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Columna
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Las aguas bajan negras

Preocupado por la grave contaminacion de la ría de Vigo, me viene al recuerdo el titulo de una pelicula de José Luis Saenz de Heredia -Las aguas bajan negras(1948)-, ambientada en Asturias durante las guerras carlistas del siglo XIX, y que nada tiene que ver, por cierto, con el saneamiento de los vertidos líquidos. Pero es que esa hermosa ría se halla convertida, por desidia de nuestros gobernantes, en una nauseabunda cloaca. Así lo acaba de denunciar un informe de la Asociacion Tecnológica para el Tratamiento del Agua (ATTA) que señala como "casos particularmente preocupantes" en Galicia los de Vigo y Ourense.

Desde 1991, la UE obliga a todas las aglomeraciones urbanas a depurar sus aguas usadas. Sóo se debe devolver a ríos, lagos y mares aguas descontaminadas, filtradas y depuradas. Pero España figura entre los últimos de la clase. Mas de 800 pueblos y ciudades carecen de depuradora. Y existen en el territorio español mas de 18.000 puntos donde se efectúan vertidos de aguas negras que van directo a la red fluvial o al mar, emponzoñando la naturaleza. Un verdadero escándalo ecológico. Y un despilfarro irresponsable de un líquido cada vez más escaso.

La carga microbiológica de las aguas de la ría de Vigo -o sea, la contaminación orgánica por coliformes de heces humanas- supera los límites máximos establecidos. Lo cual contituye un verdadero peligro sanitario para los bañistas, así como para los mejillones que allí se crian y para sus consumidores.

Cuando, por suciedades de origen humano, las aguas están de tal modo contaminadas, contienen bacterias, protozoarios y también virus patógenos. Varias enfermedades pueden surgir por contacto o ingestión. Los síntomas más usuales son dolores abdominales, diarreas, náuseas, vómitos y fiebres. Puede ser grave en los niños y en las personas de la tercera edad, por riesgo de deshidratación. En muchos países en vías de desarrollo este tipo de enfermedades, que van de la gastroenteritis al cólera, constituye la principal causa de mortalidad. Mas de 30.000 niños, por ejemplo, mueren cada día en el mundo sólo por ingerir agua de mala calidad.

El virus de la hepatitis A puede sobrevivir hasta tres meses en las aguas residuales. Produce pérdida de apetito, náuseas, problemas gástricos y una coloracion oscura a las orinas. Los protozoarios más comunes -organismos microscópicos de una sola célula- son los parásitos Giardia Lamblia y Criptosporidio, cuya ingestión produce también diarrea, cansancio general y pérdida de peso.

En la ría de Vigo las aguas, contaminadas también por las pluviales, contienen además sustancias químicas y metales pesados como el plomo y el arsénico que pueden perturbar el sistema endocrínico, y que los moluscos como los mejillones tienen tendencia a retener a modo de filtro.

Los bañistas que nadan en este tipo de aguas negras corren el riesgo de quejarse no sólo de problemas gastrointestinales, sino también de infecciones en los ojos. La presencia en el agua de nuestra ría de productos muy tóxicos como los pesticidas utilizados en la agricultura, en la silvicultura y en la jardinería están causando por otra parte disfuncionamientos genéticos en los peces, y constituyen un gravísimo peligro para la salud (cáncer) y el medio ambiente.

La Union Europea ha fijado 2015 como el año de la tolerancia cero en materia de depuracion de aguas contaminadas. Y la Xunta de Galicia se ha comprometido a sanear la ría de Vigo en tres años. El conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, ha afirmado que "en el primer semestre de 2011, la calidad de las aguas de la ría de Vigo dejará de ser un problema medioambiental". Ojalá que así sea.

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