Una descentralización con poco eco

La Setmana del Llibre en Català, que se inauguró anteayer y se prolongará hasta el 5 de marzo, tiene un seguimiento desigual en las cuatro provincias catalanas. La consejera de Cultura, Caterina Mieras, elogió en la inauguración del encuentro el carácter descentralizador de la presente edición. Pese a los buenos deseos, el éxito inicial de la convocatoria en Barcelona contrasta con su escasa repercusión en el resto de Cataluña.

La semana se beneficia de una gran visibilidad en Barcelona gracias al traslado de su sede principal, ubicada este año en pleno centro de la ciudad. Así, la gran carpa instalada en la plaza de Catalunya ha funcionado como un reclamo para atraer visitantes. El cambio le está reportando en la capital catalana un éxito de público inaudito. La afluencia de gente es constante y numerosa desde la inauguración del evento, aunque los organizadores todavía no pueden aportar datos de asistencia. No obstante, confían en congregar hasta la clausura a los 100.000 visitantes previstos o más. Su confianza se basa, por ejemplo, en las colas de las cajas registradoras del recinto para comprar libros de fondo -algo que no ocurría en pasadas ediciones-, los únicos que se pueden adquirir allí. Sólo existe una excepción al requisito impuesto por los libreros de impedir en la carpa la venta de novedades: se pueden adquirir cuando los autores van a firmar sus obras, que posterioremente se retiran. La facturación de ayer rondó los 36.000 euros, según fuentes de la organización, el 20% más que el año pasado en el mismo día.

En Girona, Lleida y Tarragona se echa de menos una sede relevante que agrupe los actos de la semana. De su programación se encargan sólo algunas librerías. Así, todo indica que el acontecimiento no tendrá este año demasiada repercusión en Lleida, ya que no se ha organizado la tradicional muestra de libros que se realizaba en la Biblioteca Pública, informa Lluís Visa. La única actividad que tendrá lugar en las siete librerías de la provincia adheridas -tres de la capital y cuatro del resto de la provincia- consistirá en la presentación de algunas novedades y la exposición en sus escaparates de libros de fondo. El gremio de libreros de Lleida está molesto por la retirada de la subvención con la que organizaban el evento y ha decidido promover una feria de libros en catalán el primer fin de semana del próximo mes de junio.

Asimismo, los compradores de las librerías de Girona adheridas a la Setmana del Llibre en Català eran ayer incapaces de ver diferencias sustanciales en los títulos expuestos respecto a los de semanas anteriores, informa Gerad Bagué. En algunos casos, sólo los cartelitos promocionales informaban de que el establecimiento participaba en la semana. Sin ningún acto programado para ayer, ésta se inició entre la más absoluta indiferencia. Un lector, descorazonado ante lo nimio de la oferta, recordaba con añoranza anteriores convocatorias, en las que la Casa de Cultura de Girona exponía títulos entre los que se podían hallar sorpresas o libros descatalogados. "Esto de la colaboración de las librerías es una cortina de humo para ocultar que la semana se ha vuelto más centralista que nunca. Quien quiere encontrar libros diferentes tiene que ir a Barcelona", aseguraba este lector.

En Tarragona y en Reus el primer sábado de la Setmana del Llibre en Català arrancó con las librerías cerradas debido al Carnaval, informa Oriol Aymí. La responsable de la librería reusense Gaudí, Montsant Fonts, enjuició de forma positiva el criterio descentralizador aplicado este año, aunque matizó que el evento apenas representa ninguna variación en ventas. En Tarragona este año no se ha levantado la carpa que en años anteriores servía para que los libreros expusieran obras de catálogo que el lector no halla en las librerías.