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Mediapro, en el centro de la tormenta del fútbol francés

El grupo renegocia los derechos televisivos después de dejar sin pagar en octubre 172 millones de euros

La superestrella del fútbol francés, Kylian Mbappe, en el Stade de France vacío durante un partido Francia-Suecia el 17 de noviembre
La superestrella del fútbol francés, Kylian Mbappe, en el Stade de France vacío durante un partido Francia-Suecia el 17 de noviembreFRANCOIS MORI (AP)
Marc Bassets

Una empresa española con capital chino que entra en un mercado nuevo en plena euforia y después tiene dificultades para pagar lo debido. Una liga con superestrellas, pero lejos del brillo de las competiciones de otros países, y que ahora teme ver truncado su sueño de alcanzar la primera división global. Una pandemia que, según algunos expertos, acelera una crisis que llevaba tiempo gestándose.

El caso Mediapro, como se conocía en Francia, contiene los ingredientes de una tormenta perfecta que pone en jaque al fútbol francés. En el centro se encuentra Mediapro, la multinacional hispano-china que en 2018 adquirió por 780 millones de euros anuales la mayoría de los derechos televisivos del fútbol francés de los años 2020 a 2024, y ahora quiere rebajar la factura. Si Mediapro no alcanza pronto un acuerdo con la Liga de Fútbol Profesional (LFP), muchos clubes que dependen del dinero televisivo temen que no podrán afrontar los gastos de los próximos meses. El martes, el presidente Emmanuel Macron declaró que no corresponde al Estado meterse en un asunto entre entidades privadas.

La tormenta estalló a principios de octubre, cuando Jaume Roures, socio fundador de Mediapro, anunció en L’Équipe la intención de “renegociar” el contrato con la LFP. Unos días antes, Mediapro se había acogido a la protección del Tribunal de Comercio. Este paso prevé una conciliación entre el acreedor y el deudor. De momento, ha permitido a Mediapro congelar el pago de 172 millones que debía haber efectuado el 5 de octubre. El próximo abono estaba previsto para el 5 de diciembre.

”Los efectos de la covid en el fútbol hacen que el contrato de hace dos años ya no se pueda contemplar como si la situación fuese la misma”, dice Roures a EL PAÍS. “Nosotros colaboraremos activamente con cualquier acuerdo que sea, no sé si bueno, pero sí el menos malo para todas las partes”, añade.

En una entrevista con Le Journal du Dimanche, Vincent Labrune, presidente de la LFP, señaló que espera que Mediapro “respete sus compromisos y, como mínimo, demuestre responsabilidad”. La liga ha obtenido un préstamo de 120 millones para suplir parcialmente la falta de ingresos. Varios dirigentes de clubes han expresado su deseo de volver a Canal +, el difusor histórico. Labrune rechazó a través de una portavoz hablar con este diario.

”Es como un alquiler firmado entre un propietario y un inquilino en el que, de la noche a la mañana, el inquilino decide dejar de pagar”, comenta el diputado de la mayoría macronista Cédric Roussel, quien en la Asamblea Nacional llegó a calificar la situación de “toma de rehenes”. “Con este comportamiento, la relación de confianza necesariamente se vuelve frágil, lo que no es positivo para la reputación de Mediapro en Francia y en el ámbito internacional”, opina. E insiste: “Decir ‘suspendo los pagos porque quiero una negociación’, para mí esto es una toma de rehenes”.

Un fenómeno profundo

”¿Hay una situación de covid?”, replica Roures. “Sí. ¿Afecta a todos los sectores sociales y económicos? Sí. ¿Hay unas leyes especiales para la situación de covid en todos los países? Es evidente. ¿En Francia hay una ley especial para las cuestiones afectadas por la covid y que se controla por medio de los jueces? Es evidente. Entonces, ¿aplicar la ley es tomar rehenes?”, abunda.

Para el economista del deporte Wladimir Andreff, la crisis va más allá de Roures y Mediapro y tiene que ver con la dependencia de la televisión que tienen los clubes, entre otros factores. “El caso Mediapro es revelador de un fenómeno bastante profundo en el fútbol europeo”, incide. Otro economista, Jean-Pascal Gayant, de la Universidad de Le Mans, considera que, ya en 2018, al subastarse los derechos, el montante era “irrazonable” para una liga con estrellas, pero con poca emoción debido al dominio del Paris Saint-Germain.

”Nos encontramos ante alguien que tomó unos riesgos un poco desconsiderados. Incluso sin la crisis de la covid, Mediapro estaba abocada al fracaso”, afirma Gayant. “El consumidor ha anticipado que no es un difusor fiable. Así que no se suscribirá”, defiende. “Estoy dispuesto a apostar que, a finales de agosto o en septiembre de 2021, Mediapro ya no será el principal difusor del fútbol en Francia”, concluye.

Entre la euforia de 2018 y la resaca impuesta por el virus

En mayo de 2018, cuando Mediapro ganó la subasta para hacerse con los derechos de la LFP, el ambiente era de euforia en el fútbol francés. La subasta alcanzó los 1.153 millones de euros, un 60% más con respecto a lo que se había pagado hasta entonces. Francia, que se disponía a ganar el Mundial de fútbol de ese año, soñaba con equipararse con las grandes ligas europeas. La mayor parte del nuevo pastel correspondió a Mediapro; el resto, a beIN Sports. Canal+, que había controlado los derechos desde 1984, quedó fuera de juego y se dijo que a su modelo de negocio, basado el fútbol y el cine, le costaría sobrevivir al golpe. Era el fin de una era. “Se habla esta mañana de la supervivencia de Canal+. Yo lo que cuestiono es la supervivencia de Mediapro y los demás”, pronosticó entonces el presidente de la cadena de pago francesa, Maxime Saada.

“Sabíamos que este contrato era frágil. Pienso que las personas que lo negociaron no fueron muy serias”, dijo esta semana el presidente francés, Emmanuel Macron en una reunión con dirigentes deportivos en el Elíseo. Aludía, según un portavoz presidencial, tanto a la liga como a los clubes.

La pandemia, que paralizó la liga francesa en el primer confinamiento y después vació los estadios, acabó de complicar las cosas. El número de abonados de Téléfoot, la cadena de Mediapro, nunca despegó. En octubre, Jaume Roures, fundador de Mediapro, dijo que tenían unos 600.000 abonados. “Nos ha repercutido, nos está repercutiendo”, admite ahora Roures. Pero añade: “Que quede claro que Téléfoot continuará, como quedará claro ese fin de semana, porque está emitiendo. Supongo que, poco a poco, la situación irá mejorando. El mundo de la televisión también está tocado por la covid”.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

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