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Francisco Polo: “Los nómadas digitales son una fantástica oportunidad para España”

El Alto Comisionado para España Nación Emprendedora cree que la recientemente aprobada ley de ‘start-ups’ reduce las posibilidades de fracaso de los empresarios

Josep Catà Figuls
Francisco Polo, en Barcelona.
Francisco Polo, en Barcelona.Carles Ribas

Francisco Polo (41 años) lleva un lustro en el Gobierno al frente de las políticas sobre emprendimiento, y recientemente ha sacado adelante su proyecto estrella, la ley de start-ups. Conoce bien el sector, ya que cosechó un gran éxito con su empresa llamada Actuable. Su paso por la Administración le ha aportado realismo y aboga por escuchar todas las voces en un ámbito en el que acostumbra a imperar un cierto triunfalismo.

Pregunta. Este mes ha entrado en vigor la ley de start-ups. ¿Qué cambios pueden percibirse ya en el sector?

Respuesta. La ley supone una revolución. Para el talento, porque ahora tendremos el mejor esquema de stock options [retribución variable basada en opciones sobre acciones] de Europa, porque hemos reformado y ampliado de uno a tres años los visados para fundadores, inversores y empleados, y, sobre todo, hemos reformado el régimen de impatriados, reduciendo de 10 a 5 años el requisito de haber estado fuera. También hay una revolución para la inversión, con mayor seguridad jurídica y un mejor régimen tributario para los business angels. Y quitamos barreras: a partir de ahora crear una start-up en España se va a poder hacer por tan solo un euro y en tan solo seis horas, combinando la ley de start-ups con la ley crea y crece.

P. En España, 9 de cada 10 proyectos fracasan. ¿Cómo puede incidir la ley en eso?

R. Pues con estas herramientas, especialmente por el reto que tenemos de retener y de atraer talento, como con el nuevo visado para nómadas digitales, que va a hacer que España se convierta en un paraíso del talento. Y también pueden incidir las nuevas ventajas para la inversión. La ley facilitará que los fondos españoles crezcan en nuestro país y que fondos internacionales se vayan asentando en España. Esto hará que haya más capacidad de financiación disponible.

P. ¿Qué significa el fracaso en el emprendimiento?

R. Habrá quien diga que el fracaso es algo a evitar a toda costa, y habrá quien comente que lo que hay que hacer es fracasar, que es una manera de aprender. Mi posición intenta estar más cerca de la realidad. Y efectivamente, en España hay gente que puede permitirse fracasar sin casi consecuencias. Pero hay una enorme parte de nuestra sociedad para la que el fracaso significa algo muy diferente y a la que no hay que animar alegremente a fracasar. Nuestra perspectiva es la de crear estrategias y poner fondos y regulaciones para reducir esas probabilidades de fracaso. Por ejemplo, introduciendo la bonificación a las cuotas de la Seguridad Social de aquellas personas que deciden iniciar un emprendimiento pero no abandonan su trabajo. Porque existe la narrativa, creo que equivocada, de que hay que salir de la zona de confort y arriesgarse. Eso es falso. Si alguien puede mantenerse en su zona de confort, que es manteniendo su puesto de trabajo y al mismo tiempo podemos incentivar que esté emprendiendo, pero sin asumir el riesgo de quebrar y quedarse sin una fuente de ingresos, lo tenemos que hacer.

P. Ahora hay dos polos claros de nuevas empresas, Barcelona y Madrid, y uno de los ejes de actuación del Alto Comisionado es abordar la brecha territorial. ¿Cómo lo hará?

R. El emprendimiento innovador ya no es solamente un fin en sí mismo, sino que es una herramienta al servicio de la sociedad, que puede ayudar a cerrar una serie de brechas sociales: de género, territorial, socioeconómica y generacional. En nuestro territorio hay grandes diferencias en cuestiones de renta y gracias al emprendimiento innovador podemos generar calidad de vida en todos los rincones. Esa idea de que el emprendimiento innovador es cosa de grandes ciudades, aunque puede ser cierto en otros países, aquí empieza a resquebrajarse: no solo están Barcelona y Madrid, sino también Málaga, Valencia, Bilbao, las islas Canarias o las Baleares.

P. ¿Cómo se pueden proteger los derechos de los trabajadores en start-ups, siendo un sector con tan poca penetración sindical, y con experiencias como las multas de Inspección de Trabajo a Glovo?

R. Los derechos laborales, en las start-ups como en cualquier otra empresa, están garantizados. Creo también que las start-ups ahora entienden que están en una sociedad y tienen que ser responsables. Habrá quien no lo crea así, y paga las consecuencias. El sector del emprendimiento innovador tiene que contribuir, y ya lo hace, porque el 60% de los empleos que genera son indefinidos, y porque el salario medio del sector, de 55.000 euros anuales, más que duplica el salario medio en España.

P. Con un 80% de emprendedores hombres, según el Mapa del emprendimiento de South Summit, la brecha de género sigue profunda.

R. Una de las cosas que cualquier fondo de inversión o cualquier emprendedor te va a decir es que necesita el mejor talento. Entonces, lo que no se puede hacer es no contar con la mitad. No solo por una cuestión de principios, sino por una cuestión puramente económica. Los datos que manejamos es que los equipos liderados por mujeres o que son paritarios, obtienen mejores rendimientos.

P. ¿Los visados a los nómadas digitales tensionarán aún más los mercados de vivienda de Barcelona o Madrid?

R. Hace 10 años ya se hablaba de tensiones en el mercado de la vivienda, y no se hablaba de nómadas digitales, sino de fenómenos como la gentrificación. Los nómadas digitales son una fantástica oportunidad para nuestro país. Porque tenemos un entorno tremendamente atractivo para venir a trabajar. Y tenemos que conseguir sacarle el máximo provecho a este fenómeno. Una cuestión separada son los retos sociales que tenemos como país. En muchos otros sitios, como en San Francisco, donde efectivamente es difícil acceder a la vivienda, a la sanidad o a la educación, no se han abordado esos retos sociales a la vez que se crecía económicamente. Pero precisamente esto son cosas que el Gobierno está abordando específicamente y de cara.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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