El virus ya está aquí
El virus H5N1 ha llegado finalmente a España. La visita era esperada. Los especialistas en gripe aviar habían previsto que llegaría a la península con las aves migratorias que durante la primavera vuelan desde África hacia el norte, pero había terminado esta estación sin que se observara ningún caso, de modo que se daba por seguro que el virus aparecería en otoño, con el vuelo de regreso de las aves migratorias. No era concebible que nuestro país escapara a una amenaza que desde 2003 ha alcanzado a 60 países, 14 de ellos en la Unión Europea.
La aparición de este primer caso debe tomarse sin dramatismos, pero con el máximo rigor en la aplicación de las medidas de confinamiento previstas en un círculo de 10 kilómetros a la redonda del humedal de Vitoria donde ha aparecido el ave muerta. Ahora se trata de evitar que llegue a las granjas, porque si lo hiciera, las consecuencias podrían ser mucho más graves, como se ha visto en los cinco países de la UE cuya cabaña aviaria ha sido alcanzada por algún foco de infección.
Además de importantes daños económicos, la extensión del virus a las granjas aumentaría también el riesgo de infección en las personas que tuvieran contacto con las aves enfermas. No hay que olvidar que se trata de un virus especialmente dañino: de las 229 personas que a la Organización Mundial de la Salud (OMS) le consta que se han infectado, la mayor parte de ellas en Asia, 131 han fallecido, lo que supone un elevado índice de mortalidad. Se trata de contagios producidos por el contacto directo con aves infectadas, pero al menos en un caso los servicios epidemiológicos de la OMS han podido constatar que se ha producido una transmisión entre humanos, concretamente entre un padre y un hijo de una familia de la isla de Sumatra que ha perdido a siete de sus miembros a causa de la gripe aviar. Afortunadamente, los análisis han revelado que la mutación sufrida por el virus en este caso era menor y no afectaba a su capacidad de transmitirse entre humanos. El contagio pudo producirse pues por un estrecho contacto entre los afectados y no porque el virus hubiera adquirido la capacidad de transmitirse fácilmente por el aire, como ocurre en la gripe común de los humanos.
Existen, sin embargo, signos alarmantes en este episodio que aconsejan mantener la guardia alta. El hecho de que los cerdos analizados en Sumatra hubieran desarrollado anticuerpos contra el H5N1 significa que habían estado en contacto con el virus, y es conocido que una de las vías para que se produzca la temida mutación que pudiera dar lugar a una pandemia en humanos consiste en que el virus de la gripe aviar y el de la gripe común entren en contacto en algún animal, presumiblemente el cerdo, e intercambien su material genético. Mantener la alerta sin caer en la alarma sigue siendo la receta a seguir contra la amenaza de la gripe aviar.
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