_
_
_
_
El adiós de un gran intelectual de la izquierda
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

De todo ello hace ya un siglo

Compartí con Carlos Castilla muchas peripecias humanas y políticas y siempre he sido un acompañante fiel de su literatura, de sus actitudes profesionales, de su pensamiento civil. De él me sedujo siempre su fervor ideológico, su sentido de la dialéctica, su crítica de la cultura y de la sociedad. Lo conocí en Córdoba, en los años sesenta, en una de aquellas asambleas clandestinas organizadas por el Partido Comunista, la única organización política realmente eficaz entonces dentro de la oposición antifranquista.

Pero, más allá de nuestra relación literaria o de nuestras coincidencias políticas, me atraía mucho el personaje divertido, el generoso conversador, el amante de los nobles placeres de la vida. Era un hombre docto, un espíritu independiente y un profesional magnífico. Tenía fama de psiquiatra severo, pero era un interlocutor apasionante y un compañero sin tacha.

Más información
La lucidez de un resistente

Teoría de sentimientos

En su obra, aparte de las memorias, Pretérito imperfecto y Casa del Olivo, me interesaron de modo especial sus tratados sobre la incomunicación y su teoría de los sentimientos. Son textos que he tenido muy presentes y he releído con frecuencia. Casi siempre estaba de acuerdo con su capacidad de penetración en la vida cotidiana, en la conciencia individual, en las complejas estructuras del pensamiento humano. Pero, más que su inflexible actividad en la medicina o sus gestiones de hombre culto muy seguro de sus ideas, quisiera evocar ahora su propensión a limar asperezas, el contenido vitalista de su risa. Recuerdo, por ejemplo, una actuación suya realmente memorable. Fue en Baeza, creo que en 1966, durante aquel homenaje a Machado que prohibió la autoridad gubernativa. Íbamos juntos en la cabecera de un grupo. Ya cerca del monumento al poeta, nos interceptó un piquete de grises y Carlos se encaró con el teniente que los comandaba. Con toda naturalidad, trató de convencerlo de que nuestros propósitos eran sensatos y pacíficos. En vista de que aquel policía no le hacía caso, Carlos terminó pidiéndole la documentación. Quería saber quién era el responsable de tan cerril actitud hacia un grupo de gente devota de Machado. Fue un momento muy tenso y lo extraño es que el teniente, que no salía de su asombro, estuvo a punto de enseñarle el carnet, aunque al final se contuvo y mandó cargar contra nosotros.

De todo eso hace ya un siglo, pero prefiero recordar a ese Castilla del Pino tan íntegro y dialogante, tan deseoso de vivir y tan partidario de la libertad de la cultura.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_