Antenas en Valencia

Los tres partidos políticos con representación en el Ayuntamiento de Valencia se han puesto de acuerdo sobre las antenas de telefonía móvil con esta nueva normativa: "Las estaciones radioeléctricas cuyas antenas estén en visión directa de guarderías, centros de educación infantil, primaria, de enseñanza obligatoria y centros educativos no construidos, pero con el suelo cedido, previstos en el PGOU, hospitales, parques, y centros geriátricos orientarán la dirección/eje de apuntamiento de las antenas de manera que ese eje no incida sobre dichos espacios". Las operadoras, por fin, pueden colocar las antenas donde quieran, en el patio de un colegio o a pocos metros de casa de un ciudadano indefenso.

Desaparece la distancia mínima de 100 metros a los espacios radiosensibles citados y no aparecen limitaciones que defiendan al ciudadano. Este premio lo han ganado las empresas tras demostrar reiteradamente que no respetan la normativa, colocando antenas sin licencia. No me sorprende que el concejal de urbanismo, del PP, esté de acuerdo con ceder un derecho de los ciudadanos a las empresas, pero la actitud del PSOE y de IU me preocupa. Esta normativa, que obliga a orientar todas las antenas en direcciones libres de espacios radiosensibles, sin ningún criterio técnico, perjudica la calidad del servicio más que la antigua normativa, que dejaba los espacios radiosensibles libres de antenas en un radio de 100 metros. Sin embargo las operadoras aplauden esta ineficaz normativa porque han conseguido libertad total para la colocación de antenas. Una vez colocadas, las operadoras podrán orientarlas "más o menos" hacia donde les interese, con suma facilidad. Esa manipulación ilícita resultará mucho más fácil que la que hacen ahora, que consiste en subir los pesados casetones de la nueva telefonía UTMS a las terrazas, con nocturnidad y alevosía. Este acuerdo es un cheque en blanco entregado a las operadoras, pero con cargo al ciudadano. No somos tontos, aunque nos traten como tales.