Teknia sale de compras y se abre a socios
El fabricante de componentes para automóviles, en pleno relevo generacional, prevé elevar un 60% la facturación en 2025 y llegar a 600 millones de euros
Hacer coincidir en el tiempo dos o más movimientos sin tropiezos no es fácil. Ni en el baile ni en los negocios. Teknia, una de las compañías españolas punteras en la fabricación de componentes para automóviles junto a Gestamp, CIE Automotive o Grupo Antolín, está en pleno esfuerzo de sincronización. Hace 16 meses, el fundador de la empresa familiar, Javier Quesada Suescun, dio un paso atrás; hace cinco, s...
Hacer coincidir en el tiempo dos o más movimientos sin tropiezos no es fácil. Ni en el baile ni en los negocios. Teknia, una de las compañías españolas punteras en la fabricación de componentes para automóviles junto a Gestamp, CIE Automotive o Grupo Antolín, está en pleno esfuerzo de sincronización. Hace 16 meses, el fundador de la empresa familiar, Javier Quesada Suescun, dio un paso atrás; hace cinco, su hijo Javier Quesada de Luis (Bilbao, 1982) se hizo cargo del puente de mando de la compañía como consejero delegado. Es un momento clave. Los relevos siempre lo son. El nuevo responsable de la empresa —23 plantas de producción en 13 países— tiene claro el rumbo: crecimiento, compras, innovación y apertura. “Si hay alguna oportunidad [de compra] muy relevante, estamos hablando de alguna compañía que factura 200 millones de euros o más, quizá podríamos abrir el accionariado a algún socio industrial”, explica Javier Quesada.
El nuevo consejero delegado, de 42 años, ha trabajado en Teknia desde 2007 y ha participado en la expansión internacional de la empresa de Elorrio (Bizkaia) abriendo oficinas comerciales en Alemania y Estados Unidos. Conoce el paño. Teknia se mueve en un nuevo plano de negocio que debe llevar a la compañía a facturar 600 millones en 2025, un 60% más que en 2023. ¿Demasiado optimismo? “Puede parecer ambicioso, pero nuestro crecimiento desde 1992 ha sido de casi el 20% al año. Si proyectas ese crecimiento superas esos 600 millones de facturación”, precisa Quesada.
Con esa potencia de fuego, Teknia está en la carrera de las compras. “Tenemos capacidad financiera para acometer estas operaciones, hacia grupos industriales del entorno de los 80 millones de euros, con localizaciones diversas y que aporten tecnología, producto y clientes”, explica su consejero delegado. “Siempre hemos ido a crecer fuera. Mi padre decía que podríamos haber sido una empresa que hoy estuviera facturando 50 o 60 millones de euros en Elorrio sin haber salido de ahí en toda la vida; en cambio, decidimos perseguir al cliente y crecer fuera. El crecimiento inorgánico forma parte de nuestra razón de ser”.
La cartera respalda la estrategia. Teknia presume de mantener una planificación financiera conservadora, con un apalancamiento —relación deuda, fondos e inversiones— en el entorno de entre dos y dos veces y media el beneficio bruto, lo que le ha permitido sortear las crisis con holgura. La deuda actual ha crecido, se sitúa en unos 100 millones y refleja el aumento de las inversiones, pero sin alterar el objetivo de contención iniciado hace tres años. La cautela está justificada. El negocio de componentes para el automóvil crece, pero a ritmo suave.
El 2023, según la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto), la industria española de proveedores de automóvil facturó un 10,3% más y marcó un récord: 41.529 millones de euros. Superó por primera vez los 40.000 millones, pero más gracias a la inflación que a los volúmenes, que, según las empresas, continúan siendo bajos y con márgenes muy ajustados. Teknia pasó bien la prueba. Cerró el año con una facturación récord (460 millones, un 20% más) e inversiones de 31 millones, aunque con menos beneficios, 14 millones, un 12,5% menos que en 2022. Son las consecuencias de la inflación y de la subida de costes.
El entorno es complicado, pero Teknia confía en sus bazas. El lema: agnósticos en producto, pero especialistas en la tecnología. Eso quiere decir que la compañía cree estar preparada para el futuro. Con cinco tecnologías en marcha —mecanizados de barra, conformado de tubos, estampación, inyección de plásticos e inyección de aluminio— puede sacar partido, aseguran, tanto en el desarrollo de los vehículos eléctricos como en los híbridos. “Estamos preparados para todo”, resume Quesada de Luis.
El penúltimo paso para consolidar posiciones ha sido la compra de la compañía sueca Svensk Tryckgjutning, una planta de inyección de aluminio situada en la estepa sueca —en Vimmerby, el pueblo de la heroína infantil Pippi Langstrump, Pippi Calzaslargas—, cuyo cliente principal es Daimler-Benz. La última compra intenta repetir el gran acierto de 2018 cuando Teknia adquirió la compañía Bravo Enterprise, con factorías en México y Rumania (Oradea), y con una tecnología —inyección de alta presión de aluminio— clave en el vehículo eléctrico. Agnósticos en producto, pero especialistas en la tecnología.
Al frente de Teknia —3.500 empleados con una edad media de 43 años— hay una nueva generación. El fundador, Quesada Suescun, ha dado el relevo. Un gesto “honesto y sano”, asegura el sucesor, para una empresa que, inevitablemente, tiene que asumir riesgos. No es fácil. Teknia es una empresa familiar empeñada en dar relevancia a la gobernanza y profesionalizar el consejo de administración en el que figuran dos independientes: José Jairaga, presidente de Sidenor, e Íñigo Marco-Gardoqui, de Alantra Wealth Management.
Momento clave
Los relevos siempre son delicados. Más si cabe en las empresas familiares. Hay literatura y estudios al respecto. La consultora Grant Thornton, en su informe El desafío de la diversidad generacional en la empresa, sostiene que más de la mitad de las empresas españolas (55%) percibe problemas de convivencia generacional en sus plantillas. Y ocho de cada diez empresarios afirman sentirse “bastante” o “muy” preocupados por los problemas intergeneracionales que se encuentran entre sus equipos. El grueso de los problemas (56%) se relacionan con la brecha digital entre generaciones.
En Teknia, los relevos en todos los niveles están acompañados de una campaña interna de sensibilización —Part by Part— que trata de acomodar los estratos de la plantilla. “Nos ha tocado una época en la que las generaciones se han sucedido a mucha velocidad. Antes duraban 15 o 20 años; ahora se han segmentado y en un rango de 20 años igual hay tres generaciones distintas, cuando antes había una”, explica el consejero delegado. Toca hacer alquimia para combinar edades, talento, riesgos y experiencia. “El responsable de Estrategia [de Teknia] tiene 32 años y la financiera, 52″, señala Quesada de Luis. Son ajustes en la mezcla de experiencia y riesgo.
Laura Menéndez, ingeniera de 30 años, nueve años en Teknia y responsable comercial del área de Plásticos en Europa, considera la convivencia de generaciones un aspecto clave en la compañía. “El sector de la automoción”, asegura, “está cambiando drásticamente y las nuevas generaciones nos permiten apostar por procesos y tecnologías en los que la compañía no estaba enfocada”. Astrid Lindgren, la escritora sueca que creó el personaje Calzaslargas —la vecina virtual de la fábrica de Teknia en Suecia—, puso en boca de la chiquilla pelirroja una verdad irrebatible: “Qué aburrido sería si todo fuera como siempre ha sido”. Aburrido y, probablemente, poco rentable.
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