Una Navidad bonificada (si se paga con tarjeta)

El Ejecutivo italiano crea una aplicación para evitar el pago en efectivo, que devolverá a los ciudadanos el 10% de las compras que realicen con tarjeta

Inauguración en Roma del árbol de Navidad el Ayuntamiento el pasado martes.Riccardo Antimiani (EFE)

―¿Con recibo o sin recibo?

La pregunta es un clásico ya a pleno derecho de la economía italiana. Uno puede escucharla al realizar compras, pago de servicios o reparaciones de cualquier tipo. El país transalpino tiene una cultura del efectivo que contribuye a una de las economías sumergidas más grandes de Europa (211.000 millones de euros, el 11% del PIB, según el instituto estadístico italiano). El problema, cree el Gobierno, es que más allá de la picaresca del fontanero, las compras en pequeños negocios o la odisea de encontrar en Roma un taxi que acepte tarjeta, se trata de un profund...

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―¿Con recibo o sin recibo?

La pregunta es un clásico ya a pleno derecho de la economía italiana. Uno puede escucharla al realizar compras, pago de servicios o reparaciones de cualquier tipo. El país transalpino tiene una cultura del efectivo que contribuye a una de las economías sumergidas más grandes de Europa (211.000 millones de euros, el 11% del PIB, según el instituto estadístico italiano). El problema, cree el Gobierno, es que más allá de la picaresca del fontanero, las compras en pequeños negocios o la odisea de encontrar en Roma un taxi que acepte tarjeta, se trata de un profundo acercamiento cultural a la cuestión del plástico y el dinero digital. Hay desconfianza y sensación de que resulta más caro. Por eso, de cara a las Navidades y en plena crisis provocada por la pandemia, el Ejecutivo ha decidido incentivar el pago con tarjeta mediante bonificaciones del 10% en todas las compras. El sistema, una aplicación donde hay que registrar los distintos métodos de pago digitales de los que se dispone, cuenta ya siete millones de descargas. Un éxito que ha derivado también en problemas técnicos.

El sistema, que la empresa encargada y el Ejecutivo definían antes de que arrancase como una “operación única en Europa”, empezó a trompicones. El lunes hubo 653.000 descargas de la aplicación, pero solo uno de cada cuatro usuarios consiguió registrarse. El sistema se colapsó también por la masiva entrada de solicitudes en un día de fiesta. “La verdad es que infravaloramos el interés de los ciudadanos en este sistema”, señaló la empresa responsable al diario la Repubblica. El número de descargas, sin embargo, supera ya los siete millones y se realizan 14.000 operaciones por segundo.

La aplicación, llamada Io, permitirá el reembolso durante la campaña navideña del 10% del valor de las compras hasta un máximo de 150 euros. Sin embargo, el Ejecutivo pretende extender el proyecto más allá de las fiestas para combatir la economía sumergida. El Banco de Italia publicó el pasado enero que en el 2016 el 85,9% de las transacciones fueron realizadas en metálico. Un número que constituye el 68,4% del total de operaciones. El plan Italia Cashless empezará el 1 de enero y funcionará sobre la misma base. El reembolso del 10% se aplicará en compras y consumiciones en locales de restauración. Sin embargo, deberán realizarse un mínimo de 50 pagos para que el retorno sea ejecutado.

Algunas asociaciones de consumidores han alertado de que el sistema podría excluir a la población que no tiene los medios y conocimientos tecnológicos suficientes, que suele coincidir con los mayores. Para poderse registrar en la aplicación es necesario tener el equivalente a un certificado digital o un DNI electrónico, además de un dispositivo donde descargarla para incluir los datos personales y de las tarjetas.

El sistema se ha convertido también en una especie de concurso (el propio primer ministro, Giuseppe Conte, lo presentó la semana pasada durante una rueda de prensa que recordaba a esos formatos televisivos). Porque los 100.000 usuarios que alcancen primero el mayor número de compras en un semestre recibirán también un reembolso de 1.500 euros. Además, desde el 1 de enero se creará una suerte de lotería de los recibos, todo inventario de premios en el que los tiques servirán como boletos.

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