La pandemia impacta más en el alquiler que en la compra de casas
El porcentaje de personas que pretenden arrendar se iguala con el de aquellos que desean ser propietarios; en febrero, los primeros suponían diez puntos más
La epidemia de coronavirus ha trastocado el sector inmobiliario de muchas maneras, desde el número de operaciones que se cierran hasta los precios de los inmuebles. En la base de todo ello están las intenciones de cambio de casa de los ciudadanos, y eso es lo que ha analizado un estudio publicado por Fotocasa este martes. La principal conclusión es que un 27% de personas ha realizado alguna acción relacionada con el mercado (intentar comprar, vender o alquilar una casa) en los últimos doce meses, frente al 31% que declaraba estar en esa situación el pasado febrero. Pero la caída es desigual: mientras el mercado de compraventas se muestra casi estable, el de arrendamientos se ha visto más afectado. “Históricamente siempre ha sido más sensible a cualquier cambio o alteración en el entorno”, razona el portal inmobiliario.
El estudio se basa en algo más de 5.000 encuestas online realizadas a finales de agosto y principios de septiembre. Los resultados se comparan con una muestra similar que se tomó el pasado febrero y que ahora se revela muy útil para evaluar el impacto de los seis primeros meses de pandemia sobre el sector. Desde el punto de vista de las compraventas, el 3% de los encuestados afirmó haber comprado una vivienda en los últimos 12 meses, el mismo porcentaje que en febrero. Un 9%, frente a un 10% a principios de año, reconocía haber buscado sin conseguir culminar la compra. Del lado de los vendedores, los porcentajes no se alteran en ninguna de las dos muestras: un 2% señaló haber vendido una vivienda y un 3% estar intentando venderla, sin éxito.
Sin embargo, del lado del alquiler la bajada de la actividad se traduce en caídas de porcentaje desde casi todos los puntos de vista. Quienes han arrendado una vivienda como inquilinos en los últimos 12 meses son un 6%, frente al 8% en febrero; y quienes han optado por arrendar una habitación en un piso compartido, un 4% (por un 6% antes de la pandemia). También los propietarios que han alquilado una casa bajan del 4% al 3%. Y quienes han buscado una habitación sin éxito pasan del 2% al 1%. Invariables se mantienen los inquilinos que no han llegado a alquilar casa (2%) y también los propietarios que lo han intentado sin éxito (1%).
En suma, menos oferta y menos demanda para los alquileres, un sector delicado según muchos expertos porque una parte sustancial de quienes lo componen se encuentran en situaciones de mayor precariedad que aquellos que tienen casas en propiedad. Como resultado, la actividad de alquiler y compra prácticamente se ha igualado desde el punto de vista de la demanda: un 44% se relaciona con los arrendamientos y un 43% con la compra. En febrero, esos porcentajes eran del 49% y el 39%, respectivamente. Un 12% son demandantes de vivienda participan a la vez en ambos mercados (es decir, que buscan tanto para comprar como para alquilar).
La Comunidad Valenciana, la más afectada
El estudio también detecta diferencias territoriales y concluye que la Comunidad Valenciana, altamente dependiente del turismo y de las segundas residencias, es la que muestra un mayor retroceso de actividad, que pasa del 19% al 14% en compraventa y del 23% al 14% en alquiler. También se registran retrocesos en Andalucía y País Vasco, mientras que en Madrid y Cataluña el comportamiento es dispar: la compraventa gana porcentaje y el alquiler baja tres y cuatro puntos respectivamente. Estos porcentajes se calculan sobre el total de los encuestados.
Por grupos de edad, el sostenimiento de la compraventa se sustenta sobre las personas entre 35 y 44 años, el único donde han crecido las acciones relacionadas con este segmento del mercado. Ese aumento compensa las ligeras bajadas entre generaciones más jóvenes o más mayores. La intención de alquilar, por el contrario, cede terreno en todas las franjas de edad.
Un dato llamativo es que la intención de comprar vivienda en un plazo máximo de dos años ha pasado del 5% al 8% de los encuestados. Esto sugiere que hay una bolsa de demanda contenida y también se relaciona con el hecho de que, durante el confinamiento, muchas personas se hayan planteado cambiar de casa, como han constatado otros estudios. Entre los motivos que impiden cambiar de casa, la crisis se siente: quienes descartan comprar porque su situación económica o laboral se lo impide, han pasado del 31% de febrero al 35% de finales de verano.
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