La facturación de las energéticas acumula una caída de más del 30% en el último año y medio

La caída a plomo del precio de la electricidad en el último año y medio ha ocasionado que las empresas del sector mermen drásticamente sus ingresos. De enero de 2023 a junio de este año, las compañías de suministro de energía eléctrica y agua, saneamiento y gestión de residuos han reducido su facturación en más de un 30%, según los datos publicados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Su frenazo ha impactado de lleno en el índice general, pese a que el comercio y los servicios no financieros en realidad han mantenido o incluso han visto engordar su caja. Las cifras apuntan a que la vuelta a la normalidad, tras los picos de precios en la factura de la luz y el gas, registrados al poco de la invasión rusa de Ucrania, ha hecho mella en las cuentas de las principales sociedades de la industria y, según los expertos, la tendencia se mantendrá hasta finales de 2024.

La evolución de la cifra de negocios, ya corregida de efectos estacionales y de calendario, muestra que el índice ha caído más de un 30% desde enero de 2023 a junio de este año. Aunque la estadística agrupa en el mismo bloque a compañías de agua y saneamiento, son las energéticas como Endesa o TotalEnergies las que realmente se anotan una menor cifra de negocios como consecuencia del abaratamiento del precio de la luz y el empeoramiento del negocio del gas, que hace un año era extraordinario y ahora se ha desinflado. La mayor eléctrica de Europa, Iberdrola, registró una caída en la cifra de ventas del 14% en el primer semestre de este año, mientras que en el caso de Naturgy fue de casi un 25%, según se deduce de sus cuentas de resultados. Las cifras contrastan con ese récord alcanzado en 2022, en pleno año de crisis energética, cuando la facturación de ambas empresas fue superior a los 53.000 y 33.000 millones de euros, respectivamente.

Hoy, con el precio mayorista por los suelos, las eléctricas se han enzarzado en una guerra de tarifas para evitar una fuga masiva de clientes e incluso han adoptado estrategias comerciales históricamente asociadas a otros sectores, como las contraofertas y programas de puntos. Todo esto con tal de no ver disminuidos sus ingresos y retener a los usuarios. El cambio de tendencia ha hecho que los beneficios de la mayoría de las compañías en el sector se paralicen. Endesa, la segunda mayor eléctrica de España, ganó 800 millones de euros en los seis primeros meses del año. La cifra es un 9% menor a la registrada entre enero y junio de 2023. Dos factores explican esta merma: la caída en las tarifas y en la base de clientes en el mercado libre, donde perdió 200.000 contratos, un 2% en comparación anual.

TotalEnergies se sitúa en la misma línea, con una caída en el beneficio bruto de explotación (ebitda) ajustado superior al 11% respecto a hace un año. Iberdrola parece haber sido la excepción, con un ebitda reportado a cierre de junio de más de 9.600 millones, lo que representa un aumento del 27% respecto al ejercicio previo. El repunte se debió a las fuertes plusvalías registradas en México y, según la empresa, al mejor desempeño operativo.

Frenazo generalizado

A diferencia de las energéticas, otras empresas sí han visto un repunte en sus ingresos. La mejor evolución se observa en los servicios no financieros, con una tasa en torno al 6%, según las cifras de negocios presentadas por el INE, ya corregidas de efectos estacionales y de calendario. El comercio ha sufrido alguna caída leve en estos meses, pero a cierre de junio se ha mantenido en terreno positivo, con una tasa media del 0,9%. Las industrias extractivas, por su parte, son las que peor evolución registran, acumulando más de un año con cifras negativas que rondan el 2%.

El aparente frenazo en la facturación podría ser consecuencia de la moderación de la inflación. Después de unos años convulsos, donde los precios alcanzaron niveles desconocidos —hubo tasas superiores al 10%—, finalmente el IPC se ha moderado, consiguiendo niveles más habituales incluso en el sector de la alimentación. Esta contención, aunque permite cierta recuperación en el volumen de consumo, también da menos margen a las empresas para elevar sus precios.

Si se analiza solo junio, se observa que la cifra de negocios de las empresas bajó un 2,7% interanual. Con esta tasa, las ventas de las empresas vuelven a ser negativas y rompen con dos meses al alza (en abril y mayo la facturación subió un 7,8% y un 1,4%, respectivamente). La caída fue consecuencia de las menores ventas registradas por casi todos los sectores, especialmente el suministro de energía eléctrica y agua, que las recortó un 21,3% interanual. Por su parte, la industria y el comercio registraron un descenso interanual de sus ingresos del 5% y del 1%, respectivamente, mientras que el único ascenso de las ventas se lo anotaron los servicios, con un alza del 2,2%.

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