Repsol redobla su apuesta por el hidrógeno con una inversión de 2.500 millones hasta 2030
Su intención es alcanzar una capacidad de 1,9 gigavatios en la próxima década, casi un 60% más de lo que preveía en su último plan estratégico
Repsol continúa en su estrategia de diversificación de su negocio tradicional, el del petróleo. La empresa energética española ha anunciado este jueves una inversión de 2.549 millones de euros en hidrógeno verde de aquí a 2030. Con este aumento de los recursos destinados al hidrógeno verde, Repsol busca convertirse en el tercer productor a escala europea. Su objetivo pasa por tener una capacidad equivalente a 552 megavatios (MW) en 2025 y 1,9 gigavatios (GW) en 2030, un 38% y un 58% más respecto a lo que contemplaba en ...
Repsol continúa en su estrategia de diversificación de su negocio tradicional, el del petróleo. La empresa energética española ha anunciado este jueves una inversión de 2.549 millones de euros en hidrógeno verde de aquí a 2030. Con este aumento de los recursos destinados al hidrógeno verde, Repsol busca convertirse en el tercer productor a escala europea. Su objetivo pasa por tener una capacidad equivalente a 552 megavatios (MW) en 2025 y 1,9 gigavatios (GW) en 2030, un 38% y un 58% más respecto a lo que contemplaba en su último plan estratégico, presentado en noviembre del año pasado. El hidrógeno verde es, subraya la compañía, “uno de los pilares” en su estrategia de descarbonización.
“Para nosotros esta es una apuesta estratégica y tenemos la ambición de llevar esta tecnología a escala comercial antes de 2030″, ha explicado este jueves Tomás Malango, director del área de Hidrógeno de Repsol, durante la presentación de los planes de la compañía en esa materia. “Es una oportunidad no exenta de riesgos, pero que está ahí. Por eso hemos tomado la determinación de incrementar el objetivo que nos pusimos en noviembre del año pasado”.
En la primera fase de este despliegue inversor, la que concluye en 2025, la petrolera destinará 179 millones de euros a la instalación de grandes electrolizadores que darán servicio a sus complejos industriales (en Bilbao, Tarragona y Cartagena), según detallan fuentes de la compañía. Otros 273 millones se destinarán a soluciones para obtener hidrógeno a partir de biogás; 32 millones irán a parar a la planta de combustibles sintéticos que se construirá en la capital vizcaína; 25 millones se destinarán a la planta demostrativa de Puertollano (Ciudad Real); 48 millones a proyectos piloto para segmentos de movilidad y uso industrial; y 54 millones a la puesta en marcha de electrolizadores, “que se impulsarán junto con distintos socios en sectores industriales alternativos”. En la segunda fase, entre 2025 y 2030, se desplegarán el resto de proyectos, “que se encuentran en una fase más incipiente de maduración”.
En plena escalada de los precios de la electricidad, para que el llamado hidrógeno verde —generado con energías renovables— tenga futuro el precio de la luz con la que se genera debería rondar los “35 o 40 euros por megavatio-hora”, según Malango. Con todo, el jefe de Hidrógeno de Repsol ha confiado en que el avance de las tecnologías renovables en los próximos años reducirá el coste de la luz y hará posible ese objetivo. “Nos va a hacer falta mucha renovable para hacer todo este hidrógeno”, ha subrayado.
Más allá de su habitual uso industrial, Repsol ve factible que en 2030 el hidrógeno ya sea una alternativa real para el transporte pesado. Entretanto, en el caso de los vehículos ligeros la electrificación “representará una opción competitiva” a medida que se desarrollen las tecnologías de pilas de combustible de hidrógeno. “La combinación de biocombustibles avanzados, combustibles sintéticos e hidrógeno renovable es la opción más competitiva para superar los desafíos de la descarbonización en sectores en los que la electrificación no es viable”, subraya Malango.
España está, según Repsol, en una situación “privilegiada” frente a otros países para capitalizar la oportunidad que representa el hidrógeno verde, gracias a la “gran disponibilidad” de recursos solares y eólicos, así como por la “capacidad de adaptación” de su industria. Hoy, Europa representa aproximadamente el 10% del mercado mundial de hidrógeno y España un 1%, pero la inmensa mayoría de ese volumen se produce todavía con energías fósiles. Casi el 80% del hidrógeno que se utiliza en España se destina a actividades de refino de crudo y Repsol es de largo el mayor productor y consumidor de este elemento químico en la península Ibérica, con una cuota cercana al 60% del total.
Hace algo menos de un mes, Repsol anunció la instalación de su primer electrolizador —necesario para la obtención de hidrógeno— en su refinería de Bilbao, que entrará en funcionamiento el año que viene con una pequeña capacidad de 2,5 MW. En sus instalaciones de Cartagena y de Tarragona, la empresa ha comunicado la instalación de dos electrolizadores de 100 MW. Y en el País Vasco, otro de 10 MW abastecerá de hidrógeno la planta de combustibles sintéticos que se pondrá en marcha en el puerto de Bilbao. En paralelo, la empresa afirma estar adaptando sus infraestructuras de generación de hidrógeno convencional para emplear biogás en el proceso.
Acuerdo con EDP
En paralelo a su nueva senda inversora, Repsol ha anunciado este miércoles un acuerdo con la eléctrica portuguesa EDP para “evaluar nuevas oportunidades de inversión” en proyectos de conjuntos de hidrógeno renovable en la península Ibérica. El pacto identifica tres “proyectos potenciales” para ser desarrollados a medias, dos en España —en Aboño, donde pretende crear un “valle del hidrógeno verde” en Asturias, y en el País Vasco, que pasa por la puesta en marcha de un electrolizador a gran escala y que está enmarcado en el llamado “corredor vasco del hidrógeno”— y otro en Portugal, en Sines (150 kilómetros al sur de Lisboa), donde la española cuenta con un complejo industrial en el que acaba de anunciar una inversión de 657 millones de euros.
Repsol, en plena transición hacia los negocios con menor impacto ambiental pero todavía muy dependiente de los combustibles fósiles, ve en el hidrógeno una oportunidad para transformar sus complejos industriales en “centros multienergéticos”. Por su parte EDP mantiene su promesa de convertirse en una empresa neutra en carbono y “100% verde” en 2030. Para lograr este objetivo, dice, la colaboración con otras grandes empresas y socios industriales es absolutamente crucial.
No es la primera vez que Repsol y EDP unen sus fuerzas en proyectos conjuntos. Ambas compañías son socias en el primer parque eólico marino flotante de Europa continental, el Windfloat Atlantic, que está situado frente a la costa de Viana do Castelo, en Portugal. También en otros proyectos de energía eólica, como los parques mar adentro de Inch Cape o MORL, ambos en el Reino Unido.