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Eduardo Moyano recorre en 'La memoria escondida' la emigración a través del cine

Elisa Silió

La dirección de los servicios informativos de Radio Exterior deja poco tiempo a Eduardo Moyano (Madrid, 1952), pero desde 2002 ha hecho un hueco en su agenda para la redacción de La memoria escondida. Emigración y cine (Tabla Rasa), "un viaje de ida y vuelta del fenómeno migratorio a través de películas". El autor se ha propuesto explicar en este libro "cómo fuimos y aún somos emigrantes, y cómo a muchos de nosotros se nos ha olvidado esta condición y vemos al inmigrante como un enemigo capaz de quitarnos el trabajo".

En la primera parte del libro, el periodista aborda el viaje a América en nombre del rey con el análisis de La conquista del paraíso y Alba de América; prosigue con el asentamiento en Suramérica posterior (Frontera Sur y Guarapo); y la emigración interior (Surcos y Piel quemada). Y se detiene en el franquismo, periodo en el que se afirmaba que los emigrantes se iban porque querían. Según Moyano, son pocas las películas que abordan el tema y muestran al español como una persona excelente en títulos como Vente a Alemania, Pepe, de Pedro Lazaga, o Españolas en París, de Roberto Bodegas, la única cinta de la época que, a juicio del autor, recreaba las malas condiciones en las que vivían los emigrantes. Las colonias en África ocupan también espacio en la obra: Kasbah, Lejos de África y El sueño de Tánger.

La segunda parte de La memoria escondida está dedicada a España como receptora de extranjeros: de África (Said, Cartas de Alou y Bwana), Europa del Este (Krapachouk y Hola, ¿estás sola?), Asia (La fuente amarilla) y el Caribe (Cosas que dejé en La Habana y Flores de otro mundo).

Racismo

La tercera está dedicada al paro (Se buscan fullmontis, En la puta calle y Pídele cuentas al rey); y la cuarta a los gitanos. "Es curioso que el mayor racismo se dé con los gitanos, que son españoles. En las películas aparecen siempre elementos folclóricos, salvo casos como Alma gitana o Lola, vende cá", afirma Moyano, que analiza ambos largos. Y por fin la memoria de tiempos pasados en El techo del mundo, de Felipe Vega, la cinta que animó a Moyano a escribir este libro, y Poniente, de Chus Gutiérrez.

El periodista confía en que La memoria escondida se convierta en "un referente para llevar el cine a los institutos", pues es necesario explicar el fenómeno "para no llegar a los guetos de Francia de una población de casi cuatro millones de personas". Habrá que esperar al menos dos generaciones, para que "sean los propios inmigrantes quieres dirijan películas sobre su experiencia en España", opina Moyano, como ocurre ya en Alemana con los turcos nacidos en el país.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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