Borat, del odio a héroe nacional de Kazajistán
Años después de despertar la ira del país, Sacha Baron Cohen recibe alabanzas del ministro de Exteriores por su fomento del turismo
El cómico británico Sacha Baron Cohen ya no produce rabietas viscerales en Kazajistán, ese país de Asia Central tan grande como desconocido e interesante. El ministro de Exteriores de Kazajistán ha expresado en público su agradecimiento a Baron Cohen por su película sobre el país y ha dicho que después de su estreno, el número de visados expedidos por las autoridades kazajas aumentó sustancialmente. “Yo trataría la película “Borat” con filosofía”, dijo el ministro Erzhan Kazyjanov, respondiendo a diputados que debatían el suceso acaecido en Kuwait, del que fue protagonista equipo de tiro deportivo de Kazajistán. Los deportistas quedaron anonadados cuando en la ceremonia de entrega de premios, en vez de sonar el himno nacional kazajo, sonó una parodia del himno procedente de la película.
Estrenada en 2006, “Borat, investigación cultural de América para el beneficio del glorioso estado de Kazajistán” es una parodia en torno al imaginario periodista kazajo Borat Sagdiev, quien visita los EEUU y al que le ocurren numerosos y grotescos percances, en los que se ponen de manifiesto los perjuicios y estereotipos culturales, no solo del visitante, sino también de la sociedad visitada. La película no se ha proyectado en Kazajistán (aunque no está formalmente prohibida) ni tampoco en Ucrania y Rusia, por considerar que puede resultar ofensiva.
Tras el “patinazo” en la competición deportiva en Kuwait, el ministerio de Exteriores de Kazajstán ordenó a todas sus embajadas en el extranjero que informaran a las autoridades de los países donde están destacadas de todos los símbolos estatales de Kazajistán.
Aunque el jefe del servicio diplomático de Kazajistán ha dicho que después del estreno el número de visados se ha multiplicado por 10, esta cifra parece algo exagerada, según datos de la Asociación Turística de Kazajistán, citados por el servicio ruso de la BBC. Según esta fuente, la cantidad de turistas que han visitado Kazajistán después del estreno de la cinta ha aumentado, aunque no diez veces, sino cuatro. En 2006 a Kazajistán acudieron más de 90.000 extranjeros y en 2011, la cifra fue de 450.000, pero no está claro que el incremento se debiera a la influencia exclusiva de Borat.
Kazajistán tiene más de 2,7 millones de kilómetros cuadrados y algo más de 16,6 millones de habitantes. Por sus vastas estepas desiertas, cruzadas ocasionalmente por pastores y camellos, su geografía resulta fascinante. Los restos arqueológicos de viejas murallas y fortificaciones de los pueblos que cruzaron este entorno de clima continental extremo permiten al visitante sumergirse en un mundo que resulta remoto y exótico desde una perspectiva occidental. Pequeñas compañías turísticas especializadas organizan cuidadas giras por los diversos paisajes y temas de Kazajistán, como por ejemplo Nomadic Travel (www.nomadic.kz), una organización con sede en Karagandá, cuyas rutas llegan a incluir el polígono radioactivo de Semipalátinsk, donde la Unión Soviética hizo explosionar su primera bomba atómica. Ahora, es posible incluso que haya viajes a Kazajistán dedicados a Borat, según apuntó el ministro de Exteriores de aquel país, quien se mostró agradecido al cómico británico por “ayudar a atraer el turismo a Kazajstán”.
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