izquierda con la mejor de las intenciones y un discurso simplista rechazan todo control, toda ley y defienden el multiculturalismo, ignorando los retos de convivencia y cultura que conllevan, para terminar luego admitiendo que el asunto no tiene solución.

Sea como fuere, la extrema derecha no irrumpe de la noche a la mañana en las instituciones democráticas y tampoco supone una amenaza por sí misma. Sus esperanzas de victoria reposan en el fracaso del sistema a la hora de abordar cuestiones reales como la seguridad, la identidad, la inmigración y los riesgos de la globalización. "Es imposible seguir eliminando barreras entre los pueblos de Europa si los políticos de cada país están ocupados en levantar fronteras entre los distintos pueblos de su propio Estado", dice el presidente de los socialistas europeos, Robin Cook. Su receta para combatir a la extrema derecha consiste en "celebrar la fuerza que la pluralidad cultural aporta a nuestra sociedad, compartir con los inmigrantes nuestros derechos y deberes, presentar a la inmigración no como un problema sino como un reto, insistir en que lejos de ser una amenaza, aportan mucho más de lo que reciben y pavimentan así la ruta de nuestro progreso".

Claro que para eso, subrayan los expertos, debe haber un consenso mínimo entre los grandes partidos, además de una política realista capaz de superar los tópicos de lo "políticamente correcto". Con el incremento de la xenofobia, España ha empezado a cambiar, para mal, pero la incipiente "lepeni-zación de los espíritus" no tiene por qué cuajar inevitablemente en la sociedad ni encontrar asiento en los parlamentos e instituciones. Nuestro país debería poder ahorrarse el fenómeno que envenena en Europa.

A falta de medios de comunicación propios, los grupos neonazis han encontrado en Internet el instrumento para exponer sus ideas con total impunidad.
A falta de medios de comunicación propios, los grupos neonazis han encontrado en Internet el instrumento para exponer sus ideas con total impunidad.GORKA LEJARCEGI

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