La fiscalía italiana investiga al presidente de Unipol

El presidente de la aseguradora Unipol, Giovanni Consorte, fue informado ayer de su inscripción en el registro de investigados por parte de la fiscalía de Roma. La inscripción, habitual paso previo al procesamiento, se realizó por varios presuntos delitos cometidos en relación con la compra de acciones de Banca Nazionale del Lavoro (BNL), la entidad que meses atrás suscitó un pulso financiero entre Unipol y el banco español BBVA. La iniciativa de los fiscales hace muy improbable que el Banco de Italia autorice la OPA de Unipol sobre BNL y parece reabrir las opciones del BBVA.

Los presuntos delitos atribuidos a Giovanni Consorte eran los de ocultación de información financiera, manipulación del mercado y obstaculización a las autoridades de vigilancia. Consorte expresó su primera reacción a través de uno de sus abogados: "Prosigue el goteo de informaciones encaminadas a retardar los procesos de autorización que faltan para el lanzamiento de la OPA sobre BNL", declaró el portavoz de Consorte.

En realidad, la inscripción en el registro de investigados sugería algo peor que un simple retraso. Atrapado entre dos fuegos, porque su nombre figuraba también en la investigación milanesa sobre los presuntos fraudes cometidos por Gianpiero Fiorani (Banca Popolare Italiana), la situación de Consorte se hacía cada día más delicada.

El BBVA, por su parte, prefirió no hacer comentarios ante las novedades. En otras ocasiones, sin embargo, sus dirigentes dejaron abierta la posibilidad de replantear nuevamente una OPA sobre BNL si la situación registrara cambios sustanciales.

La fiscalía de Roma abrió su investigación meses atrás, a raíz de un informe presentado por el BBVA en el que se planteaban objeciones al proyecto de OPA de Unipol. La entidad española consideraba irregular que Unipol propusiera pagar un precio (2,9 euros) a un grupo de accionistas de BNL entre los que figuraban los especuladores inmobiliarios Stefano Ricucci y Danilo Coppola y un precio más bajo (2,7 euros) al resto de los accionistas. Los abogados del BBVA también expresaban su perplejidad ante el cambio de razón social que implicaría la OPA, porque la aseguradora Unipol se convertiría en un banco con una división de seguros, y ante los equilibrios financieros que debía realizar Unipol para absorber una entidad cuatro veces mayor.

El BBVA retiró su proyecto de OPA antes del verano, una vez se supo que Unipol controlaba la práctica mayoría de las acciones de BNL a través de aliados. La estrategia proteccionista patrocinada por el gobernador del Banco de Italia, Antonio Fazio, para mantener la "italianidad" de BNL y de Banca Antonveneta (por cuyo control se enfrentaron los holandeses de ABN Amro y Banca Popolare Italiana, con éxito inicial de los segundos) parecía haber triunfado. Pero el castillo de naipes de Popolare se derrumbó, afloraron abundantes irregularidades en su incursión en el capital de Antonveneta y el asunto acabó en vuelco completo: ABN Amro controla hoy Antonveneta y el ex consejero delegado de Popolare, Gianfranco Fiorani, está en la cárcel desde el pasado martes. Un panorama no muy distinto se perfila en el escenario de BNL-Unipol.

El Banco de Italia y la Consob (autoridad bursátil) apuraron al máximo los plazos para emitir un veredicto sobre el proyecto de OPA de Unipol. Estaba prevista una decisión antes de Navidad, pero la acción de la justicia lo deja todo en suspenso. El propio Fazio está en una situación muy comprometida, porque el sumario milanés sobre Popolare y Fiorani apunta hacia él como encubridor de delitos e incluso como patrocinador de los mismos.

Antonio di Pietro, antiguo fiscal de Manos Limpias y protagonista de las investigaciones que en 1992 revelaron una inmensa red de corrupción político-financiera y arrasaron el mapa político italiano, reiteró ayer que, en su opinión, las actuaciones judiciales sobre Popolare, Unipol y BNL suponían sólo "el principio" de una nueva convulsión de gran envergadura.