La gasolina se abarata, aunque lentamente

Los consumidores asumen con resignación la subida de las gasolinas cuando el petróleo se dispara y esperan ansiosos bajadas contundentes en el momento en que la materia prima comienza a relajarse. Más allá de que pueda haber prácticas anticompetitivas que mantengan artificialmente elevado el nivel de los precios, la evolución de los combustibles nunca refleja fielmente -ni cuando perjudica ni cuando favorece- los movimientos en la cotización internacional del crudo.

El barril de brent, variedad de referencia en Europa, ha subido un 49% en el último año. Para los bolsillos europeos, ese incremento se ha limitado al 39%, pues la fortaleza que ha mantenido la moneda europea frente al dólar ha permitido comprar más barata una materia prima que se vende en la moneda estadounidense.

En ese mismo periodo, la gasolina ha subido un 13%, lo que significa que la escalada del crudo ha supuesto el triple que la de la gasolina. Peor suerte ha corrido el gasóleo, que cuesta hoy un 23% más caro que hace un año. En todo caso, tampoco llega al nivel de revalorización del brent.

A partir de mediados de julio, la materia prima empezó a bajar, lo que ha repercutido en la cantidad que el consumidor abona al llenar el depósito. El petróleo en dólares ha descendido un 24% hasta primeros de septiembre, aunque en euros la bajada ha sido del 17%. Al igual que ocurrió con las subidas, el gasóleo se muestra más sensible a las fluctuaciones, con un descenso del 9,7% desde mediados de julio. Y la gasolina resulta ahora un 6,4% más económica.

Estos datos colocan a España entre los países donde más ha disminuido el precio de los combustibles desde que se inició la etapa de bajadas, según datos de la Comisión Europea. Las caídas han sido mayores que en grandes países de la zona euro como Alemania, Francia o Italia.

Con todo, los consumidores se retraen ya a la hora de usar sus vehículos. En los seis primeros meses del año, el consumo de gasolina ha caído un 6,2% y el del gasóleo, un 2,6%, según datos del Ministerio de Industria. Se trata de un fenómeno desconocido desde 1997.