Una nueva filosofía de la historia
En una época en que los estudios de Humanidades discurren mayoritariamente por la senda del artículo sobre un hecho mínimo o sobre la monografía light, resulta una grata sorpresa encontrarse con una obra como ésta. Francisco Rodríguez Adrados, académico de las Reales Academias Española y de la Historia, bien conocido por su larga carrera como catedrático de Filología Griega en la Universidad Complutense, por sus numerosísimas publicaciones sobre lingüística, literatura, filosofía e historia de diversas culturas y por su infatigable lucha en defensa de los estudios clásicos, intenta ahora, a partir de la experiencia de sus muchos años de investigador y de lector reflexivo, dar sentido a la historia humana, elaborando una nueva filosofía de la historia, que él mismo considera el resultado de cuanto ha leído, visto y pensado en toda su vida.
EL RELOJ DE LA HISTORIA. Homo Sapiens, Grecia Antigua y mundo moderno
Francisco Rodríguez Adrados
Ariel. Barcelona, 2006
847 páginas. 39,90 euros
Antecesores de este intento son autores como Spengler, Toynbee, Scheler o Popper, si bien Adrados critica sus insuficiencias e intenta ir más allá, tomando como punto de apoyo el momento único en la historia del mundo que protagonizaron los griegos, al que denomina "despegue" o "gran salto" en la línea de la historia, de modo que presenta las evoluciones de la historia como helenizaciones directas o indirectas, aunque sin olvidar lo mucho que aportaron a este proceso las grandes culturas de Asia y Egipto y las religiones monoteístas, que no son griegas.
Adrados presenta en la pri
mera parte del libro sus bases metodológicas, sobre filosofía de la historia, el concepto de cultura, los rasgos del homo sapiens y los tipos de cambio en la historia, para abordar en la segunda el gran capítulo sobre la cultura greco-occidental, que se inicia con los griegos, desde la llegada de los micénicos, a comienzos del segundo milenio antes de Cristo, sigue con Roma y el Imperio Cristiano, pasando por la formación de la nueva Europa tras la época de los descubrimientos y el Imperio Napoleónico, hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. En la tercera parte analiza el periodo entre 1945 y 2005, que titula "hacia la unidad del mundo, con sus problemas", para terminar con una breve cuarta parte, en la que presenta algunas consideraciones sobre pasado, presente y futuro, como conclusión de todo cuanto ha desarrollado en los capítulos anteriores.
En este libro arriesgado y
original, ciclópeo, Francisco Rodríguez Adrados aborda múltiples cuestiones de historia, literatura, filosofía, arte o sociología, desde una perspectiva helenocéntrica. Son múltiples las ideas originales que aporta y muchas las cuestiones que plantea. Es, pues, una obra sin duda discutible en el detalle, pero enormemente atractiva en su propósito de presentar de un modo compacto y unitario, en una senda continua y comprensible, un conjunto enorme de fenómenos heterogéneos, a la manera en que el astronauta contempla la tierra como un gran panorama que puede ser descrito en sus componentes fundamentales, haciendo abstracción de los pequeños detalles de cada paisaje y de cada pueblo, en tanto que no son visibles desde la distancia del observador.
El libro, escrito con el apasionamiento de quien ha dedicado toda su vida y su esfuerzo a desentrañar lo que representan los griegos en nuestro mundo y a comunicar sus saberes a los demás, se lee con enorme agrado, pese a sus dimensiones y a la variedad y profundidad de sus temas, y suscita múltiples motivos para la reflexión y ¿por qué no? para la polémica. Toda la rica experiencia vital e intelectual del profesor Adrados late en cada una de sus páginas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.