Ocho días de arresto y cambio de destino para el sargento que simuló un atentado sin aviso
Bono acude al bar de Madrid donde se improvisó el simulacro para pedir disculpas a los propietarios
El sargento primero responsable del simulacro de atentado en el centro de Madrid ha sido sancionado con un arresto preventivo de 8 días y el cambio de destino dentro del Cuartel General del Ejército, según fuentes del Ministerio de Defensa. Además, ya sido separado del curso sobre autoprotección que dirigía y los hechos se han puesto en conocimiento del auditor de la Región Militar Centro para su calificación jurídica.
Por su parte, el ministro de Defensa, José Bono, ha acudido personalmente esta mañana al bar de Madrid donde se realizó la acción para pedir disculpas a sus propietarios. El ministro ha reconocido esta mañana en la Cadena SER que el simulacro "podría haber ocasionado un trastorno considerable, en alusión al gran número de agentes de policía y escoltas que frecuentan la zona e incluso el bar. Bono ha confirmado que el sargento encargado de uno de los grupos de alumnos de un curso de adiestramiento de escoltas decidió "por su cuenta y riesgo" organizar el simulacro.
La maniobra improvisada, celebrada el pasado día 17, consistía en reproducir el asalto a una supuesta autoridad. Este individuo, acompañado de dos escoltas, entró en el local donde era atacada por una pareja que tomaba una consumición en la barra. En el ataque se exhibió una pistola mientras los escoltas protegían a la supuesta autoridad.
Sin escoltas
Bono ha pedido disculpas en persona a los propietarios de la cafetería La Amarilla, ubicada en plena calle Mayor, junto al Consejo de Estado, el Ayuntamiento de la capital y la Capitanía General. Marisa González, hija de la propietaria del establecimiento, estaba en la barra cuando Bono hizo su entrada en el bar. El ministro la saludó y, tras preguntarle si le reconocía, le pidió que avisara al dueño del bar. Al saber que la dueña, Marisol, estaba en la cocina, Bono se dirigió hacia allí. "Le dio dos besos a mi madre", ha relatado Marisa a la agencia Efe.
Durante unos minutos, el ministro se disculpó, primero con Marisol, y luego con su hijo César, quien ha explicado su sorpresa por la visita del ministro. "Aquí suele venir mucha gente, algunos concejales, que son nuestro nivel más alto, porque al alcalde no le hemos visto nunca, pero esto sí que no nos lo esperábamos", ha señalado.
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