Todos los representantes sindicales en FGV dicen que una baliza habría evitado el accidente
La gerente de la empresa pública dice estar tranquila y no ve razones para dimitir
Los cuatro representantes sindicales en Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) que ayer comparecieron ante la comisión de investigación sobre el accidente de la línea 1 del metro de Valencia, el pasado 3 de julio, coincidieron en señalar que una baliza colocada antes de la fatídica curva podría haber evitado el siniestro. Los sindicalistas dijeron que el comité de seguridad en la circulación de FGV no ha tenido en cuenta algunas de sus recomendaciones. Por su parte, la gerente de FGV, Marisa Gracia, adujo que hablar sólo de una baliza es "simplificar" y no vio razones para dimitir.
Joan Ignasi Pla exige responsabilidades por la decisión de no instalar balizas
"Una baliza [antes de la curva en la que se produjo] habría evitado el accidente". Esta rotunda afirmación la hizo Roberto Navarro, maquinista y representante sindical de UGT en la empresa pública. Y la repitió poco después, con similares palabras y parecido énfasis, Francisco Machado, también maquinista, delegado de CC OO. Ambos coincidieron en que la línea 1 es "segura", pero "no lo suficiente" y que es "mejorable" -"Algo ha fallado, y algo tenemos que hacer", dijo Navarro-, y en que la empresa no suele tener en cuenta las recomendaciones que los representantes sindicales hacen en el seno del comité de seguridad en la circulación. "La empresa es siempre la que decide lo que se hace, y muchas veces el dinero influye", dijo Navarro. Y denunciaron las condiciones de trabajo de los maquinistas de la línea 1 -unidades viejas, sin aire acondicionado en la cabina y largas jornadas laborales-, y la escasa formación que FGV ofrece a los aspirantes a conductores: 240 horas, frente a las 1.150 que prescribe el Ministerio de Fomento. Los otros dos representantes sindicales convocados, Javier Golf, del SIF, y Diego Trigo, del SF, también maquinistas, que comparecieron por la tarde, coincidieron en estas apreciaciones. Estos cuatro profesionales conducen trenes de FGV desde los inicios de la empresa, en la década de los ochenta.
Durante las comparecencias de los sindicalistas salió a relucir un dato hasta ahora desconocido: durante años, en la zona del accidente la velocidad estaba limitada a 60 kilómetros por hora -únicamente 20 menos que la velocidad a la que circulaba el tren siniestrado el 3 de julio- y sólo desde el año 2004 está fijada en 40 kilómetros por hora. Por eso, el delegado de UGT dijo: "Yo no le veo una explicación al accidente sólo por la velocidad". En la misma línea, el representante del SF apuntó a un posible fallo mecánico, además del exceso de velocidad, como posible causa del siniestro. Una posibilidad que la oposición también ha señalado, a raíz del informe de FGV sobre el estado en que quedó la unidad siniestrada: el primer bogie (estructura que forman las ruedas y sus ejes) estaba separado del vagón.
Además, el representante del SIF apuntó que la unidad que sufrió el accidente es muy ligera, lo que en su opinión pudo ayudar a que volcara. Javier Golf dijo que con una unidad más pesada las consecuencias del accidente no habrían sido tan graves.
Por lo que respecta al debate en torno a los sistemas de frenado, los sindicalistas coincidieron en que el de Frenado Automático Puntual (FAP) instalado en la línea 1 "no es malo si se explota al máximo", pero explicaron que "el problema es la inversión", ya que si no se destinan los recursos adecuados no se llegan a desarrollar todas las posibilidades de ese sistema.
Joan Ignasi Pla, secretario general del PSPV, que apeló a su condición de "profesional del transporte público" -fue conductor de autobús en la empresa de su padre- al preguntar a Navarro, explicó que las decisiones en torno a las normas de seguridad de FGV las toman los responsables de la empresa, "que por encima tienen a unos responsables políticos". Y agregó: "Lo digo porque determinados responsables de la empresa decidieron no instalar balizas". Y lamentó que nadie haya admitido error alguno, a pesar de que el siniestro causó 43 víctimas mortales.
Por su parte, el subdelegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Luis Felipe Martínez, que compareció a petición del PP -que le ha acusado de haber anticipado el mismo día 3 las posibles causas del accidente sin base para hacerlo-, defendió que cumplió con su obligación al informar en su momento de lo que le comunicaron los responsables policiales. "Lamento que me hayan hecho venir para abroncarme políticamente", dijo el delegado gubernamental, que añadió: "Politizar este tema de esta manera no me parece bien".
Mientras, el director de Operaciones de FGV, Manuel Sansano, afirmó que por ahora la única causa probada del accidente es el exceso de velocidad y consideró que "no se puede hablar de error humano". Sansano insistió en la tesis oficial de que la línea 1 del metro "es segura", que no hay ningún sistema de seguridad "infalible" y que no se puede garantizar que se hubiera podido evitar el accidente.
A última hora de la tarde compareció ante la comisión Marisa Gracia, directora-gerente de FGV, quien contradijo a los sindicatos al afirmar que ninguno de ellos ha pedido la instalación de una baliza antes de la curva del siniestro y afirmó que hablar sólo de una baliza es "simplificar". Gracia aseguró que el accidente "no se pudo evitar", dijo que está "en paz" consigo misma y no vio razones para dimitir: "Mi responsabilidad es estar donde estoy, para averiguar las causas del accidente; voy a seguir donde estoy, pero mi puesto está a disposición de quien me nombró, desde el día que me nombró". Y aseguró que los trabajadores de FGV han sido "vapuleados".
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