¿Qué pasa?
Vivimos como si por abajo pasara lo mismo que pasa por arriba, como si todo fuera cebolla, y nada más lejos de la realidad
Wislawa Szymborska dice en un poema genial que la cebolla “es cebolla hasta la médula”. Y lleva razón. Por más que profundices en ella no hallarás otra cosa que cebolla. Ni vísceras, ni huesos, ni nervios ni venas, nada. La cebolla es cebolla desde la periferia hasta el centro. Significa que lo que pasa por debajo de la cebolla es más cebolla. No así lo que pasa por debajo de nuestras vidas o de los acontecimientos históricos que las determinan. Debajo de Jordi Pujol y familia, por ejemplo, no hay más Jordi Pujol y más familia, hay otra cosa, aparte del ya famoso 3%. Debajo del juicio a Urdangarin y Cristina, hay algo más que el juicio a una infanta y su marido. Debajo del nombramiento de Arsenio Fernández Mesa como consejero de Red Eléctrica hay algo más que el mero nombramiento. Debajo de la web, según algunos, hay una web oscura a la que solo acceden unos pocos. Durante la gala de los Goya, alguien desvalijaba una habitación situada debajo del escenario (a veces, abajo es arriba).
Vivimos como si por abajo pasara lo mismo que pasa por arriba, como si todo fuera cebolla, y nada más lejos de la realidad. Por debajo de los conflictos de Podemos o del PSOE ocurren cosas que no son Podemos ni PSOE. Por debajo de las decisiones económicas del Gobierno fluyen intereses ajenos a la política. Debajo del desasosiego general hay choques de placas tectónicas sociales. Lo de debajo lo aclaran los historiadores cuando pasan los años al modo en que los economistas nos explican las crisis con efectos retroactivos. Pero la historia es una ciencia muy antigua. Debería ser capaz de trabajar ya en tiempo real, en vivo y en directo. Debería intentarlo al menos porque jamás lo hemos necesitado tanto. Dígannos, ¿qué nos pasa?
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