Túnez disuelve a la policía política del régimen de Ben Ali
Un Gobierno de tecnócratas intenta reactivar la economía
A nuevos tiempos, nuevos métodos. El Ministerio del Interior de Túnez anunció ayer, a través de su página en Facebook, la disolución de la temible policía política del derrocado presidente Zine el Abidine Ben Ali.
El comunicado colgado en la red social estipula la "supresión de la Dirección de la Seguridad del Estado", responsable de la represión política durante la dictadura.
El departamento, integrado por miles de agentes y otros tantos soplones, desaparece y además no será sustituido por nada parecido. Interior proclama "la ruptura definitiva con cualquier forma de organización que se asemeje a la policía política en cuanto a su estructura, misiones o prácticas".
Estas medidas, concluye el texto, ilustran el "compromiso de Interior de aplicar la ley y respetar las libertades y derechos cívicos".
Miles de tunecinos exigieron en la calle que el país se ponga a trabajar
La elección de Facebook para dar la noticia es acaso un guiño a una red que cuenta con medio millón de usuarios en Túnez y que desempeñó un papel destacado a principios de enero, durante la etapa más caliente de la revolución. Y por eso el aplauso de los internautas tunecinos fue inmediato y casi unánime.
La disolución de la policía política era una de las reivindicaciones de la sociedad civil tunecina, reagrupada en el Comité de Protección de la Revolución, que ha impuesto su agenda para los próximos meses.
Hace cuatro días el presidente interino, Fued Mebazaa, de 77 años, confirmó que cedía a la principal exigencia de los jóvenes que acampaban en la ciudad antigua de Túnez ante la jefatura del Gobierno.
Mebazaa anunció, para 24 de julio, la elección de una Asamblea Constituyente mediante una ley electoral que deberán consensuar los principales partidos.
El nuevo primer ministro, Beji Caid Sebsi, de 84 años, satisfizo ayer otra demanda de la sociedad civil al presentar el tercer Gobierno de la transición tunecina que arrancó hace casi dos meses con la huida de Ben Ali.
El anterior Ejecutivo se descompuso la semana pasada con la dimisión de varios ministros de la oposición y otros a los que los manifestantes acusaban de haber colaborado con entusiasmo con el depuesto Ben Ali. Por esa razón se vio obligado a renunciar a su cargo Mohamed Ghanuchi, el anterior primer ministro.
El recién estrenado Gobierno cuenta con 22 ministros, incluidos cinco nuevos que sustituyen a los dimisionarios. Ninguno de ellos está marcado por la dictadura. Son tecnócratas que tratarán de reactivar la maltrecha economía del país cuyo crecimiento está estancado después de haber tenido durante años un ritmo de expansión del 5%.
Todos ellos se han comprometido además a no presentarse a las elecciones. El presidente Mebazaa y el primer ministro Caid Sebsi han prometido también retirarse de la vida política en cuanto se ponga a trabajar la Asamblea Constituyente.
La vuelta al trabajo para que la economía no siga deteriorándose es también otra de las preocupaciones de los tunecinos ahora que la hoja de ruta hacia la democracia parece a grandes rasgos clara.
Unas 10.000 personas se concentraron el domingo en El Menzah, en la periferia de Túnez, para gritar: "¡Queremos avanzar hacia la democracia con tranquilidad!", "¡Estudios y trabajo para construir la patria!" y "¡No a los enfrentamientos al margen de las urnas!".
La muchedumbre fue "convocada por un grupo de ciudadanos a través de Internet y ninguna asociación ni partido están detrás de la iniciativa", explicó Wadiaa Haddaj, uno de los organizadores de la reunión multitudinaria.
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