El los últimos tiempos, los consumidores hablan como expertos de todo tipo de nutrientes. Las grasas saturadas o poliinsaturadas, los minerales y las vitaminas forman parte del léxico de gran parte de la población. Por un lado es positivo porque denota un mayor interés por llevar una dieta saludable. Como contrapunto, el desconocimiento a menudo lleva a la confusión. Es lo que sucede, por ejemplo, con el calcio, mineral que se asocia, básicamente, a los huesos sanos. Pero es necesario por muchas más razones. Lo cuenta Santiago Palacios Gil-Antuñano, Director del Instituto Palacios de Salud y Medicina de la Mujer, y Presidente de la Fundación Española Mujer y Salud: “El calcio tiene dos misiones. Una estructural y la otra funcional. La primera se relaciona con la función de los huesos, los músculos y los dientes. La segunda tiene más que ver con la función nerviosa, la contracción muscular y la coagulación sanguínea. Por ambas misiones el calcio es tremendamente importante”.
Sí, pero también se asocia a cálculos renales cuando la ingesta es superior a la adecuada, lo que produce cierto rechazo en algunos ciudadanos. La clave, como siempre, está en la cantidad. El estudio El calcio y la salud, de Rosa María Ortega, lo deja claro. Las palabras de Palacios, también: “Las cantidades de ingesta adecuadas al día se sitúan en unos 1.000 mg y 1.200 mg (un vaso lleva unos 300 mg). Nunca menos de 800 mg y no más de 2.000 mg. Esto se traduce en un consumo idóneo de tres piezas de lácteos al día. Sin embargo, el término medio de consumo en España es de 600 o 700 mg, muy inferior al recomendado".
Esta recomendación hay que tenerla especialmente en cuenta durante el crecimiento (“de la infancia a la adolescencia”); a partir de los 50 años; y en el embarazo. Pero no sólo deben seguirla las mujeres, como se cree. “La mujer tiene menos masa ósea, de modo que tiene más peligro de padecer osteoporosis. Pero el hombre tiene las mismas necesidades que la mujer respecto a las otras funciones que cubre el calcio”, afirma el doctor Palacios. Por si hay alguna duda, queda claro en el estudio Ingestas Recomendadas de Energía y Nutrientes, de Ángeles Carbajal.
Una vez que sabemos por qué es tan importante este mineral, hemos de conocer cómo conseguirlo. La leche es una de las principales fuentes dietéticas de calcio, no sólo por su elevado contenido en este mineral. Junto con el yogurt es el alimento que consigue que se absorba mejor. El motivo es su alta biodisponibilidad gracias a otros componentes de la leche, como la vitamina D, proteínas o fósforo. Claro que por mucho que nos gusten, no es habitual tomar tres raciones de lácteos diarias. Es ahí donde aparecen las leches enriquecidas: “Son una manera de conseguir las cifras de calcio adecuadas con menos ingesta de leche. De modo que con dos vasos sea suficiente”, concluye el director del instituto Palacios.
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