Preparar ya el consenso
Hemos perdido ya seis meses; no podemos despilfarrar un minuto más
Seis meses después de las elecciones del 20D, nuestro país se encamina hacia una nueva cita electoral de la que no está nada claro que vaya a surgir un gobierno estable. Las incertidumbres siguen siendo las mismas que entonces, aunque la situación es más preocupante. Hemos perdido medio año en la tarea de consolidar la recuperación del crecimiento y del empleo. España no se merece ni puede permitirse la repetición del lamentable escenario que hemos vivido estos últimos meses. Hacemos de nuevo un llamamiento a que los líderes políticos pongan los intereses generales por encima de sus ambiciones particulares.
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Ninguna de las grandes reformas que necesita la sociedad española será posible sin el concurso de los principales partidos. Todas ellas deberán acometerse con el más amplio consenso. El verdadero protagonista de esta nueva legislatura deberá ser el Parlamento que tendrá que consensuar las reformas económicas, sociales e institucionales. Son inadmisibles los vetos a quienes representan el voto de millones de ciudadanos. Es el momento de entenderse.
Las decisiones sobre inversión y contratación se vienen ralentizando desde hace ya unos meses como consecuencia de la incertidumbre política nacional, las incógnitas sobre la economía global y los riesgos geopolíticos latentes. Si España proyectase una imagen de acuerdo y sentido común, atraeríamos muchas inversiones internacionales y animaríamos a las nacionales.
La calidad del sistema educativo español, la situación del mercado laboral y el excesivo tamaño e ineficiencia de las Administraciones Públicas son los aspectos que más preocupan en estos momentos a los empresarios, que son quienes tienen capacidad para crear empleo. La Educación es el elemento clave para alcanzar una auténtica igualdad de oportunidades y para que el crecimiento económico se traduzca en la creación de más puestos de trabajo estables y de calidad. Hay que poner en práctica políticas intensivas de creación de empleo orientadas al millón de jóvenes sin formación y experiencia que no encuentran trabajo, a las mujeres y a los parados de larga duración. Es urgente fomentar el empleo juvenil mediante la mejora del insuficiente e ineficiente sistema de formación profesional, así como reformulando las políticas activas de empleo.
Las decisiones sobre inversión y contratación se vienen ralentizando desde hace ya unos meses como consecuencia de la incertidumbre política nacional
Las Administraciones Públicas necesitan una auténtica reforma que permita utilizar los recursos con mayor eficiencia y calidad, y que faciliten el desarrollo económico. Se ha avanzado, y hay que reconocerlo, en el terreno de la consolidación fiscal, pero tenemos que mantener el esfuerzo en esta dirección, en línea con las exigencias de la Unión Europea y con nuestras necesidades reales.
La mejor forma de garantizar nuestro Estado de Bienestar, con educación, sanidad y pensiones dignas, es reduciendo el déficit y el excesivo endeudamiento público. Para ello es necesario que crezca la economía y que crezcan las empresas. La lucha contra el fraude y la promoción de buenas prácticas y de comportamientos cívicos ejemplares deben contribuir a que la sociedad recupere su autoestima y se ilusione con un proyecto de futuro. Respecto a Cataluña, es evidente que es el principal problema político que tiene España. El próximo Gobierno, debería buscar una salida a esta situación recuperando el clima de afecciones perdidas.
Ese Gobierno no debería retrasarse ni un instante amparándose en el ejercicio de prácticas dilatorias animadas por un postureo intolerable. Si los resultados del 26J no fueran muy diferentes a los del 20D, como parece, la misma noche electoral los principales partidos deberían tener una fórmula de consenso lista para ser aplicada desde el día siguiente, que despeje de inmediato la incertidumbre y ofrezca estabilidad. Deberían estar ya sentándose las bases de un pacto de Gobierno que respete las libertades políticas y económicas, las líneas básicas de las grandes reformas que España necesita y la forma de cumplir los compromisos con Europa, abandonando actitudes demagógicas y populistas. No estaría de más ir desarrollando desde hoy actitudes conciliadoras para que en la noche de las elecciones estuviera el panorama lo más despejado posible. Hay que empezar a preparar ya el consenso.
Si los actuales líderes no son capaces de lograr un rápido acuerdo, mejor que den paso a otros que sí sepan entenderse e interpretar correctamente los resultados de las urnas. Otra ronda de exhibicionismo táctico sería insufrible. Hemos perdido ya seis meses y no podemos permitirnos perder un minuto más.
Javier Vega de Seoane es presidente del Círculo de Empresarios.
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