Freixenet aplica un ERTE a 1.000 trabajadores
La compañía reacciona a la caída de la demanda minimizando su producción hasta final de año
Freixenet se suma a la lista de damnificados por los efectos de la covid-19. La empresa ha presentado un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que afecta a 1.050 trabajadores. La mayoría de ellos, unos 950, son empleados de las bodegas que explota el grupo en la zona del Penedès, bajo las marcas Freixenet, Castellblanc, Segura Viudas y UCSA, elaboradora del vino René Barbier, pero el recorte también arrastra al departamento comercial y a las delegaciones de la compañía fuera de Cataluña.
El ERTE está en vigor...
Freixenet se suma a la lista de damnificados por los efectos de la covid-19. La empresa ha presentado un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que afecta a 1.050 trabajadores. La mayoría de ellos, unos 950, son empleados de las bodegas que explota el grupo en la zona del Penedès, bajo las marcas Freixenet, Castellblanc, Segura Viudas y UCSA, elaboradora del vino René Barbier, pero el recorte también arrastra al departamento comercial y a las delegaciones de la compañía fuera de Cataluña.
El ERTE está en vigor desde esta semana y podría alargarse hasta el 31 de diciembre, pero la empresa y los representantes de los trabajadores harán un seguimiento de la evolución de la situación para “desafectar al personal lo antes posible”. La dirección del grupo ha informado que la medida se debe a “causas económicas, técnicas, organizativas y de producción” que están directamente relacionadas con la covid-19. Alega que es una decisión obligada “para salvaguardar la viabilidad económica de la compañía”. Freixenet, líder mundial del cava y que tiene un volumen de ventas que supera los 540 millones de euros, ha sucumbido a la caída de la demanda provocada por el cerrojazo del sector de la hostelería y la restauración durante la pandemia. La estrategia para atenuar el golpe y evitar la acumulación de estocs pasa por rebajar la producción.
Esta medida contempla una reducción de la jornada laboral de entre el 20% y el 40%, con la esperanza que, tras el verano, los pedidos de cara a la campaña de Navidad permitan volver a incrementar el ritmo de trabajo. Representantes de los trabajadores conceden que el ERTE “se veía venir” por las dificultades que está sufriendo el sector. Las negociaciones entre las sindicatos y la empresa se alargaron durante días y la plantilla se ha asegurado seguir percibiendo el 100% de las pagas extras y vacaciones. La prestación por desocupación que se cobrará del Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe) será proporcional al tiempo que se deja de trabajar. Más allá del perjuicio directo que tiene el ERTE en los empleados de Freixenet, la desaceleración de la actividad de la compañía afecta a toda la comarca del Penedès, una zona fuertemente dependiente de la elaboración de vino y cava y epicentro de un negocio que genera un impacto superior a los 1.100 millones de euros anuales.
El ERTE se produce cuando se cumplen dos años de la adquisición del 50,6% de las acciones de Freixenet por parte de la multinacional alemana Henkell. La alianza de ambas empresas buscaba unir fuerzas para convertirse en el líder mundial del sector de los vinos espumosos. Al poderío de Freixenet en el cava se le sumó el dominio de Henkell en el prosecco, con la marca Mionetto, y la supremacía de Henkell Trocken, el vino espumoso más exportado de Alemania. Juntas, las empresas emplean a 4.000 personas en todo el mundo.