Marina Rossell, habaneras en la cárcel
La apertura del Verano de Cultura de Palma de Mallorca, el sábado, transcurrió al son suave de las habaneras dichas con voz clara por la cantautora Marina Rossell. En el patio de armas del castillo de Bellver -al fresco y con buena acústica-, Rossell estrenó su nuevo CD Vistas al mar, un monográfico de canciones coloniales (La paloma, El meu avi, La bella Lola, El adiós del soldado). "Es un ritmo de ida y vuelta", explica Marina, que aporta dos piezas con Paco Ibáñez y Jaume Sisa y homenajea a Carlos Cano. De su viaje a México, la comprometida artista ha escrito Ruta de estrellas sobre "el dolor a la intemperie de las madres de Juárez". En la fortaleza gótica de Bellver se presentan una muestra y un documental sobre otro aspecto del dolor, la falta de libertad: los grafitos que dejaron en sus muros los presos medievales y modernos. El castillo fue prisión de reyes sin corona, de Jovellanos y de los republicanos en 1936. Las historiadoras Elvira González y Magdalena Rosselló han publicado un libro con estas obras anónimas, arte y testimonio de gran expresividad.
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