La OCDE urge a América Latina a resolver “cuatro trampas” que impiden su desarrollo
El organismo prevé un crecimiento del 6% en la región este año, pero advierte de una desaceleración a partir de 2022. Junto con otras organizaciones, insta a renovar el contrato social
Este año, las economías de América Latina y el Caribe crecerán en promedio un 6%, de acuerdo con un estimado de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Además, la evolución de la pandemia de la covid-19 seguirá determinando el comportamiento de la economía. Los autores de un reporte publicado este jueves por varios organismos multilaterales esperan que el crecimiento sea más lento en 2022 y aseguran que los problemas estructurales de los países en la región se han vuelto ahora más urgentes, entre ellos el vencimiento de un contrato social que tiene ...
Este año, las economías de América Latina y el Caribe crecerán en promedio un 6%, de acuerdo con un estimado de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Además, la evolución de la pandemia de la covid-19 seguirá determinando el comportamiento de la economía. Los autores de un reporte publicado este jueves por varios organismos multilaterales esperan que el crecimiento sea más lento en 2022 y aseguran que los problemas estructurales de los países en la región se han vuelto ahora más urgentes, entre ellos el vencimiento de un contrato social que tiene a la población descontenta y desconfiada.
La OCDE publicó junto con el Banco de Desarrollo de América Latin (CAF), la Comisión Europea y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas un reporte anual con perspectivas económicas en el que especialistas aseguran que América Latina enfrenta cuatro “trampas” de desarrollo que preceden a la pandemia y que deberán ser atacadas para elevar la calidad de vida y el bienestar de los ciudadanos. A su juicio, la baja productividad, la desigualdad, la debilidad de las instituciones y la amenaza a la sostenibilidad ambiental son impedimentos al crecimiento económico inclusivo. A pesar de las medidas más rápidas para responder a la pandemia, América Latina ha sido la región más afectada del mundo en términos socioeconómicos. El producto interno bruto per cápita de la región no volverá a niveles anteriores a la pandemia hasta 2023 o 2024.
“La pandemia golpeó a América Latina y el Caribe en un momento en que la región ya enfrentaba las profundas trampas de desarrollo identificadas desde 2019″, dice el reporte de unas 270 páginas. “El contexto posterior a la covid-19 debe aprovecharse como una oportunidad única para adoptar una estrategia multidimensional de desarrollo y redefinir las políticas nacionales mediante la creación de consenso entre los ciudadanos y la implementación de las reformas pendientes necesarias para impulsar la recuperación”, añade.
El crecimiento visto en muchos países de la región este año se debe no solo al rebote estadístico de comparación al considerar la brutal caída del producto interno bruto (PIB) en 2020, se debe también a los efectos positivos de la demanda externa y el alza en el precio de las materias primas que exporta la región, así como a los incrementos en la demanda. “El escenario para lo que resta de 2021 y para 2022 está sujeto a la evolución de la pandemia, y el auge de la variante delta, el despliegue de la vacuna y descontento público que se ha traducido en protestas sociales en algunos países”, dice el reporte finalizado antes de que se identificara la cepa ómicron.
“El principal motor del crecimiento a corto plazo será la demanda interna, en particular el consumo, ya que se eliminan las restricciones de movilidad, lo que permite reanudar los servicios. Además, un ciclo político repleto en la región, con elecciones presidenciales y/o legislativas entre la segunda mitad de 2021 y fines de 2022 en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México y Perú, pesan sobre las expectativas y podría mantener moderada la inversión”, aseguran las multilaterales.
El reporte hace hincapié en el malestar social que viven ciertos países de América Latina, producto de la desigualdad, la falta de servicios públicos de calidad y la desconfianza en las instituciones. “El malestar social sigue siendo un factor clave que afecta la estabilidad económica. Las protestas sociales recientes destacan la necesidad de lograr un modelo de crecimiento más inclusivo, mejorar el bienestar de los ciudadanos y generar consenso entre los ciudadanos en un contrato social renovado”, apuntan los especialistas.
La OCDE y el resto de las organizaciones que firman el documento, urgen a implementar estrategias de vacunación efectivas y equitativas como medida a corto plazo para impulsar la recuperación económica. En el mediano plazo, los Gobiernos deben implementar políticas que mejoren la productividad, como, por ejemplo, impulsar las tecnologías digitales para abrir el abanico de oportunidades de trabajo. Las multilaterales, además, incluyeron un capítulo entero sobre el vencimiento de actual contrato social, el cual se refiere al acuerdo implícito entre el Estado y sus ciudadanos en relación a sus derechos y obligaciones.
“La renovación del contrato social puede implicar la concreción de varios pactos en ámbitos de políticas específicos (por ejemplo, un pacto fiscal) y la creación de un amplio apoyo entre las diversas partes interesadas (por ejemplo, el gobierno, la sociedad civil, los sindicatos, el sector privado)”, aseguran las organizaciones en el documento. “Lograr pactos justos, legítimos y estables requerirá participar en procesos de formulación de políticas abiertos e inclusivos y aplicar políticas sólidas de integridad pública para evitar el riesgo de que las élites poderosas se apoderen de las políticas. Prestar atención a la economía política de la reforma será fundamental para alcanzar acuerdos estables y duraderos”, agregan.
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