Wallbox eleva sus pérdidas operativas un 155%, hasta los 136 millones
El fabricante de cargadores eléctricos duplicó su facturación pero se queda por debajo de sus previsiones para 2022
Wallbox, empresa barcelonesa especializada en cargadores para vehículos eléctricos, cerró 2022 con pérdidas operativas de 136,7 millones de euros, un 155% más con relación a 2021, en un contexto de crecimiento, si bien menor de lo esperado, en el que ha facturado 146,9 millones, un 105% más, pero por debajo de las previsiones para el año. Según los resultados financieros comunicados este miércoles a la SEC, el regulador bursátil norteamericano, el ebitda ajustado (resultado bruto operativo) se ha situado en los 88,2 millones ne...
Wallbox, empresa barcelonesa especializada en cargadores para vehículos eléctricos, cerró 2022 con pérdidas operativas de 136,7 millones de euros, un 155% más con relación a 2021, en un contexto de crecimiento, si bien menor de lo esperado, en el que ha facturado 146,9 millones, un 105% más, pero por debajo de las previsiones para el año. Según los resultados financieros comunicados este miércoles a la SEC, el regulador bursátil norteamericano, el ebitda ajustado (resultado bruto operativo) se ha situado en los 88,2 millones negativos, un 150% más en comparación con los 35,2 millones negativos del año anterior.
La compañía, que cotiza en la bolsa de Nueva York y que no ha comunicado por el momento el resultado neto, destaca que ha incrementado su margen bruto hasta el 40,5%, en un ejercicio en el que ha vendido más de 230.000 cargadores y ha abierto dos fábricas: en Barcelona, para multiplicar su producción en Europa, y en Arlington (Estados Unidos), para dar servicio en este caso al mercado norteamericano.
Durante el pasado año también anunció la adquisición de COILInc, un instalador de cargadores de vehículos eléctricos estadounidense, y de Ares Electronics, un proveedor de placas de circuitos impresos que amplía sus capacidades de diseño y fabricación; y ha ampliado capital en 43,5 millones de euros. Con todo, la desaceleración de las entregas de vehículos eléctricos ha impactado directamente en el desarrollo del negocio de Wallbox, que recortará su plantilla en 96 empleados en España, un 9,5% del total, dentro de un plan de reducción de costes de unos 50 millones anuales.
En rueda de prensa, el consejero delegado de la firma, Enric Asunción, ha defendido al respecto que “cualquier empresa responsable debe ajustar el gasto a la evolución de las expectativas”. Ha indicado que si los analistas preveían inicialmente que en 2023 se iban a entregar cuatro millones de coches eléctricos en Europa, ahora esta cifra estimada se ha recortado hasta los 3,1 millones.
Con todo, ha sostenido que Wallbox no ha crecido más rápido de lo debido, sino que ha ido “a la velocidad necesaria para ser líder en un mercado que está en sus inicios y que crecerá de forma exponencial”. Asunción prevé que Wallbox mantenga “un crecimiento muy acelerado”en los Estados Unidos, dado que ha firmado cartas de intenciones no vinculantes por valor de más de 30 millones de dólares en ventas de su cargador ultrarrápido Hypernova, que cumple con los requisitos del programa dela administración estadounidense para impulsar las ventas de coches sin emisiones en ese país. De hecho, ha dicho que “es clave que Europa haga algo parecido”, ya que “el gran reto del coche eléctrico es la infraestructura” que necesita y que todavía no está plenamente desarrollada.
Los resultados de Wallbox están por debajo de lo previsto el año pasado: los ingresos han sido finalmente de 146,9 millones y se pronosticaban entre 175 y 205 millones de euros de facturación. Sus ingresos en Norteamérica crecieron un 425%, de modo que esa zona geográfica concentra ya el 25% de las ventas, mientras en Europa factura un 66 % del total.
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