Protestas por los retrasos y cancelaciones en la T-4 de Barajas
Se acabaron las restricciones. Los pasajeros que viajen directamente desde España a Reino Unido ya no se enfrentarán a las estrictas medidas de seguridad impuestas desde el jueves. Sin embargo, todo aquél que se disponga a viajar en los próximos días a EE UU y los que hagan escala en algún aeropuerto británico deberán tener en cuenta las restricciones que se mantienen para sus equipajes de mano.
Las autoridades británicas y estadounidenses redujeron ayer las medidas de seguridad en las que sólo se permitía a los pasajeros introducir en una bolsa de plástico la documentación, el billete de avión y artículos sanitarios y de higiene personal. Las nuevas restricciones se limitan a líquidos, geles y aerosoles. Pero también hay algunas excepciones permitidas, como la comida para bebés, cosméticos sólidos, productos de higiene personal y medicinas con prescripción médica (siempre que el nombre de la receta coincida con el de la tarjeta de embarque).
Ya se puede volver a viajar a estos destinos con aparatos electrónicos como teléfono móvil, ordenador personal (portátil) y con reproductores de audio y vídeo. Algunos pasajeros ya lo hicieron ayer desde el aeropuerto de Barajas hacia Heathrow. Como David Ríosalido, que regresaba a su puesto de trabajo en Londres tras no poder hacerlo el domingo al cancelarse su vuelo. "No facturo nada; llevo el móvil y el reproductor MP3 en la mochila", comentó confiado.
Si el destino ayer no era Reino Unido ni EE UU, pero se hacía escala en Heathrow o Gatwick, había que recurrir a la célebre bolsa de plástico. Aunque hoy se acaben las limitaciones más severas, muchos pasajeros tuvieron que seleccionar ayer lo imprescindible a la hora de preparar su "nueva" bolsa de mano. Esther Corredera llegó con lo que ella consideraba necesario para un viaje a Namibia vía Londres: la documentación, el billete, unas medicinas con receta, una lata de refresco y un libro. Tras pasar por el mostrador de British Airways para facturar su maleta quedó decepcionada: "No me dejan llevarme ni el libro; menos mal que traje las recetas".
Retrasos y cancelaciones
Más enfadadas y buscando una hoja de reclamación aparecieron en el departamento de atención al cliente Isabel y Águeda. A su viaje previsto de una semana a Inglaterra tuvieron que sumar tres días en Heathrow por las cancelaciones en los vuelos. "La organización en el aeropuerto era buena porque habilitaron carpas con sillas y colchonetas. También ofrecían chubasqueros, agua, café y galletas, pero nadie hablaba español en British Airways". La compañía les ha prometido una compensación de 125 libras (185 euros) por cada uno de los días de retraso.
Marta y Rufino esperaban desde el sábado la llegada de su hijo Pablo, de 13 años, que asistía en Londres a un curso de inglés. "Hemos perdido dos días de trabajo y nadie nos ha dado una explicación", comentaron antes de regresar con su hijo a Pamplona.
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