Garbajosa pone la directa

Se acabó el sufrimiento del Madrid. El conjunto de Ettore Messina venció anoche al Cajasol (67-60) en el tercer partido de los cuartos y certificó su pase a las semifinales de la ACB. Lo hizo tras sufrir lo indecible ante el cuadro de Joan Plaza, cuya disciplina defensiva puso a los blancos al límite, desbordados en ocasiones por el miedo al fracaso. La aportación de Garbajosa, clave en la eliminatoria, salvó los muebles y un proyecto, el del tácnico italiano, que no acaba de carburar. Ahora espera el Caja Laboral como último escollo para llegar a la final.

La sombra del descalabro rondó Vistalegre. El Cajasol vivió de inicio con escasas rentas, pero suficientes para inquietar al Madrid. Savanovic, imparable en los dos anteriores encuentros, volvía a campar a sus anchas. Sin argumentos positivos y con el agua al cuello, Messina dio entrada a Bullock y Garbajosa, claves en el partido precedente para la vital victoria madridista. La respuesta: parcial de 10-0. Especialmente decisiva fue la aparición del ala pívot de Torrejón, que secó a la estrella serbia del Cajasol y, con sus triples, abrió la pista para que Velickovic, en la posición de alero, abusara de su altura ante defensores más bajos.

Doce fueron los puntos con los que llegó el Madrid al descanso (41-29). Los mismos que dilapidó tras permanecer más de cinco minutos sin anotar una canasta y que permitió la igualada (41-41, m. 26). Con Ellis inspirado desde el perímetro (cinco triples), a los blancos les entró el miedo escénico. Nadie olvidaba la dolorosa primera derrota, en casa y que provocó que Messina afirmase que prefería jugársela lejos. Pero para ahuyentar fantasmas estaba Garbajosa. Una vez más, un triple suyo y su marcaje a Savanovic, que amenazaba con desmelenarse en el ataque, supuso el despegue definitivo de la nave madridista, que volvió a moverse con rentas de 10 o 12 puntos de diferencia.

Controlado el panorama cuando el encuentro enfilaba su ocaso, de poco sirvieron ya los esfuerzos de los pupilos de Plaza por recortar distancias, casi extenuados tras su gran serie. Al borde de la capitulación sevillista, Llull emergió para impregnar la cancha de su enérgico talento y cerrar una eliminatoria que, más allá de la victoria, deja tocado al Madrid.

Ahora, en las semifinales, espera el Caja Laboral. Los de Ivanovic solventaron por la vía rápida su duelo con el Asefa Estudiantes y reciben a los madridistas, con el factor cancha a favor, al mejor de cinco partidos. El proyecto de Messina, más en entredicho que nunca, busca la redención. Ganar el título la consumaría.