Humor en el momento
La actualidad es el punto de partida de programas y comedias españolas que triunfan en todas las cadenas de televisión
Para unos, la actualidad se ordena con los mismos criterios que los de la prensa seria. Para otros, los sucesos del momento tienen importancia en la medida en que se puede sacar punta de ellos. Todos, programas o series, se apoyan para construir sus guiones en aquello que circula por los periódicos, los boletines de radio, las agencias, los telediarios e Internet.
Buenafuente -show de madrugada que conduce Andreu Buenafuente, de martes a jueves, en Antena 3- arranca todos los días con un monólogo. Partiendo de una noticia del día, se toma un detalle hasta llevarlo a su extremo más cómico. Luego, en secciones como No te acostarás sin saber dos o tres cosas más, condicionados por la chispa de "una foto, una imagen, una noticia tonta de las agencias", elaboran el sumario, explica Jordi Évole, subdirector del programa e intérprete del personaje de El Follonero, ese que desde la grada del plató le canta las verdades al presentador catalán.
En Las noticias del guiñol (Cuatro y Canal +, de lunes a viernes, 21.50), por el contrario, la selección de temas se realiza "como en una redacción informativa normal", apunta Toni Martínez, director del informativo satírico que acaba de cumplir una década. "No buscamos la comicidad" de lo que acontece "como elemento más destacado"; Las noticias... se convierte en "el espejo deformado de los medios", añade Martínez.
En la comedia 7 vidas, que el próximo domingo alcanza el capítulo 200 (22.00, Tele 5), los guiños a la actualidad son la "bandera de la serie", afirma David Sánchez, coproductor ejecutivo. Ésa es la seña de identidad de la longeva producción de Globomedia, esa identificación con "el personaje, que está leyendo el mismo periódico" que el espectador.
Y en ese diario hay noticias agradables, y otras no tanto. Pero nada escapa a la pluma afilada de los guionistas. Ni siquiera asuntos tan sensibles como el terrorismo. Una broma al respecto "a lo mejor no hace tanta gracia", reconoce Évole, pero ése es uno de los temas en los que el equipo de Buenafuente necesita "tomar posición". Esta semana parodiaron una rueda de prensa de dos encapuchados, gag que pretendía poner en evidencia lo "ridículo" de su discurso.
Eva Hache ya advirtió el pasado mes de noviembre, en la presentación de Noche Hache (madrugadas de lunes a jueves, Cuatro): el suyo sería "el informativo que [Iñaki] Gabilondo no haría". Las noticias son las mismas, "pero el análisis es distinto", amplía Edu Arroyo, director del late night. Por las mañanas, la redacción realiza el "vaciado" de la prensa. Ricardo Castella se encarga de destripar la sección de nacional, y Richard Collins-Moore se ocupa de la internacional, aplicando en cualquier caso los "criterios periodísticos".
Fernando Gil y Marta Nebot se pelean con cámaras y micrófonos de los medios serios en todo tipo de actos públicos. Los reporteros de Noche Hache formulan "las preguntas que esos periodistas no van a hacer". Los personajes públicos, en especial los políticos, les conceden "más margen" para el atrevimiento, reconoce Arroyo. Évole se queja de esa "complacencia" que se ha establecido entre las dos partes. "Los políticos han estudiado estos programas, y dicen y hacen cosas pensando en ellos", cuenta. Eso bien lo sabe su personaje, El Follonero, que se subió esta semana al coche del ministro de Defensa, José Bono, y en el coche oficial mantuvieron una charla.
En esa lista de reporteros-humoristas ocupan lugar destacado los hombres de negro de Caiga quien caiga (Tele 5, viernes, 21.20). Son presencia indispensable en toda convocatoria pública que se precie, y allí arrancan la firma del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para el referéndum que promueve el Partido Popular, o ponen en un aprieto con sus cáusticas preguntas a Mariano Rajoy, líder del PP.
La televisión se retroalimenta en Homo zapping, espacio de Antena 3 (viernes, 21.45) que despide la temporada el 17 de marzo, al cumplir su edición número 100. Un detalle inadvertido de informativos, series, magacines y el resto de formatos televisivos es la materia prima sobre la que se construyen las parodias. ¿Cuál es la clave por la que funcionan los personajes de ficción que tanto recuerdan a Ana Obregón, Pedro Erquicia, Anne Igartiburu o Raquel Revuelta? "Probar continuamente", resume Ramón Lara, subdirector del programa que pilota José Corbacho, consciente de que no hay una fórmula infalible. Los imitados acaban por encajar ese "humor bastante faltón" y aceptan el envite de un cara a cara con su parodia.
Más que en lo que publican los periódicos o lo que escuchan en la radio, Juan Muñoz y José Sánchez, Cruz y Raya, ponen la oreja en lo que se habla en "el trabajo, el bar y el colegio", enumera Muñoz, quien dice practicar la "crítica social" sobre los "problemas que preocupan a la gente". Con mucho tiento, que la audiencia de TVE-1 -que emite su show, los viernes a las 22.00- refleja muchas sensibilidades. Su "asignatura pendiente", confiesa Muñoz, es el teatro, con un espectáculo con "humor de autor, más mordaz" que el de su programa en la cadena pública.
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