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Columna
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Imposturas

Lo último es deslocalizar paisajes y patrióticos concursos de Miss España. Esto suena más sencillo, verdad, porque las bellas señoritas aspirantes resultan más fáciles de mover de Marina D'Or a Cancún, donde en la señalada fecha del 18 de julio nos van a elegir a la "española más guapa". En bañador y sin mascarilla, que ya no hay tanta fiebre porcina aunque siga garantizada la presencia de unos cuantos cerdos calenturientos. Exportar esta feria humana a la Riviera Maya tiene la ventaja de que la ves en la tele (mexicana, por supuesto) y te parece que no han salido de casa, tan encementados ambos paraísos que hasta resultan intercambiables. Si la directora de Greenpeace Patricia Arendar ha denunciado en México la deforestación, depredación de manglares y especies, el uso de energías sucias, el 68% de la población vulnerable... del término de Oropesa y adyacentes, ni les cuento, que ya lo saben.

Esto de confundir lugares empieza ya a ser demasiado frecuente. Hace nada un folleto de la Consejería de Turismo de Murcia promocionaba el arte rupestre de su municipio Moratalla con una imagen captada en la valenciana Valltorta. O sea, se apropian de la cueva La Saltadora y aún dicen que no es para tanto, que al fin y al cabo se trata de un "patrimonio universal". En pago por el romance entre los dos presidentes amiguitos del alma, Valcárcel y Camps, mos volen furtar l'arquer. Eso pasa por llamarle arte rupestre levantino. Y menos mal que no ha sido un despiste de la imperialista Catalunya...

Ni autores ni inspectores de algunos folletos institucionales parecen muy viajados ni tener buena vista. En uno de la Junta de Andalucía se presentaba al Guadalquivir, "la gran ruta del interior", junto a la catedral de Palma de Mallorca, la Almudaina y el lago salado del Parc del Mar, que también merecen promoción pero quedan un pelín trasmano. Una agencia de viajes exhibía las bellezas de Formentor para publicitar Gibraltar y la baratura del tabaco que se vende en El Peñón. Mucho más lejos se fueron los creativos de una campaña para la Costa Brava, que buscando turismo inglés para las islas Medas, Portlligat, Tossa de Mar o Calella incluyeron imágenes captadas en Australia y Canadá.

Además de la volatilidad de montes, cabos o penínsulas, ("no me gustan los míos, pongo otros") en las campañas promocionales también cabe recurrir al photoshop para remendar los parajes después de haberlos maltratado. Igual que se alisan las patas de gallo se pueden restituir los árboles de un bosque deteriorado o eliminar la suciedad de unas playas, milagros posibles en la pantalla que amagan idéntico fraude a cuando se borra de la foto a un político depurado o imputado (Trotski, Fabra...). Airbrush out se llama ahora. Y así nos reescriben historia y naturaleza. La actriz Carolina Cerezuela asevera desde grandes carteles que Elche le encanta. Y no lo duden: hay que ir a Elche, por muchos motivos encantador. Pero la playa elegida para el posado (se lo aseguro porque la frecuento desde hace décadas) ya no resulta así de idílica. El plano contiene truco, sometiendo el lugar a camuflaje como quien barre la basura debajo de la alfombra. Si el ángulo seleccionado por el fotógrafo hubiera sido un poco más honrado nos mostraría la sierra de Santa Pola devorada y tapizada de adosados y la línea de playa cosida de torres de apartamentos.

Pero es sabido que la publicidad y la política impostoras consisten precisamente en hurtarnos la cruel realidad. Feliz verano.

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