La revisión de los datos de crecimiento sitúa al Reino Unido al borde de la recesión
El PIB del país se contrajo un 0,1% en el tercer trimestre de 2023. La Oficina Nacional de Estadística también revisa a la baja las dos décimas de subida del segundo trimestre
El Gobierno de Rishi Sunak cierra 2023 con malas noticias. El primer ministro prometió al comienzo de su mandato, hace poco más de un año, que situaría al Reino Unido en la senda del crecimiento. Los datos revisados de la Oficina Nacional de Estadística (ONS, en sus siglas en inglés), publicados este viernes, indican que la economía del país decreció un 0,1% durante el tercer trimestre. Las previsiones iniciales s...
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El Gobierno de Rishi Sunak cierra 2023 con malas noticias. El primer ministro prometió al comienzo de su mandato, hace poco más de un año, que situaría al Reino Unido en la senda del crecimiento. Los datos revisados de la Oficina Nacional de Estadística (ONS, en sus siglas en inglés), publicados este viernes, indican que la economía del país decreció un 0,1% durante el tercer trimestre. Las previsiones iniciales señalaban un comportamiento plano durante ese periodo. Asimismo, el ascenso del 0,2% otorgado al periodo entre abril y junio también se ha rebajado. El PIB se mantuvo estancado, en el 0%.
La economía británica atraviesa un periodo de letargo, con dudas constantes sobre el sentido al alza o la baja de su crecimiento. La actividad todavía intenta recuperarse de una inflación —del 3,9% en noviembre— que fue de las más altas de Europa y registró cifras de doble dígito entre septiembre de 2022 y marzo de 2023. Los costes de financiación también han supuesto un lastre. El Banco de Inglaterra (BoE, en sus siglas en inglés) lleva una racha de 14 subidas consecutivas de los tipos de interés, hoy en el 5,25%, y ninguna previsión de rebajar la presión.
Acompañado todo de las consecuencias del Brexit, que comenzaron a sentirse con total claridad una vez disipada la niebla de la pandemia, el BoE y las principales instituciones económicas del país anticipan un 2024 que se mantendrá prácticamente plano, a pesar del retroceso experimentado por la inflación.
Las elecciones generales están previstas para finales del año que viene. El Gobierno de Sunak entra directamente en un periodo electoral, y su ministro de Economía, Jeremy Hunt, insiste estos días en que la realidad del Reino Unido es menos sombría de lo que apuntan las cifras oficiales. “Hemos visto cómo la inflación volvía a caer esta semana. Y la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria [el organismo independiente que fiscaliza los presupuestos y cuentas del Gobierno] prevé que las medidas anunciadas en el último ‘presupuesto de otoño’, que suponen el mayor recorte de impuestos corporativos en la historia moderna del Reino Unido y rebajas fiscales para 29 millones de trabajadores, puedan dar un gran empujón a las cifras de crecimiento”, ha defendido Hunt.
Los sectores más débiles
La ONS señala como principales causas de la revisión a la baja de los datos la debilidad de las pequeñas empresas, la industria cinematográfica británica, la ingeniería, el diseño y las telecomunicaciones y las empresas tecnológicas. El reciente anuncio del Gobierno de que renunciaba a seguir adelante con el multimillonario proyecto de tren de alta velocidad en el norte de Inglaterra, el HS2, supuso un mazazo considerable para las empresas de ingeniería civil, y lanzó el mensaje de que Downing Street echaba el freno en la prometida inversión masiva en infraestructura pública.
Una recesión, en sentido técnico, comienza cuando se producen dos trimestres consecutivos con cifras negativas de PIB. Si el periodo entre octubre y diciembre de 2023 registrara también un decrecimiento, por leve que fuera, el Reino Unido entraría en territorio delicado.
“Trece años de fracaso económico, bajo el liderazgo de los conservadores, han dejado a los ciudadanos en peores condiciones de vida, con facturas más altas, hipotecas más costosas y precios disparados de la bolsa de la compra”, ha señalado la portavoz de Economía de la oposición laborista, Rachel Reeves, que se perfila ya claramente como la futura ministra responsable de las cuentas del Reino Unido si, como anticipan las encuestas, los laboristas se hacen con el poder.
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