BBK y Kutxa deciden fusionarse para crear la tercera caja en beneficios
Xabier de Irala será el presidente del consejo durante el periodo de transición
La Caja de Ahorros de Euskadi nació ayer. Surge como consecuencia del acuerdo de fusión por extinción decidido por los respectivos consejos de administración de BBK y Kutxa. Queda abierto así un proceso legal que conlleva el envío de este proyecto a los órganos reguladores correspondientes, el Gobierno vasco, el Banco de España y la Comisión Nacional de Competencia para su sanción antes de la ratificación definitiva en las respectivas asambleas generales.
En un plazo no superior a 45 días, la nueva entidad financiera, que Xabier de Irala presidirá durante el periodo de transición, puede ser una realidad y convertirse así en la tercera caja de España por beneficios y patrimonio neto, según datos consolidados a 31 de diciembre de 2007 (véase cuadro adjunto).
Como se preveía, los centros de decisión de la futura Caja de Ahorros de Euskadi se repartirán en dos sedes con marcado acento propio. La sede de Bilbao concentrará la política económico-financiera consustancial al negocio bancario, mientras las cuestiones benéfico-sociales tendrán su ubicación en San Sebastián.
El proyecto de fusión a dos, impulsado por el PNV tras la renovación de los órganos internos, y que ha contado desde el pasado mes de mayo con el lógico respaldo de Xabier de Irala y Xabier Iturbe, presidentes respectivos de BBK y Kutxa, queda ya encarrilado. Eso sí, en su acuerdo de resolución, las dos entidades fusionadas contemplan la incorporación de Caja Vital, ahora descartada, aunque en el sector político y financiero lo considera posible tras las elecciones autonómicas de marzo.
BBK y Kutxa quieren reforzar, principalmente, la magnitud económica de su unión por encima del curso de las negociaciones encaminadas a conseguir en la asamblea de la caja guipuzcoana la mayoría absoluta que permita la fusión y que actualmente necesita de un voto tras el acuerdo entre PNV y CC OO. En la resolución de ayer, las dos cajas subrayan su solvencia financiera. La caja vizcaína dispone de un coeficiente de solvencia del 19%, a diciembre del pasado año, mientras la guipuzcoana se queda en el 17%, que les permite ocupar los puestos primero y segundo, respectivamente, entre las cajas con mayor volumen de activos.
Pero los dos consejos de administración enmarcaron ayer su acuerdo en el posible contexto de fusiones de cajas de ahorros que se empieza a esbozar en el resto del mapa financiero español. Por ello alertaron de que "la reactivación del proceso histórico de integración de las cajas de ahorros dentro del Estado es tan sólo una cuestión de tiempo".
Por encima de las magnitudes económico-financieras de esta operación, ninguna de las partes concernidas hace abstracción de la repercusión social que provoca este tipo de acuerdos entre dos entidades con fortalezas desniveladas (60-40 a favor de BBK) y genuinas representantes de la idiosincrasia de sus respectivos territorios. Por ello, en el régimen de funcionamiento se ha dispuesto que cada presidente de las dos entidades dispondrá de derecho de veto en la comisión ejecutiva que pilotará la transición hacia la Caja de Ahorros de Euskadi.
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