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ABN gana la batalla por Antonveneta tras pactar con BPI la compra de su 29,5%

El banco holandés vence en Italia las trabas que abortaron la oferta de BBVA por BNL

Enric González

Hace sólo cinco meses, Banca Popolare di Lodi parecía haber vencido a los holandeses de ABN-Amro en la disputa por Banca Antonveneta y su consejero delegado, Gianpiero Fiorani, gran amigo del gobernador del Banco de Italia, se encaramaba a la cúspide del sistema financiero italiano. Hoy, Popolare di Lodi se llama Popolare Italiana, Fiorani está inhabilitado y pendiente de procesamiento, y Antonveneta ha caído en manos de ABN-Amro. La rendición de Popolare se firmó ayer de madrugada con la decisión de vender a los holandeses, a 26,5 euros por título, sus acciones en Antonveneta.

Nadie podía esperar que las OPA presentadas por dos bancos extranjeros, el español BBVA y el holandés ABN-Amro, sobre dos entidades italianas de tamaño mediano (Banca Nazionale del Lavoro y Antonveneta, respectivamente) fueran a reventar un statu quo bancario opaco, intrincado y con vocación de eternidad. La llegada de los dos intrusos tuvo, sin embargo, efectos devastadores. El propio Banco de Italia ha sucumbido en la vorágine y su gobernador vitalicio, Antonio Fazio, desprovisto de toda credibilidad, se esfuerza por retrasar una dimisión inevitable y reclamada desde todos los ámbitos.

Todo ha sido sorprendente. Incluso el resultado de las OPA. Por razones de equilibrio, se daba por supuesto un empate: una de las ofertas foráneas iba a salir adelante; la otra, no. El desenlace será ése, probablemente, pero con los protagonistas al revés. El BBVA, de quien se predecía la victoria en BNL, se ha visto desbordado por la aseguradora Unipol, caballero blanco de un grupo de inversores inmobiliarios. Y ABN-Amro, que llegó a darlo todo por perdido y retiró su OPA sobre Antonveneta, se ha quedado con la presa gracias a los tribunales.

La eficacia con que Popolare y su líder, Fiorani, absorbieron acciones de Antonveneta suscitó sospechas en el mercado bancario y en la fiscalía. Bastó que la Guardia de Finanzas investigara un poco para descubrir que Popolare hacía trampa: prestó dinero a clientes y testaferros para que compraran acciones de Antonveneta y, cuando ese tesoro oculto alcanzó el volumen suficiente, presentó la OPA. Inmediatamente recompró las acciones en manos de testaferros y anunció que controlaba la mayoría del capital, por lo que la OPA rival, la de ABN-Amro, resultaba inútil. En su investigación, la policía grabó numerosas conversaciones telefónicas y descubrió que Popolare y Fiorani, auxiliados por especuladores inmobiliarios como Stefano Ricucci (quienes a su vez ejercían como enemigos del BBVA en BNL), no sólo habían engañado al mercado: habían gozado del patrocinio del gobernador Fazio, supuesto árbitro imparcial.

Popolare y Fiorani se hicieron con el control del consejo de administración de Antonveneta el 30 de abril. El 25 de julio, los tribunales secuestraron las acciones de Antonveneta en manos de Popolare, destituyeron al consejo de administración nombrado por Fiorani e inhabilitaron al propio Fiorani. El vuelco fue absoluto. Popolare, con dificultades patrimoniales a causa del gasto masivo en acciones de Antonveneta, con el consejero delegado pendiente de procesamiento y con un juez vigilando todos sus movimientos, decidió replegarse. ABN-Amro anunció que mantenía su interés por Antonveneta y, por tanto, sólo quedaba negociar precios. El miércoles de madrugada, el consejo de administración de Popolare aprobó vender a los holandeses su paquete en Antonveneta, el 29,5% del capital, a 26,5 euros por acción.

Quedan muchos flecos por cerrar. Las acciones que Popolare vende a ABN-Amro siguen, de momento, secuestradas por el juez. El mismo juez tendrá que decidir si es lícito o no que Popolare obtenga beneficios con la venta de Antonveneta a ABN-Amro (pagó una media de 24,4 euros por título y ahora vende a 26,5 euros), dadas las presuntas irregularidades previas. Y falta por ver qué ocurre con Ricucci y compañía, socios de Popolare en la campaña de Antonveneta y de Unipol en la campaña de BNL. Ricucci, como Fiorani, está temporalmente inhabilitado.

El otro banco en conflicto, BNL, se acerca cada vez más a las manos de Unipol, que ayer publicó los detalles de su OPA. La Consob (autoridad bursátil) dio su visto bueno, aunque permanecían los interrogantes sobre el futuro judicial de los especuladores aliados con Unipol y sobre la presunta discriminación cometida con los pequeños accionistas.

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